ESPAÑA
Lo más valioso
Querido don Giussani: Cada día agradezco a Cristo haberle conocido a través de los que le siguen y son un bien tan grande para mi vida; cada día agradezco a Cristo que me haya concedido ser partícipe de esta historia buena y bella que su respuesta ha hecho posible. Formo parte de un pequeño instituto religioso que se vio movido por el Señor a abrir una casa en Honduras. Mi hermana fue designada con otras dos religiosas a comenzar esa misión. Se trataba de construir una casa para atender a las jóvenes sometidas a múltiples formas de explotación en las "maquilas". Preparando el viaje nos ha sorprendido la catástrofe que ha asolado aquel país. Ahora, carentes de cualquier pretensión, conscientes de que Cristo lo es todo y que la verdadera pobreza de la vida es la ausencia de sentido, no conocerle a Él, parten por caridad y obediencia a hacerle presente, esto es, a reconocerle y responderle en las circunstancias donde les pone. Yo estoy muy agradecida por el inmenso despliegue solidario de estos días, pero ¡cómo me conmueve que exista la Iglesia! Ella conoce la verdadera necesidad, la ineludible necesidad del hombre, del corazón humano: una compañía para el camino que cada uno tiene que recorrer, unos rostros que sean signo de un amor infinito y concreto, las palabras y los hechos que curen, consuelen, corrijan, enseñen, bendigan, animen, señalen,... y envía lo más valioso que tiene, sus hijos, mostrando así qué es caridad. ¡Es impresionante! Todo partió de un encuentro (yo soy consciente de esto porque miro y sigo a sus hijos), el encuentro con un Hombre en cuya compañía uno percibe que la vida es más vida, que el corazón se ensancha, que la libertad crece hasta poder responder. Eso que sucedía a Pedro y a Juan, a Andrés y a Pablo, a Santiago y a Ignacio, a Francisco Javier... eso mismo les pasa a las hermanas que hoy marchan y a mí. Sin ese encuentro todo es nada o poco; y, si se da, cualquier cosa es el signo de una preferencia y de una compañía. ¿Cómo podría suceder un hecho así, tan gratuito y tan sin condiciones si Él no estuviera? Pido a Cristo, el Hombre que nos ha encontrado, crecer en la certeza de su amor, en la seguridad de que Él acompaña y cuida a las que envía y a los que deja. Le pido crecer en la conciencia de que nos envía - donde estamos somos enviados - porque cualquier hombre, de allí o de aquí tiene un valor, una dignidad infinita a Sus ojos, que nos conceda disfrutar hacer presente en Honduras en Madrid el inmenso, el entrañable, el concreto amor que nos ha alcanzado. Don Gius: le miro, le sigo y rezo. Con inmensa gratitud
Sor Cristina, Madrid
BRASIL
La Encarnación, en lo cotidiano
Publicamos algunos apuntes de la intervención del cardenal de Bel Horizante, Serafim Fernandes de Araujo durante el encuentro que tuvo con la comunidad de CL el pasado 24 de mayo.
Hoy he aprendido mucho. Conozco a don Giussani, a los Memores Domini, conozco la Fraternidad, el trabajo del AVSI; sé que existe todo esto, pero ahora sé por qué existe. He aprendido cuál es la raíz: el encuentro con Cristo y con su Espíritu en lo cotidiano. Vivimos en un siglo en el que se tiende a buscar a Cristo en lo «espectacular». A veces dejamos la certeza de lo cotidiano y de la presencia de Cristo para buscarlo en donde está la duda, en donde no tenemos certeza. Si tienes la Eucaristía, ¿por qué buscas a Cristo en aquello que él no puede ser? Esta es una de las locuras de la espiritualidad en el mundo de hoy: buscar cosas, y cosas extrañas, para decir que en ellas está Cristo. Lo que he visto con vosotros es exactamente lo contrario; desde el primer testimonio, un testimonio de la familia en lo cotidiano, en lo cotidiano de la enfermedad, de la dificultad. La persona encuentra allí esta encarnación, toca a Cristo en sí mismo y en lo cotidiano de la vida. Y también la experiencia universitaria. Las personas empiezan a decir: «Este no habla de psicología. Habla de psicología, pero piensa en otra cosa». Y es justamente así. Y también en la música: cuanto más tienes este don de Dios, esta belleza de Dios que es la música, menos logra ésta satisfacerte. En los momentos sencillos, alegres o dolorosos, precisamente en esos momentos es donde sucede la encarnación de Cristo o, como habéis dicho, la incidencia de Cristo en lo cotidiano. Lo cotidiano, que no es algo banal, pequeño, sino que lleva en sí el signo de la bondad y de la misericordia de Dios, mucho más que si sucediese una gran acción de Dios en nuestra vida. Vosotros conocéis la alegría y la estima que tengo por el movimiento. Pero hoy he empezado a entender el porqué de un sacerdote del movimiento, el por qué de un consagrado del movimiento, de un casado del movimiento, de un profesor, de un músico... el por qué de las obras, qué son las obras y de dónde nacen.
