Con motivo del XXX aniversario del Movimiento, el Papa ha concedido una audiencia especial a 8.000 jóvenes de CL, de varios países a últimos de Septiembre. Estas fueran las palabras que D. Luigi Giussani, iniciador del Movimiento, pronunció en dicha audiencia.
Santísimo Padre:
Agradecemos su presencia aquí con nosotros y con usted a los señores cardenales y obispos que nos honran con su presencia junto a aquellos que, habiendo mandado su adhesión, no han podido participar.
La cruz que Su Santidad ha confiado a los jóvenes al final del jubileo, incluso en este momento de júbilo por vuestra presencia en la conmemoración de nuestro treinta aniversario, nos suscita el vivo sentimiento de nuestra infidelidad y de nuestro pecado, y por ello, de nuestra extrema inadecuación a la tarea de la fe. Pero la conciencia de nuestra fragilidad y pequeñez no oscurece nuestra certeza. De hecho la liturgia nos hizo repetir hace pocos días el Salmo 17: "Me he liberado porque me ama".
Es en la cruz de Cristo donde se nos ha otorgado definitivamente la misericordia del Padre, como nos ha enseñado la "Dives in Misercordiam"; por eso la cruz es el principio de nuestra liberación. Asimismo, ante el dolor humilde por nuestra miseria, nos encontramos libres, y por eso, en camino dentro del mundo para llevar a los demás la libertad que Cristo nos ha dado. Nuestra hermosa y gran compañía trata de ser instrumento de ayuda para que cualquiera puede experimentar el programa de libertad trazado por la "Redemptor Hominis":
"El hombre que quiere conocerse a sí mismo hasta el fondo debe, con su inquietud e incerteza, con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y su muerte, acercarse a Cristo".
Queremos seguir su palabra y desear que todo el mundo cristiano haga lo mismo. Toda nuestra debilidad no podrá desilusionarnos o detenernos. En la misericordia revelada en la cruz está la fuente inacabable que con fuerza luminosa y persuasiva nos hará siempre recomenzar indomablemente, esperando contra toda esperanza. Cristo ha erradicado toda posibilidad de equívoco frente a nuestra fragilidad, porque Él permanece en la vida de la Iglesia como fuerza de gracia y guía de magisterio. Por eso toda nuestra piedad sostiene un empeño y una práctica que nos hacen estar continuamente vigilantes para tratar de traducir en el compromiso histórico de la vida las palabras de Vuestra Santidad.
Somos el antiguo parecer de Dante: "Tenéis al pastor de la Iglesia que os guía, y esto os basta para vuestra salvación". Santidad, permítenos decir que en nuestra experiencia emerge la voluntad de imitación a una humanidad que se siente atraída no solo por vuestro magisterio, sino también por otro lo que vuestra persona es y vive: amar a Cristo presente y por eso amar el mundo. Nos complace poder escuchar ahora un eco de los rasgos de esa humanidad.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón