Toda la maquinaria engrasada para que arranque EncuentroMadrid 2022, del 11 al 13 de noviembre, con el lema “Vivir apasionadamente la realidad”
21 de octubre, viernes. Recta final para la próxima edición de EncuentroMadrid. Queda menos de un mes y mucho por hacer. En un restaurante, mesa para siete. La convocatoria es a las 14:30 horas, pero cada uno llega cuando puede –o muy puntual, porque luego tiene prisa–. En el orden del día la revisión del programa, quedan todavía nombres por confirmar y el calendario corre en nuestra contra. Se discuten propuestas de última hora, alternativas, cómo cuadrar los horarios. Entre medias la vida, la nuestra y la de los voluntarios, especialmente los últimos en llegar, que muchas veces se convierten sin quererlo en personas a las que mirar para retomar una y otra vez las razones de por qué hacemos este trabajo.
Una vez que el programa se dé por cerrado, aunque nunca está cerrado del todo, se pone en marcha toda la maquinaria: buscar patrocinadores para cada acto, diseñar y pensar la promoción de cada uno, contactar con los invitados para ver sus necesidades... Desde botellas de agua, espacios de ensayo, alojamiento, transporte o incluso pensar planes para enseñar la ciudad a los que se van a quedar unos días más.
Cada uno de esos actos que conforman el programa se ha pensado como propuesta para afrontar juntos los temas, preguntas, heridas que afronta nuestra sociedad. Nacen de la inquietud de personas concretas que dan un paso adelante para proponer encuentros o diálogos, preguntas que han tenido en su vida cotidiana y que pueden ser un bien para todos.
Hace unos meses, una profesora de Derecho conoció a la directora de una pequeña compañía de teatro que representa una trilogía sobre la paz y la reconciliación en el País Vasco entre víctimas y asesinos. Una de estas obras llega hasta EncuentroMadrid por la insistencia de esta profesora, que quiere compartir el regalo que ha sido para ella la amistad con esta mujer, que aparentemente es opuesta, pero que no tiene ningún problema en reconocer que este grupo de cristianos que ha conocido son los únicos que han entendido verdaderamente su obra.
No basta con pensar que el centenario de Giussani o que la guerra de Ucrania deben ocupar un espacio en el programa de este año. Hacen falta personas que asuman la organización de cada uno de ellos. Con la creatividad de cada uno, y también con los límites, se va tejiendo algo que siempre es más grande que la suma de lo que somos capaces de hacer. De nuevo, el sí de uno hace posible el germen de lo que en seguida se convierte en algo mucho más grande. Hasta el punto de que más de 70 personas van a participar en el coro del concierto del viernes por la noche en homenaje al fundador de Comunión y Liberación.
Cada comisión con sus voluntarios, sabe lo que tiene que hacer y con qué personas cuenta para hacerlo, aunque cada año hay sorpresas, que son las que hacen que afortunadamente nunca salgan las cuentas.
En 2018 una chica colombiana hizo un máster en Madrid. Conoció EncuentroMadrid en redes sociales, vio que se pedían voluntarios y sin conocer a nadie ni saber de qué iba la cosa decidió apuntarse a la comisión de comunicación. Cuando acabó el fin de semana, mantuvo el contacto con algunos que había conocido trabajando gratuitamente allí. Al acabar el máster volvió a casa y buscó a la gente de Comunión y Liberación. Al año siguiente, desde Colombia, volvió a ponerse en contacto con EncuentroMadrid por si podía ayudar en la distancia. Así lo ha hecho desde entonces. En las semanas previas ella diseña los carteles de promoción de cada acto y posteriormente, utiliza los vídeos con sus alumnos en sus clases de cultura.
Mientras ella hace los carteles, en secretaría buscan a alguien para organizar a los chóferes. Un amigo acepta enseguida encantado, aunque implique entrar y participar en grupos multitudinarios de whatsapp. Su sí es un reclamo para todos los que llevan años trabajando. No le basta con saber el nombre de los invitados que va a tener que llevar, se pone a investigar quiénes son y por qué vienen. Y acaba encontrando una entrevista interesantísima de uno de ellos que quiere compartir con los demás.
El 21 de octubre, cuando acaba la comida, a las seis hay otra cita con todos los responsables de las comisiones. Es un momento distendido, en el que cada uno cuenta cómo va su trabajo y qué necesidades tiene. Son muchas cosas a tener en cuenta: los enchufes que tiene que haber en cada sala, de dónde vamos a sacar una vitrina para la réplica del barco que dio la vuelta al mundo en la exposición de Elcano, cuántas hamburguesas compramos. Pero también qué propuesta queremos hacer a nuestros voluntarios y a nosotros mismos. Porque EncuentroMadrid no se hace para que los enchufes queden perfectos, la vitrina sea la más bonita y económica del mercado, o porque el programa no tenga ningún pero. Hacemos EncuentroMadrid para aprender juntos que merece la pena dar la vida por la obra de Otro.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón