Huellas N.6, Diciembre 1984

EDITORIAL

Un nuevo paso en nuestra revista

Jesús Carrascosa

Queridos amigos: escojo, en esta ocasión, el estilo epistolar por­que resulta más entrañable y comunicativo.
Supongo que habréis recibido una carta en la que os adjuntábamos nuestra brevísima respuesta a los ataques de la revista Cambio 16*. La causa de esta brevedad era debida al carácter propio de las notas de réplica, de las que dicha revista no suele publicar más da quince o veinte líneas. Contestar en estas circunstancias suponía todo un esfuerzo de autorreducción del propio pensamiento y da las propias razo­nes, porque frente a diecisiete afirmaciones falsas o desenfocadas, que en tan breve espacio ni se puedan enumerar, uno experimenta el sentimiento de la propia impotencia. Pero lo que todavía es más grave: dicha revista, en el momento en que escribo, no solo no ha publicado la cuartilla enviada, sino que ni siquiera se ha molestado en enviar el acuse de recibo.
No es nada nuevo ni, por desgracia, sorprendente. Es la consecuen­cia del ejercicio de la información como negocio y poder. Es difícil informar objetivamente para quien vive de le propia información y re­cibe apoyo financiero de sectores que lógicamente se querrán sentir complacidos, recibiendo a cambio de lo que pegan la difusión de la mentalidad que en la sociedad quieren crear.
Le falta de libertad de prensa y el libertinaje informativo son dos extremos que se tocan en un punto: la prensa superficial, que contribuye a denostar el estilo periodístico. Porque ambas posiciones juegan desde la impunidad de derecho o de hecho. Otro aspecto importante que se quiebra es la tolerante, y ciertamente esta es una virtud necesaria en cualquier sociedad civilizada.
Llama la atención la ligereza de este tipo de periodismo donde se afirma todo y no se prueba nada, donde se aprovecha la personalidad, el renombre y el prestigio en un campo, para pontificar en temas en los que no son expertos (léase Xavier Domingo, experto en temas de cocina, hablando de Teología de la Liberación; o Antonio Gala, magnífico dramaturgo, hablando de esta forma de hacer periodismo). Todo esto y mucho más, que son las medias verdades, o el salvar la ley haciendo afirmaciones totalmente gratuitas, pero capaces de destruir la fama de una persona, retrasando una noticia, sensacionalizando titulares (que la mayoría lee) que no se corresponden con la letra pequeña (que la mayoría no lee), escribiendo acusatoriamente contra alguien trae el escudo del "se dice...", "se cuenta...", "se comenta..."
Todo ello al servicio de la cultura del nihilismo y de la duda sistemática, que parecen ser los contenidos de la cultura laica, causante del vacío de valores.
Mas no es de extrañar que este prensa nos ataque y, en este senti­do, nos sentimos halagados y estimulados. Por eso nos duelen más les ataques que nos llagan desde sectores da la propia prensa católica, porque en esta sí que debiera haber una mayor comprensión (tolerancia me parece muy poca cosa entra hermanos) y sobre todo caridad. Mas la caridad siempre presupone la inteligencia y ésta no siempre abunda en­tre nosotros. Hay una falta de pudor, infantil, qua parece complacerse en mostrar y jugar con los trapos sucios que las personas sensatas prefieren limpiar discretamente en los lugares adecuados. Es triste, por­que la preocupación principal que justifica todos los desvelos y sacrificios por tener una prensa propia se justifican cuando se aporta una claridad de juicio capaz de crear una cultura nueva.
Nuestra experiencia de un año de publicación da "Comunión y Libera­ción" ha sido de gran utilidad para todos nosotros y espero qua tam­bién para vosotros. Somos conscientes de la enorme dificultad que ha supuesto para escritores y lectores la presentación tan limitada en espacio y formato, a veces casi ilegible. Por estas razones (presencia en la batalla cultural con un juicio clarificador y propositivo; y presentación digna y atractiva) queremos, a partir de enero, cambiar de formato y pasar a su publicación a imprenta. De esta forma defenderemos nuestra libertad de expresión, dentro de una sociedad donde tam­bién la prensa es más poder que servicio a la verdad.
Esta nuevo paso supone una responsabilidad para todos, pero sabemos que contamos con vuestra amistad y colaboración. Os invitamos a traba­jar seriamente en la CAMPAÑA DE SUSCRIPCIÓN y en vuestras aportaciones económicas para sostenimiento de nuestra revista.
Os agradecemos vuestra colaboración.

*CAMBIO 16. Número 673. 22-29 Octubre de 1984
Del reportaje "El Papa contra los curas rojos" de Xavier Domingo. Págs. 64-71