Huellas N.4, Noviembre 1986

LIBROS

Adrienne von Speir de Hans Urs von Balthasar

Gonzalo Lapuente

ADRIENNE VON SPEYR
Vida y misión teológica por H.U. von Balthasar
(Editorial Encuentro, 1986)
103 págs.

Este librito recoge un testimo­nio. Se trata del testimonio fiel, a cargo de un destacado teólogo, de la vida de una mística del s. XX. Adrienne von Speyr (1902-1967) fue una mujer intensamente dedi­cada al ejercicio de la medicina, ca­sada dos veces, estrechamente acompañada por grandes y decisi­vas amistades -Albert Béguin, R. Guardini, H. Rahner, E. Przywara, H. de Lubac, Reingolz Scheneider y particularmente, Gabriel Marcel, entre otros muchos-. Procede de ambiente protestante; religiosidad que se le hace extraña ya desde muy joven. Recibe la fe católica en 1940 tras largos años de esforzada bús­queda.
Es incuestionable el fascinante atractivo de su vida. Trabajo, amis­tad y oración aparecen como sus componentes esenciales. «Puede decirse que Adrienne von Speyr ha demostrado de la manera más con­vincente que es posible para el cris­tiano ejercer activamente su profe­sión y tener obligaciones mundanas sin abandonar la contemplación y la oración de fe, sino por el contra­rio, reforzándola y vitalizándola».
Adrienne atendía sesenta y ochen­ta pacientes al día, además de cui­dar de su familia, dictar libros - más de sesenta volúmenes- que recogían sus experiencias místicas, etc...
Fue von Balthasar quien la in­trodujo al catolicismo. Desde su en­cuentro en 1940 surge una amistad que irá dando frutos de un valor in­calculable: «... Han sido veintisiete años de estrecha colaboración»; «... A ella debo la perspectiva fun­damental de mi obra GLORIA»; «... Sus primeras experiencias de la pasión y del Infierno pueden per­cibirse en muchas de mis obras»; etc... Efectivamente, los lectores de von Balthasar descubrirán en ella un núcleo íntimo que traspasa su inmensa obra, incomprensible qui­zá sin este fundamento «empírico». Por su parte, a Adrienne se le abre, por von Balthasar, el espacio ecle­sial en el que acometer su exigente misión.
Su experiencia mística está cua­jada de elementos sorprendentes y a menudo incomprensibles - visiones, apariciones, curaciones, estigmas- pero en ningún mo­mento pierde su referencia al cen­tro. Si hay algo significativo en la vida y obra de Adrienne von Speyr, sin duda es esta vivificación central de la revelación cristiana a la que toda su existencia converge.
«La clave de la vida de Adrien­ne fue siempre el sí mariano, que es una disponibilidad absoluta an­te Dios. Dilatar este sí en todos los sentidos, profundizarlo, hacerlo ca­da vez más maleable o, en otro as­pecto, hacer ver las posibilidades ili­mitadas que Dios tiene de actuar a su antojo en el alma que ha dicho sí, y mostrar al mismo tiempo la fecundidad absoluta de esta disposi­ción: tal fue el sentido de toda su acción».
Hemos de recibir con agradeci­miento la publicación de este libro. En él se dibuja, de un modo escue­to y preciso, una figura luminosa. Las dos partes en que se divide fa­cilitan el acercamiento. El hombre más autorizado para hablar de Adrienne vos Speyr traza primero su perfil histórico. Seguidamente, ofrece un mapa teológico en el que encontramos las claves para iniciar­nos en una lectura inteligente de su obra. No tiene desperdicio. En to­do caso, echamos en falta un com­plemento de textos de la mística, que, sin embargo, sí han apareci­do en otras ediciones extranjeras. Sea pues, esta publicación un com­promiso editorial.