Huellas N.02, Febrero 2025

EDITORIAL

El don

«Un encuentro, una historia de amor, un acontecimiento».
El día del funeral en la catedral de Milán, abarrotada de gente, igual que la plaza, bajo una lluvia persistente, el entonces cardenal Ratzinger usó estas tres palabras para describir el tipo de cristianismo que Luigi Giussani había comunicado.
Han pasado veinte años de la subida al Cielo del siervo de Dios, de cuya causa de beatificación y canonización está en marcha la fase testimonial.
A él le dedicamos este número para contemplar cómo el primado de ese acontecimiento modeló toda su existencia.
Lo hacemos a través de personas que lo conocieron y nos devuelven algunos de los rasgos de su humanidad, el ímpetu de su conciencia, el ardor de su afecto, que desafiaba la libertad y responsabilidad de cualquiera que se encontrara. También de quien nunca lo vio en persona pero sabe lo que significa toparse con esa humanidad ahora. Desde Argentina hasta Australia, gente que se ha encontrado con el camino que dio inicio con Giussani, con su legado vivo, con los frutos de su propuesta.
Vivía tan implicado en la historia que Dios comenzó con el hombre, que todavía sigue involucrando a otros en ella.

Resuena hoy más que nunca la pregunta del papa Francisco. «¿De dónde venía su carisma? Procedía de algo que había vivido en primera persona: de joven, con solo quince años, le había impresionado el descubrimiento del misterio de Cristo. Había intuido –no solo con la mente sino con el corazón– que Cristo es el centro unificador de toda la realidad, es la respuesta a todos los interrogantes humanos, es la realización de todo deseo de felicidad, de bien, de amor, de eternidad presente en el corazón humano. El estupor y la fascinación de este primer encuentro con Cristo ya no lo abandonarían».
Los testimonios de esta revista son como pinceladas del “don” que ha sido y es don Giussani, y que el cardenal Kevin Joseph Farrell describe así en estas páginas: «Supo captar la grandeza de las aspiraciones del corazón humano, y las sacó a la luz». De tal modo que pudieran hallar respuesta en el acontecimiento sorprendente de Cristo que a él le conquistó.