El pasado 26 de octubre se llevó a cabo la presentación pública de la biografía de don Giussani en San Salvador. Y precisamente fue presentada por nuestro querido Alver Metalli, periodista y escritor italiano muy vinculado a El Salvador desde los años 80, cuando era corresponsal de la prensa italiana en tiempos de la guerra civil. De hecho, estaba presente en El Salvador cuando asesinaron al beato Óscar Romero. Junto a él otro gran amigo, el padre Salvatore Caffarelli, sacerdote salesiano italiano que lleva viviendo en El Salvador desde hace más de 50 años. El lugar de presentación fue el auditorio del Museo de Antropología (MUNA), al que acudieron unas 120 personas.
El camino previo
Pero antes de la presentación del libro ya sucedían cosas. Para empezar, proponer a los dos ponentes que se leyeran las 1.250 páginas del libro a buen ritmo y que quisieran hacer público el impacto de su lectura no es algo automático. Fue precisamente Alver Metalli el primero que aceptó venir desde Argentina (¡dio su sí mientras cubría una noticia en la Antártida!) y fue él quien nos propuso invitar al P. Caffarelli.
El recorrido con P. Caffa (como popularmente se le conoce) durante estos meses ha sido particularmente bello. Tras unas pequeñas resistencias iniciales, empezó a leer el libro y de repente comenzó a sentir la necesidad de compartir con nosotros puntualmente lo que la lectura le suscitaba. Fue conmovedor ver cómo, a pesar de su edad y sus limitaciones de salud, se leyó el libro en poco tiempo y comenzó a pedir más libros de Giussani porque «necesitaba conocer más». Es un espectáculo comprobar cómo cuando uno vive conscientemente y de forma adulta un carisma verdadero (en este caso el carisma salesiano) no hay espacio para la autorreferencialidad y la afectividad hacia el carisma propio se torna en una apertura hacia todo lo verdadero con lo que uno se topa en la vida.
Igualmente, el proceso de invitar a amigos, compañeros y familiares fue fascinante, ver cómo la comunidad proponía con alegría y espontaneidad y cómo la gente respondía agradecida y a veces sorprendida, sobre todo cuando invitábamos a personas aparentemente alejadas de la Iglesia o de otras denominaciones cristianas distintas a la católica. Ha sido toda una oportunidad de encuentro y de verificación de lo que nos mueve frente a mucha gente de nuestros ámbitos.
Puesta de largo en el MUNA
Ambos ponentes mostraron claramente que lo que el libro suscita no es un nuevo conocimiento filosófico o recuperar una crónica de la historia de la Iglesia. Cuando uno lee el libro la forma de entender la vida cambia, te descoloca, como decimos en El Salvador «te mueve el piso».
Alver Metalli mostró magistralmente la manera en que la Misericordia forma parte central del pensamiento de Giussani, en coincidencia con el corazón del pontificado del Papa Francisco. Además de ello señalaba otra coincidencia más: «Francisco es el Papa de los que están lejos, el Papa de los que se han alejado de la Iglesia. Esa capacidad de hablarles a los que están lejos también es un rasgo significativo de la personalidad y de la propuesta de Giussani, por la fascinación que despertaba su propuesta, su humanidad, su carisma, en los jóvenes que se encontraban con él».
El P. Caffa expresaba su sorpresa por haber descubierto a «un verdadero hombre en el que se conjugan admirablemente el hombre y el creyente, el filósofo y el teólogo, razón y fe, la pasión por Dios y por el hombre, amor a Cristo y a la Iglesia», y destacaba por encima de todo su pasión por Cristo, que se concretaba en una pasión por la verdad y la razón. Pero lo que más poderosamente le llamaba la atención era cómo don Giussani partía una y otra vez de la experiencia humana concreta, pues «Giussani, como buen filósofo y teólogo, no se deja atrapar por la tentación de quedarse solamente en el plan de la teorización o reflexión abstracta. Escruta la realidad y da gran importancia a la experiencia humana que considera como un factor indispensable para crecer. Lo que caracteriza la experiencia es entender una cosa, descubrir el sentido de una cosa que nos descubre su conexión con el resto. Por eso la lógica es encontrarnos con un hecho objetivo, comprender el significado de ese encuentro y verificar la correspondencia que hay entre el significado del hecho con el que nos topamos y el significado de nuestra existencia».
Nadie se quiere ir
Un grupo numeroso de los asistentes se quedó después del acto para ver la exposición en una sala del museo y para degustar un sencillo cóctel en el que compartir el impacto sobre lo escuchado minutos antes. Sin duda era sintomático cómo para más de 70 personas no bastaba con lo que habían escuchado en el auditorio, necesitaban conocer más de don Giussani, preguntando a las personas que les habían invitado al evento o directamente a los dos ponentes. Un signo de algo que había sucedido, una vez más, frente a la imponente figura del fundador de Comunión y Liberación.