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Huellas N.7, Julio/Agosto 1999

AMÉRICA

La conciencia de Canadá

John Zucchi

Presentada la edición francesa de La conciencia religiosa del hombre moderno. Intelectuales y teólogos se han confrontado con lealtad y seriedad con el pensamiento de don Giussani. Un buen comienzo



Pasando por una plaza revestida de mármol y adornada con fuentes en el centro de la cultura de la ciudad de Montreal, la Place des Arts, en donde se encuentra la sede de la Orquesta sinfónica, se llega a Museo de arte contemporáneo. Aquí, a dos kilómetros del circuito "Gilles Villeneuve", en donde resonaba todavía el eco del Gran Prix, en un modernísimo atrio delimitado por cuatro columnas, un espacio recogido pero al mismo tiempo abierto, el 14 de junio se presentó el último libro de don Giussani traducido al francés, La conciencia religiosa del hombre moderno. El profesor Christophe Potworowski, profesor en el departamento de Teología de la Universidad Concordia de Montreal, presidió el encuentro, promovido por Comunión y Liberación y co-patrocinado por el Gran Seminario de Montreal. Un saludo de don Giussani sirvió de introducción al tema y al clima del acto. Don Giussani nos dio las gracias por haber recogido el desafío que el libro lanza: aceptar de vivir la vida en la búsqueda dramática de la verdad. Desde el primer momento resultó claro que la presencia de cada uno - desde los amigos a los que habíamos invitado a personas que habían sabido del acto a través de la publicidad en periódicos y en la radio - era preciosa: preciosa porque tenía que ver con la razón hasta alcanzar el afecto, es decir, tocaba la propia humanidad.

"El" tema
En la introducción, el profesor Potworowski recordó que el motivo de este acontecimiento era el deseo de descubrir de qué forma el sentido religioso puede emerger en la vida cotidiana, no como fruto de un análisis, sino como corazón de una experiencia. En efecto, el vínculo entre razón y experiencia fue el tema subrayado por las tres intervenciones. El profesor Gilles Routhier, de la facultad de Teología de la Universidad Laval de Québec, resaltó el hecho de que la lectura histórica propuesta por don Giussani debe ser "particularizada", es decir, continuamente comparada con la experiencia y con el apremio que nos llega de nuestro contexto cultural. Respondiendo a la pregunta de un participante, el profesor Routhier dijo que precisamente los momentos más dramáticamente intensos de la existencia empujan al hombre a tomarse en serio su propia necesidad de la verdad. Se detuvo también en subrayar la gratuidad y el carácter imprevisible de la respuesta que Dios, a través de Cristo, ha ofrecido a la necesidad que constituye el corazón humano.
Fue sorprendente la sintonía entre el método de don Giussani y la ponencia de la profesora Thérèse Nadeau-Lacour, profesora de Filosofía y Teología moral en la Universidad de Québec en Trois Rivières. Impresionada por la expresión de don Giussanin "es un momento dramáticamente bello", apoyó en esta intuición su comunicación. Desenmascarando la reducción llevada a cabo por la modernidad sobre el concepto de libertad, recordó que incluso Jean Paul Sartre sentía que el pueblo francés había vivido su mayor experiencia de libertad bajo la ocupación alemana, cuando cada individuo tuvo que tomar posición frente a una realidad tan apremiante. De hecho la realidad misma urge a una toma de posición frente a hechos determinados en un lugar preciso. Nadeau-Lacour sostuvo que el sentido religioso encuentra respuesta dentro de un encuentro que conmueve: "Nuestro control de las cosas debe permanecer abierto a un cambio" y por ello "los encuentros son los lugares privilegiados" para una respuesta.

En la profundidad de la obra
El profesor Javier Prades, de la Facultad de Teología de San Dámaso de Madrid, retomando la cita de Niebuhr, "Los hombres raramente aprenden aquello que creen saber", nos introdujo inmediatamente en la profundidad de la obra de don Giussani. La preocupación por entender qué es la religiosidad, y por tanto cuál es la verdadera naturaleza del hecho cristiano guía no sólo este texto sino toda la actividad de don Giussani. Prades hizo alusión a algunos momentos biográficos de don Giussani que ejemplificaban un pensamiento que parte de una experiencia. Respondiendo a una pregunta, Prades recalcó que la afectividad y el trabajo son las dos circunstancias comunes a todos los hombres en las que se hace más urgente y necesario descubrir la presencia del significado, la relación entre lo que se vive cotidianamente y el Misterio.
Inicialmente la atmósfera del acto estuvo llena de una espera repleta de curiosidad que al finalizar se volvió más seria y más cordialmente atenta. Escuchando y mirando los rostros de personas de procedencia tan distinta, muchas de ellas amigas y muchas otras desconocidas - un centenar en total -, nos encontrábamos frente al espectáculo de la sociedad canadiense: culturas, lenguas y religiones distintas. Se nos hizo todavía más evidente que la única esperanza para sostener a un pueblo así es la unidad que nace de la presencia de Cristo. Las palabras de Péguy retomadas por Prades, resonaron ante todos como un anuncio: "Él está aquí, como el primer día". "C'est la même histoire, exactement la même, éternellement la même, qui est arrivé dans ce temps-là et dans ce pays-là et qui arrive tous les jours dans tous les jours de éternité". Al final, mientras la gente tomaba algo en el bar, se veía ya el primer fruto de esta promesa. Un deseo de encontrarse de nuevo, contactos e inicio de relaciones que hacen esperar lo mejor.

Don Giussani envió este mensaje a la comunidad canadiense con ocasión de la presentación de su libro en Montreal

Me permito expresar una gran gratitud a los presentes porque no han considerado extraña la búsqueda última del sentido de las cosas tal como la he percibido en mi experiencia: la vida vivida dramáticamente en la búsqueda de la verdad.
Estoy persuadido evidentemente de que el Acontecimiento de Cristo puede traer paz a este mar agitado que es el corazón del hombre. Y este Acontecimiento de Cristo que fue reconocido en el pasado sigue ofreciéndose a nuestra experiencia presente.
Don Giussani

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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