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Huellas N.11, Diciembre 2023

RUTAS

La generación de la amistad

Gonzalo Santa María

«Los amé justamente porque yo buscaba otra cosa». En su discurso al recibir el Nobel, el poeta Vicente Aleixandre no dudó en hablar de sus amigos del 27, esos que formaban lo que llamaban «la piedra unidad que somos y seremos por encima del olvido mismo»

La vigésima edición de EncuentroMadrid, dedicada a “Una amistad que teje la historia”, ha sido una ocasión para revisar uno de los ejemplos más célebres de amistad en la literatura española, como fue la que compartieron muchos miembros de la Generación del 27. De dicha generación todavía hay muchos aspectos en discusión pero el hecho notable es que entre grandes poetas de personalidades muy marcadas y de gran talento artístico, hubo una verdadera y en algunos casos larguísima amistad que duró hasta la muerte de sus protagonistas. De acuerdo que no todos fueron amigos de todos, o no con la misma intensidad, e incluso se puede decir que hubo mala relación entre algunos de ellos pero eso no borra lo que de grande y hermoso hubo entre muchos de ellos.
El escritor, profesor y crítico Francisco J. Díaz de Castro reflexiona en su libro Poesía, pasión de vida sobre la importancia de la amistad en la Generación del 27, que siente una «especie de necesidad de hablar de sus amigos en su literatura» y cuya correspondencia personal constituye una «autobiografía colectiva».
José Luis Cano, crítico, poeta y estudioso, aparte de amigo personal de muchos de ellos y testigo de muchas de sus reuniones, afirma: «a mí me gusta llamarla generación de la amistad (…) Esa amistad era tan fraterna que ni siquiera pudo romperla la tragedia de la Guerra Civil. (…) Y el exilio al que marcharon la mayoría de los miembros del grupo como consecuencia de la derrota de la República solo pudo dividirlos geográficamente, no espiritualmente. El contacto entre unos y otros no se rompió nunca, y ello permitió al grupo mantener viva su unidad, su continuidad espiritual, a pesar del drama de la guerra y de sus trágicas consecuencias».

¿Dónde se documenta esta amistad? En primer lugar en su poesía. Valgan como ejemplo dos poemas:

La amistad, de Gerardo Diego
Quisiera yo decir ese milagro
que es la amistad de fuego,
la ignición propagándose
sin consumirse nunca,
la llama que nos ciñe y que nos quema.
Mas ¿cómo puede la devoradora
renovarse sin magia de ceniza
y salir y reentrarse en su hogar puro,
rica de más y más conciencia
a cada nueva lengua de desatado espíritu?


Los amigos, de Jorge Guillén
Amigos. Nadie más. El resto es selva.
¡Humanos, libres, lentamente ociosos!
Un amor que no jura ni promete
Reunirá a unos hombres en el aire,
Con el aire salvándose. Palabras
Quieren, solo palabras y una orilla:
Esos recodos verdes frente al verde
Sereno, claro, general del río.
¡Cómo resbalarán sobre las horas
La vacación, el alma, los tesoros!


Dicha amistad es manifiesta en sus epistolarios. La mayor parte de la correspondencia personal que mantuvieron los miembros de la Generación del 27 entre sí y con otras personas ya está publicada. En una carta que envía Emilio Prados a Cela en 1958, contestando a su petición de hacer crítica sobre la Generación del 27, Prados dice que él no puede realizarla porque perteneciendo a ella no tiene la perspectiva suficiente, y la segunda razón que aduce «es que fuimos y seguimos siendo amigos ¡tan amigos! que aunque hoy estemos alejados aparentemente por la vida, cada cual lleva en su alma ese pedacito que se rompió –para unirnos más– de la piedra unidad que somos y seremos por encima del olvido mismo. El “Símbolo” está vivo y aquí, o en la memoria de Dios o en algún hombre, cada uno llevará el pedazo de piedra que le tocó en suerte. Y al encajar cada trozo en su sitio, se sentirá, misteriosamente, renacer en la unidad o generación o grupo de la amistad. Mi generación se formó no por acuerdo sino por encuentro».
También en sus artículos hacían alusión a su relación de amistad, especialmente los poetas más longevos, que escribieron hasta el final de sus días: Gerardo Diego, Guillén, Alonso y Alberti. El 25 de mayo de 1977 el diario ABC publicó el artículo Alberti en España de Gerardo Diego al que pertenece este fragmento: «Ha sido una pena que Alberti no adelantase unos días su llegada o retrasase su partida Jorge Guillén para que hubiésemos podido reunirnos los cinco (con Dámaso Alonso presente en el acto, y con Vicente Aleixandre, retenido en su convalecencia pero capaz de sostener una evocadora conversación) a quitarnos cincuenta años de encima y despacharnos a gusto en la más estricta intimidad».
Y en los diferentes discursos que pronunciaron con ocasión de los premios que les fueron concedidos también hicieron referencia a la importancia de la amistad en su vida y en su obra. Aleixandre, cuando recibió el Nobel en 1977: «¡Qué suerte la mía poder vivir y tener que hacerme junto a poetas tan admirables como los que yo hube de conocer y asumir en calidad de coetáneos míos! A todos los amé, uno a uno. Y los amé justamente porque yo buscaba otra cosa; otra cosa que solo era posible hallar por diferenciación y contraste respecto de aquellos poetas, mis compañeros. Nuestro ser solo alcanza su verdadera individualidad junto a los demás, frente al prójimo. Cuanta mayor calidad tenga ese contorno humano en el que nuestra personalidad se hace, tanto mejor para nosotros. Puedo decir que también aquí yo he tenido la fortuna de haber realizado mi destino desde una de las mejores compañías posibles».
Y Guillén, en la recepción del premio Feltrinelli, otorgado el mismo año, dijo: «En la memoria me acompañan unos amigos poetas, los aún vivientes de aquel grupo que comenzó y se consolidó en los años veinte. La amistad de siempre entre estos poetas fue y es aliada inseparable de su poesía. No es frecuente esta conjunción y más aún en tiempos muy difíciles de vivir y de soportar. Cada poeta hablaba con su propia voz en obras muy diversas. Sin embargo, algo común los mantenía en una relación amistosa y literaria. El aquí premiado no se sentiría satisfecho si no sacara fuera lo que está en su alma. Para mí es una necesidad evocarlos. Así, encontrándose en mi memoria, verdaderamente me acompañan».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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