Cardenal Serafim Fernandes de Araujo, Belo Horizonte
KAZAJSTÁN
Ese hombre de blanco...
Querido don Giussani: Es la primera vez que me admiten en los Ejercicios de los Memores y me doy cuenta de que el sitio apropiado para mí estaría quizá entre los novicios, visto que a veces me pierdo en el silencio (alguna vez, lo confieso, después de una hora de silencio, me he encerrado en el cuarto de baño a leer la Gazzetta dello Sport... ). De cualquier forma me doy cuenta de que estar aquí es una gracia, porque el espectáculo cotidiano de este pueblo de hombres y mujeres entregados al amor de Cristo es un hermoso ejemplo. He vuelto a Karaganda conmovido por las vacaciones que hemos pasado con los estudiantes en las montañas que se encuentran cerca de China, porque han sido la confirmación clamorosa del paso que muchos han dado este año, sobre todo algunos adultos, mis colegas profesores, y algunos estudiantes con los que finalmente es posible «guiar» conjuntamente la comunidad. He puesto la palabra «guiar» entre comillas porque tengo la impresión de que en Kazajstán guiar es en verdad correr detrás de la iniciativa de Dios que nos arrastra a una aventura increíble. De los 70 chicos que venían, un tercio era musulmán; los demás, de tradición ortodoxa o simplemente «soviética». Te cuento algunos testimonios. «Yo, que soy musulmana, ¿puedo amar a Cristo y demostrarlo haciendo el signo de la cruz?». «Yo he crecido dentro de la tradición de la mezquita; siempre he creído en Dios, pero solamente haciendo Escuela de comunidad y ahora, aquí, en estas vacaciones comprendo que Dios (Alá) me quiere y me hace sentir libre». «¿Quién es ese hombre de blanco ante el que se arrodilla don Giussani ?» (pregunta de una chica de 17 años viendo el vídeo del encuentro de Roma). «Pero Natacha, ¡es el Papa!». Y ella, avergonzada: «Perdonadme, pero no lo sabía. Al inclinarse ante el Papa, don Giussani no sólo me ha hecho ver quién es, sino también que debe ser una persona muy importante, porque si don Giussani se ha puesto de rodillas ... ». Otro aspecto interesante de la misión en Kazajstán es "la casa". Cada vez son más frecuentes los sacerdotes que vienen para hospedarse, para estar con nosotros o rezar juntos. El enviado del Papa ha pasado diez días en nuestra casa, y ha querido hablar al Pontífice de nosotros, como primer punto de su informe. En algunos pisos, los estudiantes, por iniciativa propia, se han dado reglas similares a la nuestra. En uno han renunciado incluso a la televisión, poniendo en el programa de las tardes la Escuela de comunidad y la audición de música. Incluso en la misma cárcel, un grupo de las «peores» reclusas - enfermas de SIDA - que viven en un barracón en el mayor de los aislamientos, nos ha recibido con esperanza. En la entrada del barracón, además del reglamento de la cárcel, se encuentra su regla de vida, que tiene como premisa el artículo de la Constitución de Kazajstán que asegura el derecho a la experiencia religiosa de cada ciudadano.
Tu juglar preferido, don Edo, Karaganda
En el origen
Cuando el invierno del año pasado fuimos a llevar algo de ayuda a un grupo de personas de «El Monte» que lo habían perdido todo a causa de las inundaciones, nunca imaginamos la historia que el Señor estaba por comenzar. Hacía ya varios años que don Antonio iba regularmente a celebrar misa en una pequeña capilla de la localidad, por lo que cuando el crudo invierno cobró sus víctimas - que fueron a parar a una modesta capilla improvisada como albergue - fuimos uno de los numerosos grupos que llevó ayuda. Sin embargo, era evidente que en el origen algo era muy distinto: era algo gratuito. El invierno pasó; los que no tenían nada fueron alojados en unas "casitas" de madera - de unos quince metros cuadrados, para una familia completa - instaladas provisoriamente en un terreno municipal. Mientras los medios de comunicación les olvidaban, sólo algunos seguíamos yendo a verles una vez por semana. La desproporción entre las más diversas necesidades y nuestras fuerzas era evidente; sólo podíamos reconocer y aceptar que no éramos capaces de responder ni siquiera a las más concretas y urgentes. Pero, «ir a Cristo para obtener la vida no es construir razonamientos, sino seguirle a través de aquello con lo que nos llama». Un paso siguió al otro, y el afecto inicial se transformó en amistad. Los nacimientos de Alejandra, Xirnena, dio de la casa de Imán, el bautizo de muchos de los chicos, cada circunstancia se transformó, por gracia, en ocasión para dar un nuevo paso y reconocer a Cristo presente en nuestra unidad. Y el Señor no deja nunca de responder. Este mes, después de casi un año y medio de campaña de Navidad, rifas y ventas de ropa para juntar algo de dinero para una casa definitiva, el Estado les ha concedido un subsidio. Todos estamos muy contentos. De verdad el camino del Señor es sencillo; basta seguirle y estar atentos a cómo Él responderá. Esta historia que comenzó hace tanto tiempo en Italia, alcanza a algunos en Chile a raíz de haberlo perdido todo. Es en verdad conmovedor y, si Dios quiere, esta Navidad la pasaremos todos juntos en una casa nueva.
P.D. El lunes 23 de Noviembre el mismo Presidente de la República presidió la entrega de las casas a nuestros amigos. Pudimos también conocerle y entregarle nuestra revista Huellas.
Gerardo, Santiago de Chile
Ser acompañados
Desde hace ocho años hacemos la caritativa en el Hogar de menores de La Pampilla en Coquimbo (a 19 Kms. de La Serena), que alberga a ochenta niños con problemas de deficiencia mental y delincuencia a diferentes niveles. A pesar de que el Hogar tiene los recursos adecuados, las necesidades básicas de los niños ni siquiera son cubiertas en su totalidad. Esto nos provocaba a "hacer algo" por ellos. En cambio, se nos insistía en que había que dar un paso serio en la forma de vivir y afrontar la situación del Hogar y que, aprovechando la amistad con el arzobispo de nuestra diócesis don Manuel Donoso, le pidiéramos que nos acompañase alguna vez. Es increíble que cualquier circunstancia se convierta en algo grande cuando se toma realmente en serio el destino del otro. Invitamos a don Manuel a la caritativa. Nuestra intención era que viera las precarias condiciones de los niños y nos ayudara a compartirlas. Cuando íbamos de camino contándole qué era para nosotros la caritativa, fue sorprendente ver con qué sencillez y humildad escuchaba. Mirando cómo estaba frente a los niños la intuición que teníamos en principio se fue aclarando y tomando consistencia. En todo momento mantuvo una atención impresionante desde el gesto de explicar paso a paso el Ángelus (que los niños rezan con nosotros todos los domingos) hasta hecho de bendecirles y enseñarles a persignarse uno por uno. La expresión de felidadXXX en sus rostros y en mismo era realmente un espectáculo. Entendimos no se trata de un proyecto que hacer sino de una amistad que ofrecer. El obispo despedirse ofreciéndonos, apoyo y ayuda para lo quisiéramos hacer, nos dijo: «Mucho coraje e inteligencia ya que el único punto comparación para estos niños son ustedes: por encima cualquier otra cosa, valora la amistad con ellos».
Alex, Santiago de Chile
Sólidos muros
Cada vez que voy a visitar a una gran amiga mía que es monja de clausura, me conmueve la XXtencia del carisma que vimos. Esta última vez superiora del convento estaba sorprendida por que los Memores Domini trabajamos durante todo día y casi no estamos juntos, como si no pudiésemos así hacer vida de comunidad. Una amiga me comentaba: «Es cierto, ellas ha todo, todo juntas... » Y tras un instante, caí en la cuenta de que nosotros hacemos lo mismo, sólo en nosotros es una cuestión de conciencia; también nosotros hacemos todo en comunión. Es impresionante la fuerza de nuestro carisma que nos permite descubrir que estamos hechos de una relación, concreta, real, permanente. Cuando la consistencia de una persona llega a ser la comunión, entonces no se necesita añadir nada para poder vivir todo en la verdad: «los muros» del convento ya han pasado a ser parte de uno mismo. Esta es la fuerza de la memoria de la se nos habló en el último retiro de novicios.
Bebe, Lisboa
Encuentro a 3.800 m.
