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Huellas N.8, Septiembre 2000

SANTIAGO DE CHILE

Qué es el hombre y cómo llegar a saberlo

Alejandra Meneses

Para la edición del 2000 necesitábamos algo excepcional. Nada mejor que centrarse en el corazón mismo de la experiencia humana: el sentido religioso tal como lo ilumina el acontecimiento cristiano



ALEJANDRA MENESES

En estos días de trabajo, descubrí qué distinta es la felicidad que sucede de repente y a la que uno se abandona, la felicidad que se nos dona, de la imagen de felicidad que uno proyecta a partir de sí mismo». Así hablaba un chico en la apasionada asamblea que clausuró el Happening tras un intenso mes de trabajo. Luego, nos fuimos todos a la pizzería para celebrar nuestra amistad y la alegría de haber trabajado juntos. Por supuesto, otra ocasión para cenar y estar juntos.



Hacia Roma

Nos despedimos cerca de las 11:00 de la noche para volver a vernos a las 6:00 de la mañana del día siguiente (juntos, siempre juntos), pero esta vez en el aeropuerto de Santiago. Un grupo de ocho de nuestros amigos partía a Roma para participar en la Jornada Mundial de la Juventud y para el encuentro con el Papa. Para todos, fue la ocasión para reconocer que nuestro trabajo vive, se alimenta y forma parte de esta increíble realidad humana que es la Iglesia.



El lema

«Qué es el hombre y cómo hace para saberlo. ‘Los hombres raramente aprenden lo que creen ya saber’», aparecía escrito en los carteles y las invitaciones para la quinta edición del Happening que se realizó del 9 al 16 de agosto en las universidades Católica de Chile y de Santiago. Nos pareció el lema más adecuado para sintetizar y expresar lo que nos apremia comunicar a todos y que hemos aprendido a raíz del trabajo sobre El Sentido Religioso.

Las exposiciones

Fuimos pensando el programa y, entre múltiples actividades, surgieron dos bellas exposiciones. La primera, sobre las tres premisas del texto de Giussani, se tituló: «Realismo-razonabilidad-moralidad. Un método de acercamiento a la incógnita “hombre”» y fue presentada por el profesor Juan Enrique Coeymans, en el Patio de Ingeniería de la Universidad Católica (véase el recuadro dedicado a la presentación). La segunda: «Giacomo Leopardi: poeta del infinito», se montó en la facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago y en el campus Oriente de la Universidad Católica.



Una convicción

Mons. Sergio Valech, obispo auxiliar de Santiago y miembro de la Mesa de Diálogo; Enrique Cury, ministro de la Corte Suprema; Manuel Santos, médico y profesor de genética de la Universidad Católica, fueron los panelistas del foro…. Tres hombres tan distintos e igualmente apasionados que expusieron ante todos su humanidad. Enrique Cury, contestando a una pregunta, dijo que él tenía la convicción de que el hombre no estaba abocado inexorablemente a ser malvado. «Esta convicción nace de unas circunstancias muy personales. En mi infancia, fui un niño huérfano. Y un niño huérfano está destinado a ser un despojo para la sociedad. Sin embargo, eso no llegó a cumplirse, o sea, no me llegué a perder completamente porque fui un niño, soy un persona que siempre tuvo alguien que lo amara. Esto fue lo que permitió que mi persona se volviera útil para la sociedad». Realmente, al escucharlos saltaban a la vista esas exigencias del corazón que constituyen a todo hombre destinado a la felicidad.



El debate continuo

En la facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el Cuarteto Sur interpretó apasionadamente La muerte y la doncella, de Schubert. La elección de la obra planteó un interrogante a los músicos del cuarteto. «¿Por qué un grupo católico, escoge esta obra de Schubert para ofrecer un concierto?». Y la respuesta cada uno la pudo “mirar”, “observar” al escuchar esa dramática pieza musical. En ese momento uno comprendía cuál es el debate continuo que se da entre la vida y la muerte: la muerte no puede ser la última palabra, porque la realidad pide que todo tenga un significado, la vida es un grito que pide una respuesta. Es verdad, «toda la vida pide la eternidad».


Publicamos un extracto de la presentación a cargo del profesor Juan Enrique Coeymans de la exposición: Realismo-razonabilidad-moralidad: un acercamiento a la incógnita “hombre”.

Exposición es un sustantivo que viene de ex-poner, es decir, de poner fuera. Poner fuera significa sacar, y sacar es un servicio que se les hace a los demás. Cuando uno saca, cuando uno expone, uno da y hace un acto de amor y caridad a los otros. Pero exponer tiene relación con “exponerse”, que significaría ponerse uno mismo fuera, sacarse a sí mismo. Pero su significado más corriente y no estrictamente etimológico, es someterse a la intemperie y al juicio. Hay una valentía moral tras la “ex-posición” y el “ex-ponerse”, hay un coraje, que no puedo sino celebrar.

Las exposiciones son normalmente sobre obras de arte. [...] Ésta abarca tres momentos existenciales en el encuentro con la verdad: realidad, razonabilidad, moralidad. La secuencia que han escogido no es trivial.

La partida de toda reflexión profunda es siempre la realidad. A los ingenieros se nos hace imposible un idealismo platónico o hegeliano, para el cual la realidad la construimos en nuestra mente: para nosotros, los ríos son ríos, independientes de nosotros mismos, y construimos sobre ellos puentes sobre los que hay que pasar. Los puentes no son mentales, son de ladrillo, concreto o fierro. No son invenciones nuestras. Para nosotros es familiar partir suponiendo que la realidad existe fuera de nosotros, y que humildemente debemos acercarnos a ella y aprehender lo que podamos, sabiendo que nuestros esfuerzos son magros, pero son tanteos y titubeos con los cuales vamos desvelando el Misterio. [...]

¡Qué bien le hacen a nuestra vida universitaria exposiciones y encuentros como éste!, recuperamos lo único que jamás debemos perder: el recogimiento y la reflexión sobre las preguntas más hondas de la vida y la realidad.

Finalmente, los felicito: el aporte de los movimientos apostólicos en la Iglesia Católica no es para crear cofradías piadosas, por muy buenas que ellas sean, sino para hacer de fermentos en el mundo, de sal y levadura. Los movimientos laicales modernos están para crear cultura, para ayudar a que los hombres comprendan no sólo su relación con Dios, relación que es fontanal y básica, sino también para que entiendan y vivan desde esa relación fuente, su relación con los demás hombres y con la realidad.

Esta exposición es un acto intrínsecamente universitario, y es un acto de donación por quienes la han preparado que merece nuestra gratitud y nuestra felicitación.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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