Este es un momento adecuado para reflexionar sobre nuestra experiencia en Barcelona. Podemos decir con orgullo que CL Barcelona o C i A: «Comunió i Alliberament» cumple estos días un año de existencia como realidad concreta en nuestra ciudad.
Hace algo más de una semana celebramos en el apartamento de Eduardo y Kiko el cumpleaños de Carmen, como hicimos un año antes en la primera Escuela de Comunidad. Entonces, yo iba movida únicamente por la ilusión de disfrutar aquello que había comenzado a entrever en los ejercicios del año pasado, pero que sólo comprendía a través de los amigos que había encontrado y recordando la cena y los juegos del día en que les conocí.
Desde las primeras Escuelas de Comunidad he ido encontrando objeciones. Quizás mi mayor dificultad sea el tener presente en cada momento la verdad por la que vivo, que las Escuelas de Comunidad no sean un compromiso más durante la semana. Si he avanzado algo en este sentido es precisamente porque nuestros encuentros son «escuelas». No he logrado comprender el sentido que tenían las Escuelas de Comunidad hasta percibir el valor de los otros encuentros. Trabajando un texto, basando los juicios en la experiencia y viendo luego que se verificaban compartiendo momentos juntos, es como he aprendido que esta forma de vivir es posible.
A medida que he profundizado en esta amistad, esta experiencia se ha ido haciendo también mía, abarcando primero el tiempo libre, luego otros intereses, el estudio,... Ya hace algunos lunes que quedamos a comer juntos cerca de la facultad. Ahora nos vemos más a menudo y con más ganas. Uno de los signos que muestran que participamos de esta experiencia a un nivel más profundo son algunos textos y oraciones en catalán, que exteriorizan un sentimiento que se funde con nuestra forma de ser y son expresión de esta amistad como algo «nostre».
No pretendo otra cosa que crecer y ser más «humana» en el sentido que he descubierto con esta compañía. Aunque me queda mucho camino por delante, realmente puedo asegurar que he encontrado nuevos amigos y una pasión que antes no tenía.
Maru Prats
Querida Katzalin:
Me gustaría verte para hablar un poco contigo de tantos dones que el Señor me ha dado durante este verano. En este momento siento al Señor como una persona concreta a mi lado, espero que tú también puedas sentir la grandeza de Su Amor, pero este año he entendido que ningún hombre puede amarme como me ama Dios, porque Él me ama con todos mis defectos y mis fallos.
Durante todo el verano lo más importante para mí ha sido la oración porque así me sentía unida a vosotros, amigos de España y a todos los amigos italianos. Ha sido precisamente la oración la que me ha ayudado a buscar con personas que no conocía los signos del Señor.
En estos días en Milán estamos viviendo la experiencia del «mercatone»*: trabajar, preparar manifiestos para comunicar a todos lo que hemos encontrado, me ayuda a comprender cómo la opción por el Movimiento es la única respuesta a todas las injusticias y a todo el mal que hay en el mundo. Las noticias de los atentados y de todos los muertos de estos últimos días me han hecho pensar mucho, porque, en mi opinión, a través de estas cosas el Señor nos llama a una adhesión más verdadera y más profunda. Nosotros en nuestra pequeñez, en nuestro trabajo de cada día, podríamos verdaderamente poner un ladrillo para construir un mundo más auténtico. Precisamente ayer, para comunicar este deseo de justicia, que no es sólo nuestro sino de todos los hombres, hemos hecho una sentada en la Plaza del Duomo, para ello fuimos al centro de Milán y allí cantamos y leímos algunos trozos de cartas escritas por personas que viven en países donde no existe la libertad. La gente que pasaba se paraba a mirarnos y escuchaba aquello que decíamos, muchos nos miraban estupefactos y algunos nos despreciaban. Este gesto, aunque pequeño, me ha hecho sentir a todas aquellas personas que sufren y que no pueden rezar libremente a nuestro Padre. En el «mercatone», además, hemos organizado fiestas y encuentros sobre la escuela, de estos encuentros han salido a relucir muchos problemas que tenemos entre nosotros y que parecen insuperables, pero en realidad no lo son.
Ahora todos estamos llamados a dar un paso mucho más grande, que es el de someterse a Cristo y concienciarnos de su amor. No sé lo que me pedirá el Señor en los próximos meses, por eso te pido que reces conmigo porque El nos da la fuerza de comunicar a todos aquello que hemos encontrado.
Me gustaría escribirte aún mucho más pero tengo muchas cosas que hacer, de todas formas, no te preocupes, te tengo siempre en el corazón y cada vez que me acerco al Señor me siento más cerca de ti porque aunque estemos lejos Él nos une.
Escríbeme pronto, tengo necesidad también de tu ayuda para adherirme cada vez más,
Con mucho cariño,
Anna Rugotti
* El «mercatone» es una iniciativa de compraventa de libros usados que los bachilleres del Movimiento desarrollan al principio de cada curso. Este gesto va acompañado de encuentros culturales, momentos de convivencia y fiesta que se proponen a la gente que se encuentra.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón