Para mi esta Pascua ha significado un encuentro con una forma de vivir el cristianismo distinta de la que hasta ahora había practicada. El nombre de este movimiento, Comunión y Liberación, recoge perfectamente lo que he encontrado en el. Por un lado, la comunión de los hermanos en el amor y a través de este amor, el amor en Cristo. Por otro lado, la liberación de vivir el cristianismo con plena responsabilidad basándome más en encontrar mi propia respuesta ante el Padre que en el cumplimiento de normas estrictas.
Juan Borragan
Es necesario que nos comprometamos con algo más grande que nosotros, que de sentido a nuestra vida. (...) Este compromiso no es espontaneo, lo vamos adquiriendo paulatinamente; y el cambio se da en nosotros también poco a poco en la medida en que nos comprometemos.
Es necesario que alguna realidad existente nos ayude a cambiar. Y esa realidad es para mi la compañía.
Irene Llabrés
Habiendo comprendido un poco más de todo aquello que creía saber, pienso que esta Pascua me ha mostrado ese cristianismo bien vivido, un modelo de hombre inédito en cualquier otro ambiente. Sientome obligado a luchar por ser así, a crecer de esta manera, en diversidad de momentos y situaciones para todo, porque la vida abarca mucho y creo que el movimiento me dará una respuesta para vivir. Muy positivos en estos y lo que difícilmente podrá olvidarse ha sido el encuentro con los italianos, ya que acostumbrados nosotros a ver en gente más o menos adulta (bachilleres de 3, universitarios, etc.) la aplicación de todas aquellas teorías y charlas comprobando la veracidad de un mensaje, se acentuó la necesidad de seguimiento, la esperanza de cambiar al conocer a esos que con nuestra edad y una apertura e increíble atención hacia los demás ya conocían a Cristo.
Sebas
Me ha servido este momento para darme cuenta de que en Cristo hay amor y libertad. Incluso para asegurar con el testimonio verifico de otras personas el hecho de que merece la pena vivir, no solo este momento Pascual, sino también la vida entera, con el objetivo de llenar mi vida, de dedicarla a eso que me hace más humano. Por lo tanto, si Cristo me ofrece la máxima aspiración humana, merece la pena vivir la vida a tope, todo nuestro ser hacia Cristo. Y merece la pena vivir porque nos sentimos amados.
M. Angustias Carrascosa
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón