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Huellas N.11, Diciembre 1999

ARTESANANDO

Una feria que concede valor al trabajo

Belén Cabello

Feria del Artesano y Salón de los Sabores del 4 al 12 de diciembre. El creador de este acontecimiento ferial único en el mundo cuenta las novedades de la edición de 1999. Expositores de 60 naciones


No existe en el mundo una feria que en el espacio de tres años haya duplicado el número de expositores y cuadruplicado el de visitantes, imponiéndose como la más importante muestra internacional dedicada a la pequeña empresa artesanal. ¿Por qué motivo nachó AF (Artigiano in Fiera)? ¿Por qué ha alcanzado enseguida este éxito sorprendente? Se lo preguntamos a Antonio Intiglietta, presidente de Ge.Fi., la entidad ferial de la Compañía de las Obras italiana que organiza la Feria del Artesano y también el Salón de los Sabores, muestra-mercado de enogastronomía y de productos típicos locales. Ambas exposiciones en la Feria de Milán del 4 al 12 de diciembre.
Intiglietta, hace cuatro años la AF no existía. Hoy es un escaparate lleno de colorido del trabajo y el ingenio humano...
La Feria del Artesano nació como fruto de una reflexión muy concreta sobre lo que significa el trabajo para el hombre y para su dignidad. Como empresario me di cuenta de la exigencia de poner en juego hasta el fondo la experiencia de vida en la que la fe me está educando. Porque la fe, como decía don Giussani en una asamblea nacional de la Compañía de las Obras, no se puede concebir como algo separado del esfuerzo que el hombre hace para vivir dignamente. AF nació para alcanzar un objetivo fundamental: construir un momento y un espacio únicos, completamente dedicados a la pequeña empresa italiana e internacional, en los que el gran público pueda descubrir cuál es el valor del trabajo hecho con las manos, generado por la inteligencia y por la creatividad del hombre. Y, a través de este encuentro entre el expositor y el visitante, rehacer el vínculo que, desde la Edad Media, siempre ha caracterizado la relación entre el pueblo y los productores, y que se proponía hasta hace algunos decenios en las ferias del campo.

¿Cuáles son las finalidades prácticas de AF?
La primera es ayudar a los pequeños artesanos a vender directamente al público. De aquí deriva la fórmula de la muestra-mercado de entrada gratuita, cuyo éxito se demuestra con un dato de la última edición: en los nueve días de apertura de los pabellones se realizaron ventas por valor de 140.000 millones de liras; para muchos expositores el volumen de ventas o de pedidos realizados en la feria representan incluso el 70-80 % de la facturación anual.
Además, los artesanos tienen la posibilidad de hacer un análisis adecuado de marketing, porque gracias al contacto con el público pueden comprender si sus propios productos tienen un valor y un mercado.

¿Y el tercer objetivo?
Tiene que ver con la promoción de los expositores dirigida a los compradores profesionales, que buscan en la feria ideas y productos innovadores. Muchos artesanos han podido desarrollar contactos que han permitido trabajar durante meses sobre producciones encargadas por los responsables de compras de grandes almacenes o sociedades de distribución. El artesanado expresa la capacidad del hombre - teniendo en cuenta la tradición y renovándola según las técnicas y los tiempos modernos - de modelar y transformar cualquier material. De hecho, la feria presenta una grandísima muestra de productos obtenidos del trabajo de los más variados materiales: del vidrio a los metales preciosos, de la madera al cuero, de los tejidos al hierro. Pero también los productos fruto de la aplicación tecnológica más avanzada o de producciones específicas, como por ejemplo los sistemas de control y precisión para las instalaciones industriales, que realizan las empresas artesanas.

Por tanto AF subraya un aspecto profundo de la capacidad humana de emprender...
Yo diría más. AF es una ocasión excepcional para que se encuentren personas, historias, culturas y comunidades. En nueve días de feria construimos un pueblo en el que estos encuentros favorecen la continuidad de relaciones, que se convierten en una compañía y amistad constructivas. Es emblemática la experiencia de un grupo de artesanos de Valsássina que, a través de la participación en la feria, han decidido formar un consorcio. Con este consorcio la Compañía de las Obras dirige este año una serie de cursos de modernización destinados a las pequeñas empresas artesanas. El mismo vínculo se ha creado con los artesanos de una región portuguesa, en donde junto a la Compañía de las Obras y a Co.Export (consorcio de empresas asociadas a la CdO que promueve y sostiene proyectos e inversiones en el extranjero, ndr) se está llevando a cabo un proyecto específico para el desarrollo económico de la zona. De esta trama de relaciones nacen respuestas operativas a las exigencias de crecimiento y de trabajo de una determinada comunidad. Éste es un ejemplo de subsidiariedad real.

Que se produce a nivel internacional...
No es una casualidad que nuestra feria - única entre las italianas - haya entrado en un proyecto de excelencia de la Unión Europea para el desarrollo económico. También porque precisamente la intensificación de las relaciones con los artesanos de otros países y, sobre todo, la amistad con los responsables de otras entidades feriales europeas, han sentado las bases para la creación del Circuito europeo de ferias de artesanía, de la que he sido nombrado coordinador. Entre sus finalidades se encuentran la de valorar la imagen del sector artesanal, acrecentar la competitividad de las empresas, y favorecer su presencia en nuevos mercados con el fin de generar crecimiento y empleo.

Hablamos de la edición de 1999. ¿Cuáles han sido las novedades más importantes?
Primero de todo, la feria se ha confirmado como un evento de envergadura mundial, tanto que son más de 60 los países participantes. Todos los continentes están representados en la historia, en la cultura y en la tradición de su producción artesanal de calidad.
Uno de los eventos más esperados de la feria ha sido la Galería de las Artes y los Oficios. Una reproducción a escala reducida de la Galería Vittorio Emanuele de Milán, en la que se pueden visitar doce talleres de maestros artesanos, que efectúan en vivo trabajos en vidrio soplado, hierro forjado, marquetería y algunos más. Una gran novedad está relacionada con la Asociación de Orfebres Lombardos, cuyos artesanos han creado un cáliz que se ha regalado el 7 de diciembre al cardenal Carlo María Martini con ocasión del Jubileo.

Y también está el Salón de los Sabores...
Es la otra gran novedad, la primera edición como muestra-mercado autónoma del Salón totalmente dedicado a las empresas artesanas y agrícolas especializadas en la producción típicamente enogastronómica. Es el énfasis de la capacidad del hombre de transformar el producto de la tierra, relanzando al mismo tiempo el tema actualísimo de la calidad del alimento y de la pureza del gusto. Al Salón de los Sabores están ligadas también iniciativas especiales, desde la elaboración de embutidos y quesos a la presencia de una almazara que todos los días ha producido aceite de oliva realizado con aceitunas de toda Italia. La recaudación del aceite vendido se ha destinado al Banco de Alimentos. Y, para terminar, menciono los quince restaurantes que han prepararado platos típicos de la cocina regional italiana e internacional a lo largo de toda la feria.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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