Albania, una bomba de relojería.
No disminuye en Tirana la tensión entre la policía y los manifestantes que protestan en contra del gobierno de Sali Berisha. Los conflictos de finales de enero dejaron muertos y heridos en las calles de la capital. Pero las protestas siguen adelante y, para sostenerlas, llegan autobuses de todo el país y de Kosovo. Liderados por Edi Rama, alcalde socialista de Tirana, los opositores piden la celebración de elecciones. Otro estallido de violencia, esta vez dentro de las fronteras de Europa. ¿Podemos ignorarlo?