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Huellas N.0, Diciembre 1985

VIDA DE CL

Carta a los sacerdotes

Luigi Giussani

DESPUÉS del discurso del Santo Padre a nosotros, sacerdotes, la vida se ha llenado de gratitud renovada cada vez que leemos de nuevo sus amadas palabras.
Quisiera subrayar los puntos que me parecen esenciales, por su valor antropológico y eclesiológico.
1. No se puede vivir adecuadamente la responsabilidad con la tarea que se nos ha confiado, si no es a través de un acontecimiento espiritual que ilumine, encienda y sustente nuestra persona. Este acontecimiento es un «don» del Espíritu, o «carisma».
2. Ese carisma surge del hecho de un encuentro personal, que nor­malmente después crece por «afinidad», creando así una comunión de per­sonas: ésta es la naturaleza de un movimiento.
3. Todo esto no produce una «alternativa» ni a la Institución ni a la función que tenemos en ella, sino que es la condición que hace posible y más fácil nuestra entrega. Es, por tanto, yendo al fondo de la experien­cia ofrecida por el movimiento, como se hace «más fértil» tanto «la vibra­ción de la fe» como «el gusto por la fidelidad» al propio Obispo y a la «in­cumbencia de la Institución» misma.
Te pido, hermano, que nos edifiques con la sencillez de la comunión entre nosotros y con el sacrificio amoroso del compromiso con tu Iglesia particular.
Con amistad cristiana.


* Carta que don Giussani dirigió a los sacerdotes participantes en los ejercicios promovidos por C.L.; tras el discurso de Juan Pablo II, que publicamos íntegro a continuación.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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