La creciente madurez de un pueblo. Una admirable humanidad que comparte la vida de todos. El conocimiento, la responsabilidad, y la capacidad de riesgo ante lo nuevo radican en una compañía
Era una niña muy pequeña y muy rubia, que andaba tropezando por entre la gente, llorando a gritos. Alguien con la leyenda “Servicio de Orden” la cogió en brazos y se la llevó a su tía. «¿Ésta es vuestra, no?». Era suya, sí. El padre, el mismo que había estado saltando en la cama elástica del Happening 99, la había perdido de vista. La madre, encargada de la obra de teatro infantil, andaba en otro pabellón. Y la encontró la compañía. A Sofía le pasó como a Zaqueo, pequeño y perdido también. Lo que pasa en el Happening y que convierte en un sólo corazón al servicio de orden, a los camareros, a los músicos o a los padres de los niños y a los profesores es la respuesta que cada da a una “presencia” que construye la historia.
Constructores
Y es que viven en el mundo, pero no son del mundo. Tienen otra alegría y otra inteligencia. Una visita al Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid en vísperas de este evento multitudinario que atrae, hace ya diez años, a miles de estudiantes, parece un viaje a los andamios, a las grúas y a las gigantescas carpas - una de ellas de dos mil metros cuadrados - que acogerán en un par de días los actos. Pero es un camino hacia lo mejor de uno mismo. Se llega embebido de prisas y de cálculos y se sale recordando a tipos como Iván y Alejandro, de veintipocos años, que explican el sentido de la existencia vestidos de obreros y con las manos manchadas de yeso.
Han dejado los libros - puede que un mes entero - y trabajan sin cobrar «porque quiero para mí la forma de vivir que tienen mis amigos» o «porque aquí se aprenden las razones de las clases, del trabajo, de todo». Y son algo más que palabras. Para ayudar aquí estudian fuera de clase, en horarios de tarde o de noche e Iván, por ejemplo, añade el esfuerzo de viajar a Parla en transporte público una vez acabada la jornada. Hora y media de trayecto. El asombro y la pregunta surgen de inmediato. ¿Cómo es posible que en medio de una sociedad aplicada a lo banal, sumida en el tedio de lo inevitable haya gente con una conciencia tan clara del valor de la vida, de la belleza y la importancia de las cosas?
El compromiso con “la vida”
María Llabrés, de Ingenieros Agrónomos, lo explica. «Veo mucha gente a mi alrededor sintiendo que el trabajo, el estudio, les roba un tiempo precioso, que quisieran dedicar a otras cosas. Personas que viven la existencia como un robo o un fraude. Con estos amigos he aprendido que la vida es el trabajo, una tarea que merece la pena independientemente del uso que se le dé al instante». Ella no lo ha estudiado en los libros, no lo ha escuchado en las clases. Ella lo ha aprendido preparando bocadillos y refrescos. Y después lo verifica en los libros y en las clases.
El Happening tiene la capacidad de rescatar el sentido de todo lo demás. No por sí mismo, sino como espacio de libertad y de verdad. Por eso su vocación rescata el sentido “universal” de la Universidad en su nacimiento, siglos antes de convertirse en una fábrica de servicios: hay cine, hay música, hay mesas redondas de política, de ciencia, de literatura, hay exposiciones, hay juegos. «La Universidad - explica David Bravo, presidente de Atlántida - nació para buscar la verdad, y la verdad tiene que ver con todo». «También con los conciertos de rock o con los juegos - continúa Manute -, precisamente es el saber que la vida tiene sentido lo que nos permite divertirnos con los amigos sin necesidad de bebernos una litrona».
Con las botas puestas
Pero la esperanza sería vana si se redujese a un sueño de juventud. El jueves Carras demostró que la belleza no sólo se conserva, sino que se incrementa con los años. A sus sesenta sonreía desde el estrado cuando decía «no seáis como esos viejos que juegan a los bolos. Los grandes mueren con las botas puestas». Jesús Carrascosa ha vivido siempre en España, comunicando como maestro y como amigo la experiencia cristiana de Comunión y Liberación, que había conocido en un viaje a Italia. Hasta que se le pidió que fuera a Roma. Y Carras y Ione dejaron la clínica de Fisioterapia de ella - un negocio redondo - y la escuela de él y se marcharon a Italia para encabezar el Centro Internacional de CL, que atiende a comunidades de más de setenta países distintos. A Jesús Carrascosa su mujer le gusta más que el primer día, su trabajo le apasiona más que al principio - ahora conoce mejor sus razones - y Cristo se le hace cada vez más presente. Para todos es una esperanza.
Un árbol en el desierto
Este año han faltado en el programa caras tan famosas como el entrenador de fútbol Javier Clemente o el médico Gustavo Patarroyo. Incluso la música ha olvidado grupos de la envergadura de “Greta y los Garbo”. Y ha sido deliberado. «Había llegado un momento - explica David - en que la gente acudía en masa, pero simplemente al reclamo de las caras conocidas. Este año hemos preferido actos que aborden los problemas de todos a partir de la madurez de la experiencia cristiana. El Happening es nuestra casa, plantada en medio del Campus y abierta a todos. Como la catedral».
