No es raro, en la ciencia, que algo nuevo surja en el horizonte de la investigación. La habilidad del científico: tener siempre la mirada abierta y vigilante. La experiencia del químico Kouznetsov, que se ha topado casualmente con la Sábana Santa de Turín
Dimitri Kouznetsov, químico ruso, director de E. A. Sedov Biopolymer Research Laboratories Inc. de Moscú, en el 1992 se topó con el enigma de la Sábana, la tela sagrada conservada en Turín con la figura de un hombre que presenta una afinidad impresionante con el Cristo histórico. Desde hace más de un siglo la Sábana es objeto de investigaciones de todo género, hasta el punto de genera una disciplina científica llamada "sindonologia", con descubrimientos emocionantes y controversias provocativas "in crescendo". En 1988, sin embargo, parecía que había que poner la palabra fin en la hipótesis según la cual la tela coincidía con el sudario de Cristo: los laboratorios de Oxford, Tucson y Zurich, habían sido autorizados a extraer fragmentos de la tela para llevar a cabo el análisis con el método del C 14 (o radiocarbono: que es un particular tipo, o isotopo, radioactivo del carbono distribuido en la naturaleza junto a otros isotopos según cierto porcentaje medible). La sentencia del insigne tribunal científico fue perentoria: la tela se remontaba al Medievo y esto bastaba para tranquilizar a tantos intelectuales a los que no les salían las cuentas debido a una incómoda serie de fenómenos inexplicables relacionados con la Sábana. Ahora hacía falta un gran valor para volver a poner en tela de juicio unos resultados tan autorizadamente proclamados.
El valor no le ha faltado al químico moscovita. Sucede así, paradójicamente, que una nueva luz, sobre uno de los rompecabezas más intrigantes en los confines entre la ciencia, la historia y la religión, viene de un investigador que profesó diligentemente el ateísmo de estado hasta el 1985 y, que incluso después de su ingreso en la iglesia baptista, no había ni siquiera oído hablar de la Sábana; y de un país donde, todavía hoy, no se encuentra ni un libro sobre el tema.
Kouznetsov, invitado a Italia por los centros culturales de Varese y Turín, ha contado a Tracce como se ha topado casualmente con el problema de la Sábana y cómo este encuentro está influyendo en su experiencia de científico y de hombre.
Profesor, ¿cuándo y por qué ha comenzado a ocuparse de la Sábana?
Nuestros laboratorios son especialistas en química forense y de museos: tenemos un equipo de vanguardia que permite elaborar información útil en el campo legal y de determinar la datación y la autenticidad de obras de arte y de piezas arqueológicas. Ocupándonos en particular de tejidos, en 1990 empezamos a desarrollar técnicas correctivas de los métodos tradicionales de datación con el radiocarbono. Teníamos numerosos indicios que señalaban la inadecuación del examen con el C14 en el caso de tejidos celulosos como el algodón y el lino: no se podían aplicar el mismo procedimiento utilizado para los fósiles y para los otros materiales como la madera y la cerámica, sino a costa de introducir errores inaceptables. La comparación con la datación histórica de objetos conservados en algunos grandes museos arqueológicos, indicaba la diferencia del orden de algunos siglos y esto despertaba sospechas, azuzándonos a buscar métodos de datación más esmerados.
En el 1992, en un convenio en Inglaterra, presenté mis críticas al método clásico del C14 encontrando el apoyo de Guy Berthaut, del Politécnico de Paris, que por primera vez me habló de la Sábana sugiriéndome que aplicara a ella mis ideas.
El apoyo científico, pero también financiero, de Berthaut, nos ha permitido dedicar buena parte de nuestro tiempo (ahora el instituto Sedov es privado) al problema, y en dos años hemos llegado a poder desmentir los resultados de 1988: Hoy tenemos bastantes datos para afirmar que la Sábana se remonta a muchos siglos antes del XIII y que por tanto no se trata de un falso medieval.
¿Cómo habéis llegado a esta conclusión?
La Sábana se presta muy bien a controlar nuestras dudas sobre los límites del método de C14. En los análisis precedentes se había seguido un método inaceptable para un buen investigador: no se habían tenido en cuenta suficientemente algunos "factores".
En su trabajada historia, la Sábana ha estado implicada en un incendio en el 1532, cuando se hallaba en Chambery: simulando el incendio hemos puesto en evidencia una serie de condiciones no previstas por nuestros colegas y su consideración retrasa enormemente la edad de la pieza.
Un segundo factor que no se debe ignorar es de naturaleza bioquímica: en algunos vegetales con celulosa se verifica el fenómeno del fraccionamiento biológico de los isótopos, que modifica la distribución porcentual de los variados tipos de carbonos presentes en el tejido alterando las medidas de la datación.
En resumen, hay que considerar el carácter químicamente muy reactivo de la celulosa que es muy sensible, en modo poco calculable, a una variedad de agentes ambientales que inciden siempre sobre el porcentaje del C14.
¿Cómo han reaccionado los otros investigadores y por qué era tan difícil plantear la cuestión como habéis hecho vosotros?
Nuestros artículos han aparecido en prestigiosas revistas internacionales, suscitando un avispero de polémica pero ningún desmentido consistente.
Yo también estoy desconcertado por el hecho de que, si bien todos los especialistas saben que la datación no es esmerada y no consiguen mejorarla, insisten en decir que no hay otra posibilidad. En cambio las posibilidades existen: basta tomarse el trabajo de tener en consideración todos los otros factores, traducirlos al lenguaje físico-químico y rehacer la medida. Nosotros nos estamos moviendo en esta línea y estamos poniendo a punto los procedimientos correctivos, específicos para el tejido, que nos permitan tener en cuenta todos los parámetros en juego. Lo cual, por otro lado, se revela útil no sólo para el caso de las Sábana y puede abrir un nuevo capítulo en la ciencia de la datación de objetos antiguos. La nuestra, de todos modos, es sólo una contribución que ponemos a disposición de todos: nuestros laboratorios están siempre abiertos, no tenemos secretos y estamos interesados en toda aportación crítica.
¿Cuentan con llegar a resolver el enigma de la Sábana?
No tenemos semejante ambición y personalmente considero este objetivo imposible de alcanzar con el sólo acercamiento científico. Los problemas relacionados con la Sábana se puede resumir en tres, la fecha, el mecanismo de formación de la imagen y la autenticidad de la referencia a Cristo. Los dos primeros se podrán quizá un día resolver científicamente, el tercero no. El tiempo será juez. Pero aunque se llegara, en cualquier caso, a declarar la autenticidad, permanecerían los interrogantes más profundos y provocativos, no sólo para los cristianos sino para todo hombre razonable: ¿Cómo llega hasta nosotros? ¿Con qué finalidad? ¿Qué cosa nos quiere decir? Si es verdaderamente el sudario de Cristo, es imposible que se nos haya puesto delante sin un fin, y es nuestro deber intentar comprender este fin. Personalmente sostengo que la finalidad puede ser una demostración tangible del gran amor de Cristo que se ha sacrificado por nosotros.
(traducido por Emilio Pérez)
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