Televisión Española nos ha ofrecido le vida de Santa Teresa en una serie de ocho capítulos.
Este suceso no ha tenido toda la resonancia que merece este serie formidablemente realizada.
La primera cuestión que salta a la vista es que nuestra joven sociedad democrática y pluralista, no aprovecha las ocasiones de las que ha carecido en otras épocas de nuestra historia, para valorar en libertad lo que verdaderamente representa unos valores de los que tan carente está hoy. Ni siquiera reconoce la valía de estos grandes personajes que indudablemente han influido en la configuración de nuestra historia, o si lo hace, es parcialmente, es decir resaltando solo algún aspecto. Estamos ante la visión ideológica que parcializa la realidad desde un aspecto particular. Así, según esta mentalidad, lo importante de Santa Teresa es un carácter
feminista o un carácter contestatario frente a la Inquisición.
Por el contrario se censuran o se dejan sin respuesta cuestiones cómo ¿Cúal es el verdadero valor de Teresa de Cepeda? ¿Cúales son los interrogantes que nos suscita la presencia da esta mujer? ¿Cómo es posible, o cuál es le fuerza que tenía esta mujer enferma, para ser capaz de plantear una renovación en su época de tanta importancia?.
A lo largo de los distintos capítulos hemos ido viendo el transcurrir de esta vida siempre en tensión, movida por el ideal más grande que pueda tener el hambre.
Resaltaba le autenticidad de le vida de Teresa le especial sensibilidad de esta mujer para descubrir la verdad y la belleza de la vida. Tanto era así, que su presencia se hacía insoportable para los que tantas cosas tenían que defender, que no solo ere le nobleza de su tiempo, ("...Una de las mentiras que dice el mundo es llamar señores a personas semejantes"). Era insoportable también para aquella forma de vida que había penetrado en los conventos en concordia con el mundo y no con el ideal del que habían surgido. Su presencia se hacía insoportable incluso para algunos de sus confesores, qua no sabían afirmar el valor de esta presencia y de su experiencia mística.
Así vemos como toda presencia verdadera, auténtica, provoca una reacción que está entre dos polos, la del odio y del amor. Cuanto más grande es esta presencia tanto más extremas son estas posiciones.
En los años en que vive en el Monasterio de la Encarnación en Ávila va surgiendo entre ella y un grupo de monjas jóvenes una gran amistad, un grupo de mojes que descubre y reconoce en la Santa de Ávila a alguien a quien seguir hasta al final porque les muestre y les invite a vivir esa vida más auténtica de la qua hablábamos más arriba.
A su vez, surgen envidias y rencores que desde dentro y fuera de la Orden se oponen a ese renovación que ella comienza y a la que se ha visto llamada.
Pero una de las cosas que más resalta de le vida de la Santa, en palabras de Josefina Molina, realizadora de la serie, es su personalidad tan "llena de contradicciones". Por una parte tenía un temperamento fuerte que lucha constantemente entre el retiro a la oración, al encuentro y dedicación constante a esa Presencia a la que ha sido llamada y la fuerza de la llamada a la Fundación, para recuperar la primitiva observancia de la Regla del Carmelo, enfrentándose a todos los problemas que ello le supuso; decía que junto a este temperamento fuerte Teresa de Jesús afirma la obediencia hasta el fondo.
Así no se afirmará ella como única norma en la obediencia a Cristo, según una relación personal e intimista, sino que siempre obedecerá y respetará las decisiones de la Iglesia. Veíamos cómo reglamentaba sus fundaciones consiguiendo la licencia de la Iglesia para fundar, cómo obedecía a sus confesores, concretamente a Frey Jerónimo Gracían cuando ella quería fundar en Madrid yél la recomendaba ir a Sevilla.
Por último señalar que impresionaba también la humanidad que mostraba en el trato con sus mojes y con las gentes que encontraba.
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