Como algo imprevisto nació una amistad con monseñor Raimundo Revoredo, obispo de Puno, Fue un encuentro casual, casi gracioso (le preguntamos si era sacerdote y si podía celebrarnos la misa) que hizo que nuestro viaje de vacaciones al lago Titicaca (el más alto del mundo, en la frontera con Bolivia, a 3.800 metros de altura) fuera bello y verdadero y no terminara como un tour más. Nos invitó a rezar en su capilla, luego a tomar café con él. Ver cómo se interesaba por saber quiénes éramos, qué era Comunión y Liberación y qué hacíamos en July (una aldea al borde del Titicaca, a donde llegaron las primeras Misiones jesuitas). El interés por saber de don Giussani y la forma como repetía varias veces su nombre para pronunciarlo bien, nos causaba una alegría inmensa. Es un "encuentro" lo que cambia todo y te hace recordar a Quién perteneces. De vuelta a casa, hemos continuado esta amistad enviándole Huellas y contándole lo que estábamos viviendo en Lima: la exposición «De la tierra a las gentes», y la presentación del libro El Sentido Religioso.
Angélica y Daniela, Lima
Después de la tragedia de Sarno
Me impresiona mucho volver a descubrir la belleza de pertenecer a una historia más grande que yo, que me abraza. No son palabras vacías, sino que es lo que he vivido en primera persona durante este periodo, desgraciadamente a través de un acontecimiento dramático: la tragedia sucedida en Campania el 5 de mayo pasado, donde murieron ocho parientes míos (cuatro adultos y cuatro niños). En aquel momento experimenté angustia, temor, desesperación, rabia, pero lo que me hizo levantar la mirada fue la respuesta a mi petición de ayuda. En primer lugar, la compañía discreta y atenta de los amigos de mi comunidad, que se ha dilatado con el consuelo de los amigos de los pueblos vecinos del mismo grupo de Fraternidad, y que ha llegado hasta el apoyo de la Fraternidad central (es como encontrarse dentro de una serie de círculos concéntricos). Me han sostenido con la oración y con la ayuda económica, que yo he podido ofrecer a los parientes que han perdido todo en la tragedia de Sarno. Frente a todo esto, mis familiares han quedado profundamente impresionados. Todos comentaban: «Los amigos que te rodean son fenomenales». Pero tanto Paolo, mi marido, como yo, somos conscientes de que no se trata de una genialidad, sino de un compartir y de una comunión verdadera, que brotan de una pertenencia que lleva a cambiar el corazón de cada hombre. No podemos sino estar agradecidos, y desear estar apegados con mayor fuerza y entusiasmo a esta experiencia que encontramos hace años, de la que nunca dejo de aprender, porque abraza y valora todo: desde los momentos de fiesta al dolor frente a una tragedia; desde la oración, al uso del dinero (aquí se ve también el valor que tiene la contribución al fondo común, que lleva a realizar gestos de ayuda concreta).
Tina, Cassano D'Adda
Publicamos a continuación dos cartas enviadas a Daniela de la casa de los Memores Domini de Lima.
¡En el nombre del Señor! Siempre agradecido por el recuerdo y las revistas que son maravillosamente informativas y formativas. Ánimo y adelante. No podré estar el 14 en Lima. Otra vez será. Un abrazo y bendición a todo el movimiento de CL.
Raimundo Revoredo, obispo de Puno
Estimada hermana en el Señor: le escribo estas líneas para saludarle y agradecerle los ejemplares de Huellas que nos enviaron para el noviciado. Este tipo de publicaciones nos viene muy bien para que estos chicos se vayan formando como futuros misioneros que llevarán la palabra del Señor por los lugares por donde Dios les necesite. El modo de corresponderles este favor es con nuestras oraciones para que su obra siga adelante. Nosotros, aparte de vivir aquí en el desierto junto a la Madre del cielo (Chapi es un popularísimo santuario mariano que genera la devoción más sentida del Perú, ndr), también tenemos actividades como misiones, visita a enfermos, asistencia a niños y ancianos, catequesis para recibir los sacramentos, etc. Estas actividades se hacen generalmente en la serranía de nuestra patria, en los lugares de más difícil acceso y menos atendidos espiritual y materialmente. Hace pocos días estuvimos en Cuzco y también en la selva; fue una experiencia muy linda sobre todo para los chicos que están empezando la vida religiosa. En Cristo y María, me despido de todos ustedes, y nos comprometemos a seguir rezando por su labor pastoral.
Padre Pedro Pacheco, Santuario de Chapi, Arequipa
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón