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Huellas N.1, Enero 2007

PRIMER PLANO - Educación

Ascoli Piceno
Una escuela para la persona

Adolfo Leoni

El 15 de diciembre tuvo lugar la ceremonia de dedicación del primer centro italiano que lleva el nombre de don Giussani, «protagonista extraordinario de la vida civil y religiosa de nuestro tiempo»

En Ascoli Piceno hay un gran barrio con edificios en el llano y casitas en la falda de la colina. Casi a mitad de camino entre unos y otras se levanta desde hace 25 años un gran edificio de color verde, que no estropea el paisaje sino que forma parte de él. Es un colegio público como tantos otros, público y laico, pero único por llevar el nombre que lleva. Es el Colegio Público de Enseñanza Primaria don Luigi Giussani, con seiscientos estudiantes. El primero de Italia que lleva el nombre del «protagonista extraordinario de la vida civil y religiosa de nuestro tiempo», como subrayó el alcalde de la ciudad, Pietro Celani, refiriéndose a este «gran sacerdote y educador», en palabras del obispo Silvano Montevicchi justo antes de que dos alumnos descubrieran la placa que se colocó a la entrada del edificio. Fue el 15 de diciembre. Delante de la puerta había mucha gente: los padres de los alumnos, los profesores, la directora del Centro Agnese Ivana Sandrin, el alcalde, el obispo, el gobernador, Alberto Cifelli, el inspector, Giuseppe Dimastrogiovanni, el coronel de carabineros, Sante De Pasquale, el presidente de la fundación Carisap, Vicenzo Marini, todos ellos altos cargos que se encontraban allí para mostrar la cercanía de las instituciones al ámbito local. Muchos de ellos han contribuido para que la escuela lleve el nombre de don Giussani y aplique su método de enseñanza.

Potencia educativa
Ha sido necesario un procedimiento burocrático complejo, que ha llevado adelante con determinación la directora Sandrin; el Ayuntamiento lo ha acogido dentro del proyecto “pon nombre a tu colegio”, y el gobierno provincial lo ha apoyado haciendo una excepción (ya que tenían que haber pasado diez años desde la muerte de don Giussani). Una escuela, una ciudad y una provincia que han acordado aceptar el nombre y con ello han reconocido toda su potencia educativa que se adapta perfectamente a la multiplicidad de culturas y sensibilidades presentes. «Nuestro colegio –recuerda Sandrin, impulsora de la iniciativa– no podía denominarse con un nombre cualquiera aunque fuera de alguien de aquí, a modo de recuerdo; hacía falta un testigo que diera sentido a lo que hacemos, no como una conmemoración del pasado, sino como perspectiva para el futuro». La idea de dar nombre al centro de Monticelli estaba ya en el programa escolar desde hacía dos años, pero tras la campaña de los intelectuales italianos por la educación en el 2005, se propuso la idea del nombre de don Giussani en el colegio. Y fue aceptado. «Es como si se hubiera ido dando una especie de maduración en el tiempo, un concurso de experiencias que podrían parecer organizadas, la convergencia de una serie de situaciones e ideas en un mismo hilo conductor, que al final se iban encaminando hacia la decisión de asumir el nombre de don Luigi Giussani».

Pasión por la vida
El Viernes 15 estaba también en Ascoli el que ha recogido el testigo de don Giussani, don Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de CL. En el aula magna habló –ante un auditorio abarrotado de padres– de educación como propuesta a la razón y a la libertad. Carrón dijo estar «conmovido por este acontecimiento, signo de la pasión por la vida de los chicos». Una pasión que se reconoce por todas partes: el lema del centro lo resume así: «Una escuela para la persona», en una pared se puede ver un cuadro que tiene escrito al lado «Educación es introducción a la realidad total», en otra parte figura una frase, «Todo me importa»…buscar, conocer, comprender…; en el pasillo está el cuadro de Matisse del hombre que busca el infinito –Ícaro– y una foto grande de don Giussani. También la pasión del el coro de voces blancas, dirigido por el maestro Mario Giorgi, que recibió a Carrón con Povera voce, para saludarle después con una nana andaluza.
«Giussani llevaba al Liceo Berchet un gramófono y discos –recuerda Carrón– porque la música nos introduce en la belleza y la belleza nos conmueve y nos transmite un significado».
La inspectora, Teresa Mircoli, que representaba la Consejería regional de educación, corroboró la urgencia de que los colegios tengan una propuesta educativa, como la de don Giussani, para escapar de la «incredulidad de nuestros días».
Una propuesta que conjuga razón y experiencia. Desde Ascoli, un ejemplo. Desde el cielo, una sonrisa.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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