ESPAÑA
El nombramiento como Director General de Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid y las batallas en el parlamento. La valoración de cada realidad y la salvaguardia de la libertad
Desde hace tres años soy el responsable de la Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Comunidad de Madrid. Antes de esto fui, durante ocho años, director del CESAL, la ONG española análoga a AVSI. Esta ONG, en diez años, ha pasado de la nada a convertirse en una organización conocida, respetada y bien situada en el conjunto de las ONGs españolas.
Hace tres años los responsables políticos de la Comunidad de Madrid, a la cabeza de los cuales se encontraba Gustavo Villapalos ex rector de la Universidad Complutense de Madrid, buscaban un Director General. Pensaron en mí sólo porqué dirigía el CESAL que era una realidad social con una dignidad civil reconocida también por los responsables políticos de la Comunidad.
En pocos días, me encontré sumergido en el mundo de la política. Todavía recuerdo la primera vez que me llamaron al Parlamento. Debo reconocer que el nivel de agresividad de la oposición socialista me impresionó: era la primera vez que entraba en un Parlamento y entraba para ser atacado. Desde el primer momento viví esta oportunidad como una llamada, es decir, como una vocación. Lo primero que intenté fue crear un equipo con el que poder compartir un camino que presumiblemente iba a ser duro. La unidad entre este equipo de colaboradores ha sido el punto de partida desde el que han surgido las pocas cosas que he conseguido hacer.
Durante estos tres años hemos construido la política de cooperación para el desarrollo de Madrid, un sector tradicionalmente de izquierdas. Ha supuesto una batalla muy difícil. Presentamos en el Parlamento una ley que fue aprobada; la primera ley de cooperación para el desarrollo española a nivel regional. Hemos realizado una política de cooperación que ahora todos reconocen como una de las más avanzadas de los gobiernos regionales españoles. Me gustaría hablar ahora de algo que estamos aprendiendo juntos en este camino.
Ante todo, no tenemos miedo al diálogo, ni con las ONGs, ni con la oposición política.. Como decía don Giussani a propósito de la petición de perdón del Papa, estamos dispuestos a ceder ante la verdad y tener esta disposición supone un gran potencial. Gracias a ello, hemos conseguido alcanzar importantes consensos y hemos creado un lugar de debate político sobre las cuestiones que nos interesan estando dispuestos a ceder, a reconocer nuestros errores y a corregirlos.
La segunda reflexión es que siempre hemos hablado de libertad para la sociedad, pero ahora soy yo el que “administro” esa libertad. Hemos querido ser muy serios en esto, intentando apoyar a todas aquellas asociaciones que se mueven, porqué existen realidades con capacidad de apoyo social y de construcción y nosotros lo único que tenemos que hacer es respetar y sostener estas iniciativas. Apoyar, por tanto, al sector de la sociedad que se mueve y que representa algo y, junto a esto, nuestra pasión por la libertad. Paso la mayor parte de mi tiempo hablando con la gente, con políticos, con responsables de organizaciones no gubernamentales, con dirigentes de países de América Latina o de Africa que vienen a visitarnos y este es un aspecto de la política muy novedoso para mí: lo conocía teóricamente, pero ahora que estoy dentro me sorprende muchísimo. Es un ambiente en el que nadie revela lo que es, nadie. Cada uno tiene su rol. He empezado a arriesgar en las relaciones personales; me he dado cuenta de que no hay que tener miedo y de que la manifestación abierta - aunque discreta - de lo que soy, está haciendo surgir amistades inesperadas incluso con mis adversarios políticos más directos. Sé que tal vez estas personas dentro de cuatro meses pueden ponerse en contra mía, pero hay que correr ese riesgo. No llegué a la política con un proyecto político, sino con una experiencia real y con esta me puse a trabajar y durante estos tres años he podido comprobar el potencial de nuestra experiencia también en política.
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