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Huellas N.04, Abril 2023

BREVES

Cartas

Siria. «La seguridad está en la fe»
El día antes del terremoto, rezaba y pedía a Dios que me ayudara a superar todos los desafíos y dificultades que vivimos en nuestro país. Miraba la Cruz y me preguntaba: «¿Cuánto nos queda aún por sufrir? ¿Para qué sirve nuestro dolor?». Llevamos doce años en guerra, todavía faltan productos esenciales y todo es muy difícil. La noche del 6 de febrero me despertó el movimiento. Estábamos aterrorizados y a oscuras porque no teníamos electricidad. La casa temblaba. Mi mujer lloraba, me preguntaba por nuestro hijo menor: «¿Dónde está Micho?». Enseguida llamamos a Elisas, nuestro otro hijo, que estudia en Homs. Nos dijo que se había caído de la cama y que había salido corriendo a la calle. Fueron unos momentos terribles. Pensé en mis oraciones del día anterior, y en esos momentos Dios respondía: «La seguridad está en la fe. Quédate a mi lado, te protegeré y te daré fuerza y esperanza». En los días siguientes, me impactaron las noticias que llegaban de las zonas más afectadas. Seis compañeros murieron en Latakia, muchos de nuestros amigos han perdido a sus familiares y sus casas, muchos niños se han quedado sin padres. Los que siguen vivos pasan frío en los campamentos de acogida. Hago todo lo que puedo por ayudar a los que conozco. He recibido muchos mensajes de amigos del movimiento, que vuelven a demostrarme que no solo Dios está a mi lado y se muestra mediante esta gran familia, sino que también me comunica su amor y su misericordia.
Soulaiman, Damasco (Siria)

Un día más Turquía
Está empezando a ser un poco raro porque ya empiezas a acostumbrarte al ritmo distinto de estar aquí y cada vez echas de menos más cosas, hoy especialmente el no poder haber participado del retiro y cada vez más necesidad de Cristo sacramentado en la comunión y en el silencio, que aquí es imposible. Cuando recitaba una de las oraciones de la comunión espiritual me surgía la tentación de pensar qué pinto yo aquí cuando el resto de la gente está por una bondad vacía y parece que lo que hago lo podría hacer cualquier otro, y yo me pierdo cosas importantes para mi vida… Retiro, silencio, trabajo, casa, fraternidad… Pero le acababa diciendo que solo Él sabrá qué hago yo aquí… quizá sirva (y está sirviendo) para darme cuenta de lo que tengo y que es lo más querido para mi vida: la relación con Él.
Fernando

Donde dos se reúnen en su nombre
Últimamente he oído a Carras decir que donde dos o más se reúnen en su nombre, allí está Él. Y en mi empresa, con el tiempo, hemos acabado trabajando cuatro, en diferentes áreas. Nos conocíamos de vista, más o menos: el hijo de, el hermano de, este estuvo en la universidad cuando yo… Incluso quedamos ya para tomar un café. Habíamos hecho ya “todo”.
«Cuando dos o más se reúnen en mi nombre, allí estoy Yo». Verle a Él es lo que necesitan mis ojos resecos y mi corazón cansado, lleno de mis “ideítas geniales”. Así que propuse quedar. Fue una sorpresa y queremos repetir. Voy entendiendo a Carras. ¡Qué bonito sería un lugar donde otros pudieran conocerle y disfrutarle!
Para mí ha sido un regalo contemplar en acto que dar crédito a su propuesta en la realidad, en este caso tomar un café con los que siguen la misma historia, ha llenado el instante de su Presencia, que siempre desborda tus previsiones y tus cálculos.
Carmen, Madrid

Un pueblo, una amistad y muchos calçot
Después de tres años desde el inicio del covid, este fin de semana un grupo de amigos hemos vuelto a proponer la Calçutada, una tradición popular que empieza en enero y acaba a primeros de abril, cuando es el tiempo del los calçots: una cebolla alargada como los puerros que se cocina a fuego muy fuerte y se come acompañada de una rica salsa que se llama romesco.
La propuesta de la calçutada nació entre nosotros hace más de 20 años por el deseo de vivir juntos un gesto bello que pudiera mostrar a las personas que íbamos encontrando la Belleza de nuestro pueblo y dar a conocer el origen que lo genera: Jesucristo. La organización no es sencilla: primero y más importante, tenemos que invitar a amigos, vecinos, parientes, padres del cole; segundo: encontrar un lugar bonito que nos acoja a todos; tercero: comprar 2.500 calçot, butifarras; cuarto: preparar 20Kg de salsa casera, los juegos los cantos y equipo técnico. ¿Qué decir? ¡¡Un gran trabajo!!
El día comenzó con Diego explicando el sentido de por qué estábamos allí, también a aquellos que venían por primera vez. Recordó especialmente a nuestro amigo JJ, muerto tres días antes por una grave enfermedad. Todos lo recordamos cuando llegaba aquí de los primeros y se ponía a cocinar sin descanso para que los que llegaran pudieran gozar de los mejores calçot. Trabajaba sin descanso porque reconocía el origen de esta compañía de amigos de CL. El origen es Jesucristo. Sin este origen ninguno de nosotros estaría aquí. Sin este origen perdemos la belleza, la alegría y la verdad de este gesto. Seguro que desde el cielo no estaba acompañando para no perder ningún detalle de lo que teníamos delante de nuestros ojos: desde los que cocinan hasta los que organizan los cantos, los juegos, y el desconocido que podemos encontrar y al que nos presentaremos precisamente porque es parte de ese origen, que JJ veía tan claro.
El día fue realmente intenso y acabó con una misa final. Todos pudimos tocar con nuestras manos la belleza y la alegría que regala la pertenencia a una comunidad viva y consciente del porqué se reúne. Volvíamos a casa agradecidos y ciertos de que nuestro pueblo, que es la Iglesia, nos permite caminar conscientes de quiénes somos.
Silvia, Barcelona

Gratuidad, la palabra que me define
Tantos gestos propuestos, como las recientes vacaciones, me han ayudado a conocerme más. Recuerdo que antes, al iniciar el camino, eran tan solo quejas por todo, por mis limitaciones, por los demás. Di un paso, haciendo lo que podía y lo que no podía me enseñaron a ofrecer con la jaculatoria: «Ven Espíritu Santo, ven por María». Obedeciendo, con el tiempo entendí el sentido de la unidad, de por qué estamos juntos siendo tan distintos unos de otros, con historias tan diferentes, pero caminamos a un mismo fin sosteniéndonos en el deseo de felicidad que todos tenemos en el corazón. Hoy puedo descubrir mis fortalezas y mis debilidades, y aceptarme como soy sin escandalizarme por lo que no puedo manejar. Mirar al otro con misericordia, así como soy mirada por Otro. Siempre suceden imprevistos fuera de nuestros proyectos, es cuando me toca hacer el trabajo personal con la pregunta: ¿por qué estoy aquí? ¿A qué hora me ayudan estos hechos? Respondiendo, en el instante, hago experiencia. Nada se me ahorra. Dimensiono cómo soy amada y que llevo como una única tarea hacer conocer a otros aquello che he alcanzado por pura gracia, como prueba de su gran amor. En la fe uno se pone en juego en los desafíos, ocasión de ver y conocer, es el modo que me lleva a hacer experiencia. Solo así tengo la posibilidad de desarrollar todo el potencial que llevo dentro volviéndome mendigo y misionero.
Antonia, Asunción (Paraguay)

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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