¿Y vosotros sois cristianos? ¿Qué es para vosotros el cristianismo? ¿La verdadera doctrina de Jesús o la doctrina cómoda de quien vive bien y únicamente da lo que le sobra, y de vez en cuando ve a un asilo y se cree que ha ganado el cielo?
Pero, ¿dónde está vuestro sacrificio?
Vivís bien, vestís bien, os vais a la Pascua a seguir viviendo bien. ¿Para qué?
Las palabras son muy bonitas y todos reunidos tenéis palabras y
más palabras. Todo el mundo es capaz de decir cosas muy bonitas, todos son capaces de decir que aman a los demás, pero... ¿es verdad? No lo demostráis.
Tenéis un gran ejemplo en "alguien y estáis ciegos. ¿A qué os dedicáis? A decir parrafadas en Navas. ¿Para qué?
Vuelvo a preguntaros: ¿Dónde está vuestro sacrificio? ¿Y vosotros sois cristianos?
Cuando leímos tu carta nos invadió al principio un sentimiento de imperfección, de falta de coherencia en nuestros palabras y actos (que coincide con el reproche que nos haces.
Nos miramos unos a otros, y en cuestión de segundos la respuesta brotó espontánea, real...
"¿Qué no somos perfectos? ¡Claro que no! Por eso somos cristianos. Sí, lo somos... Queremos cambiar: poseer UN SENTIDO por el que amar, por el que sufrir... Pedimos a la vida más de lo que la vida y los hombres no pueden ofrecer... CRISTO, como tú dices, ES NUESTRO GRAN EJEMPLO.
¿Quién ha ofrecido y promete lo que Él?
Tienes derecho a exigirnos, claro que sí, puesto que proclamamos estar en su NOMBRE.
El nos llama a conseguir la más difícil meta de la humanidad: nuestra unidad.
La falta de constancia, la pereza y la desconfianza son frenos continuos además de un ambiente hosco y escéptico que apaga a veces nuestra alegría... Pero Cristo no se cansó de nosotros, más aún, ha afirmado: "No vengo a salvar a los sanos sino a los enfermos".
Esta es nuestro esperanza, tan férrea, tan universal, que hace que mis pecados resulten "pequeñeces" solventables, recordatorios de la necesidad perenne DE ALGO NUEVO, distinto de mí.
Y es esta VERDAD que encierra nuestra amistad, no la perfección de sus miembros la que la hace única y deseable.
Nuestro sacrificio... es el punto de llegada; no una campanilla que anuncia dónde se encuentra el bienhechor.
El sacrificio puede considerarse una manera de formación, educativa, una exigencia personal a la forma gratuita de entregar sin esperar agradecimiento.
Pero ha de tener un sentido, un porqué, una razón de ser, puesto que es una respuesta de entrega a algo nacido dentro de ti. Y triste resulta decirlo, los pobres siempre estarán ahí. Y quizá cuando logremos ver a Cristo en el mendigo le damos, no solamente una moneda o una tarde de domingo sino también una forma de vida nueva, la creada por Jesús de Nazareth.
¡Ah! Quiero al menos que sepas que vivir la Pascua en Palencia ha podido resultar para muchas un sacrificio mayor que ir por la mañana a la playa y por la tarde a la procesión, o que pasar cuatro días en casa, ahorrando y durmiendo.
Un día, yo pude haber escrito una carta como la tuya... Pero he percibido, e INTUYO cosas tan positivas y duraderas, incluso desde el punto de vista puramente humano, que todos los defectos existentes (tenemos más de los que nos recriminan) son anécdotas porque lo que realmente quiero es CAMBIAR y no EXCUSARME.
Tu carta ha servido para no caer en conformismos.
De todas formas seguro que Él no te desilusiona. Fíate.
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