Y la catedral se llenó el sábado, en la jornada final, el día en que la mayor parte de los trabajadores y de los niños tienen tiempo también. Los padres saltaban en las camas elásticas, se lanzaban por el aire con la tirolina, escuchaban un concierto de música tradicional o acompañaban a sus hijos a ver la obra de teatro «Zaqueo, un árbol en el desierto», por la Compañía Sicómoro.
Una canción verdadera
Comimos paella multitudinaria, como casi todos los años, y por la tarde vimos a los más pequeños disfrazados de payaso o de titiritera frente al escenario en el que Montse y Constanza escenificaban la historia de la domadora Frida y el león Rodolfo. Emilio hizo de enano, lo que motivó una estupenda anécdota por parte de una de sus ahijadas, que lo asaltaba después en la carpa: ¡Emilio! ¿Sabes? ¡He visto un enano exactamente igual que tú!
En el tumulto de la fiesta Sofía se perdía y lloraba. Supongo que para hacer verdad, una vez más, la canción de nuestro amigo Claudio Chieffo: «Non avere paura, piccolo figlio mio, non avere paura, non ti lascieró mai» («No tengas miedo, hijito mío, no tengas miedo porque no te dejaré jamás»).
La aventura del descubrimiento
El encuentro reunió a tres auténticas eminencias del ámbito de la Física: los profesores Bersanelli (Milán), Rañada (Madrid) y Tsallis (Río de Janeiro). Nuestro deseo era plantearles una serie de preguntas sobre la ciencia, la razón y la realidad a partir del trabajo sobre El Sentido Religioso. El título, como reconocía uno de los ponentes, recordaba la sorpresa frente al Descubrimiento de América. Todo descubrimiento nos sitúa frente a la realidad como frente a un velo que se corre, y el asombro frente a ese nuevo espectáculo es lo que mantiene la curiosidad intelectual. En el curso del diálogo se puso de manifiesto este punto de partida de toda auténtica investigación.
El estupor original, que representa el factor decisivo para que se produzca cualquier conocimiento, es un fenómeno del afecto, imprescindible para que la razón no quede paralizada. Rañada afirmó que la “pregunta” define lo humano, y Bersanelli subrayó que ésta implica siempre un horizonte infinito, probablemente el dato más misterioso de todo descubrimiento. La pregunta se ve siempre exaltada cada vez que se alcanza una nueva certeza, sin que esto ponga en duda la certeza adquirida.
«Existe una analogía entre la relación del científico con la realidad y la relación entre personas: cuanto más conoces a una persona, más te das cuenta del misterio infinito que hay en ella y de que ese misterio es lo que más exalta su atractivo».
Los tres científicos coincidieron en señalar que la unidad profunda entre verdad y belleza tiene un valor metodólogico. Recordaron, por ejemplo, el silencio casi religioso reclamado por un célebre físico ante la primera “visión” de los átomos, o la misteriosa correspondencia entre forma y fondo que permitió a Einstein afirmar, tras conocer los primeros resultados de un experimento defectuoso que contradecía las predicciones de su teoría de la Relatividad General, que «el experimento debe estar equivocado porque la teoría es demasiado bella para estarlo».
Finalmente, Bersanelli alegó que la esencia de la aventura del descubrimiento es que la realidad se desvela a la conciencia del hombre como “dato”, como “dada”, y que esto suscita siempre una reacción de alegría «¡porque es inconcebible que el universo se deje conocer!». Ahora bien, la gratitud es más que eso, porque implica el reconocimiento del que hace tanto la realidad como el sujeto que la conoce. Esta gratitud, que constituye la reacción natural ante la realidad está en el origen de un modo verdadero y adecuado de tratarla.
José Díaz, 30 de abril de 1999
Kosovo o el desamor de Europa
En la mesa, dos periodistas, el editor de la revista Páginas y el director de CESAL abordan los factores implicados en este terrible conflicto. Aun en las situaciones más oscuras y enmarañadas, marcadas por una continua distorsión mediática, es posible librarse de las opiniones al uso y utilizar rectamente la razón. Para ello, nada de discursos abstractos que parten de un análisis ideológico, sino el relato de lo que cada uno conoce a partir de la propia experiencia: José Miguel Oriol, la historia de aquella zona y los hilos que mueven la política internacional; Cristina López, la situación actual de un país como Albania, que ha visitado varias veces en los últimos años en calidad de enviada especial de ABC; José Luis Restán, los intentos contracorriente de Juan Pablo II, cargados de realismo, para poner fin a esta guerra terrible en la que se reproducen con fuerte intensidad los sufrimientos padecidos a lo largo de este siglo por los pueblos balcánicos; Javier Gavilanes, el trabajo que CESAL y la Red AVSI Internacional lleva realizando en la zona desde hace años, lo que permite emprender un plan de ayuda para miles de refugiados.
Los puntos más candentes se ponen uno tras otro sobre la mesa ante las preguntas del moderador: una mentalidad maniquea que se propaga como la pólvora en Occidente, las catastróficas consecuencias que está conllevando la intervención armada, las razones de fondo que mueven a Estados Unidos a realizar esta intervención armada en este lugar determinado y no otros en los que la situación es similar, el desprecio de los elementos culturales e históricos y de la tradición jurídica europea para una solución adecuada del conflicto.
En el turno de preguntas, se abordan temas tan importantes como la actitud de servilismo del Gobierno español ante los principales artífices de los bombardeos, el papel que una Rusia maltrecha y dependiente económicamente de Occidente puede ejercer para solucionar el conflicto y la consideración del nacionalismo como el problema principal de fondo.
Finalmente, Javier Gavilanes propone una ayuda concreta a aquellos que más están padeciendo las consecuencias de esta guerra. Una amplia trama de relaciones ha desembocado en un trabajo conjunto hecho durante estos últimos años en Albania con otras organizaciones locales y extranjeras. Se describe el gran problema que supone la vida cotidiana para cualquier persona que habite en un campo de refugiados de larga estancia, donde uno puede tener las necesidades materiales más o menos cubiertas, pero pierde poco a poco los motivos por los que levantarse por la mañana, ya que no tiene nada que hacer en todo el día. El trabajo pretende no sólo proporcionar comida y bienes materiales básicos a estos refugiados durante los próximos seis meses, sino acompañarles en todas las demás necesidades. Destaca la belleza del programa previsto para atender a los niños, víctimas de traumas psicológicos causados por la guerra y el exilio mediante una red de 31 centros de atención a la infancia de varias ONGs distribuidos por toda Albania.
Carlos Perlado, 30 de abril de 1999
La unidad del saber
El día 5 de mayo, en el marco del décimo Happening, la Asociación para la Investigación y Docencia UNIVERSITAS, ha organizado en la universidad de Alcalá una jornada bajo el título: «Universidad de Alcalá, Patrimonio de la Humanidad: razones de un reconocimiento»
La jornada comenzó con una visita guiada por la antigua universidad cisneriana, seguida de una mesa en la que intervinieron el Vicerrector de Extensión Universitaria de la universidad de Alcalá, D. Antonio Alvar Ezquerra, sobre el modelo universitario de Alcalá a principios del siglo XVI, y D. José Andrés Gallego, Investigador Científico del Centro de Estudios Históricos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sobre la situación actual de la institución universitaria. A continuación tuvo lugar un recital de canto por el coro de la universidad de Alcalá, haciendo un recorrido histórico por la época fundacional a través de la música, para terminar con una comida en la Hostería del Estudiante de la universidad cisneriana.
En palabras del Dr. Alvar Ezquerra, «la facultad de artes y filosofía constituía el núcleo de la enseñanza» de la universidad de Cisneros. En ella se explicaban los «estudia humanitatis, filosofía, ética, moral, metafísica, física, astronomía, aritmética, geometría, todo lo que tiene que ver con el conocimiento que hace al hombre más hombre».
El Dr. Andrés Gallego analizó la situación actual de la Universidad en su conjunto subrayando el aspecto específico de la Universidad que es «la docencia y la creación de saber», entendido «en el sentido más profundo, amplio e integral, como una predisposición del hombre entero al conocimiento». Seguidamente se refirió a lo que a su juicio es el principal problema de la universidad hoy: la fragmentación o pérdida de la unidad del saber. Indicó una consecuencia de esta fragmentación «que es la conversión del profesor frecuentemente en una suerte de técnico. (...) Y, en consecuencia, el alumno, resulta de alguna manera un producto también tecnificado, reducido a un conocimiento sobre todo utilitario».
Señaló que a su juicio la posible solución a estos problemas pasa por la persona del profesor, el cual debe ser más un testigo que un razonador. «Es mucho más eficaz el que da testimonio que el que arguye. Y más aún, en una época de relativismo, como la nuestra. (...) A mi juicio, a la cabeza de todas las soluciones que se quieran poner para solucionar la crisis de la universidad, la primera es sin lugar a dudas conseguir que cuantos más profesores mejor, sean conscientes, den testimonio de una determinada forma de concebir la vida y el saber». El profesor transmite siempre, inevitablemente, una determinada concepción de la vida.
Como corolario final dijo que «de este modo, la universidad recuperaría dos aspectos valiosos del siglo XVI. Uno, el valor de formular las cuestiones más radicales de la existencia y, segundo, la conciencia de que todo saber es una rama de un mismo árbol, el árbol de la ciencia, que se alimenta en definitiva de esas raíces que son comunes a todos los hombres y, por tanto, a todas las investigaciones y a todos los saberes».
José María Saz
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón