"El primer problema del terrorismo es que mata las conciencias"
Entrevista realizada a ALFONSO PERÉZ LABORDA, profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Salamanca y sacerdote vasco, por Javier Ortega y Javier Castaño.
P. ¿Qué impresión global tienes de la Pastoral?
R. Empezaría saliendo un poco al peso de la acusación que se las ha hecho a los Obispos de haber escrito una pastoral solo cuando mueren terroristas. Lo primero, esto no es verdad: han escrito miles de veces. Los Obispos son absolutamente contrarios al terrorismo. Los terroristas matan, y está muy mal, pero es, en cierto modo, su "oficio". El "oficio" del terrorista es matar. En cambio, de ninguna manera el objetivo del Estado puede ser la muerte del terrorista. Lo que a los Obispos les asusta, como a mí me asusta, es que al terrorismo se responda con terrorismo. Porque las circunstancias que rodean los casos siguen siendo confusas... Y así se le sigue el juego al terrorista, porque la atención policial se considera como un acto de guerra. Además, ya no son cuatro terroristas muertos, sino cuatro mártires más.
La sociedad no puede defenderse así porque está convirtiéndose en un Estado, en una sociedad terrorista. Porque en la sociedad en que vivimos un precepto es NO MATARÁS. Si alguien se lo salta, no me da pie a mí para saltármelo. En segundo lugar, se alimenta una espiral de terror que ellos desean desde el 3 de Agosto del '68.
P. ¿Pero no consideras inoportuna la Pastoral? ¿No te parece que la Iglesia, o estos Obispos, deberían haber sido más prudentes?
R. Los Obispos no pueden hablar de oportunidades políticas. Ante un caso tan grave como es la reacción de la sociedad que dice:¡ A ese, mátalo!, no se puede hablar de oportunidad. Creo que lo que ellos han juzgado ha sido esa "caza" a la que se ha sometido a los terroristas.
P. Pero, ¿no están poniendo en duda la actuación policial? "Nadie tiene derecho a manipular la verdad". ¿No es una clara referencia a que la versión oficial puede haber estado manipulada?
R. Bueno, es que desde al primer momento nunca se ha desmentido la manipulación de la verdad: dijeron que se había producido un tiroteo. Pero de tiroteo nada: estaban esperándoles y fuera a por ellos. Esto me parece una respuesta desproporcionada. Así no se pueden hacer las cosas. Porque lo que yo no me puedo creer es que a cinco personas que llegan en un bote de caucho, la policía no tenga los medios suficientes para detenerlas. Eso no me lo puedo crear, no lo puedo creer. No venían en ningún acorazado con cañones, era un simple bote de goma. De todos modos, no quiero entrar mucho en este tema porque lo desconozco. Pero en todo caso no puede ser el procedimiento. Es que, vamos...; les das un tiro en el bote y se hunden, se quedan sin pistolas!... y después, "amablemente", los recogen del agua.
El problema es que el Estado se ampara en la legalidad, que en cierto modo lo acoja y queda inmune.
P. Alfonso, ¿tú crees que el problema vasco se ve diferente desde Madrid? O sea que se dé un enfoque diferente, en frio, por el hecho de no vivir esa circunstancia, por no se vasco.
R. Yo eso no lo puedo admitir, no puede creer. Eso presupone que el pensamiento se divide por nacionalismos. Porque no es cierto que la conciencia, el pensamiento, las esencias propias sean las que tiñen el modo de ser. No, de eso nada.
P. No, pero nos referimos a que las noticias llegan a Madrid sesgadas. Y quizá en el País Vasco lleguen sesgadas del otro lado.
R. Pero eso ya es un problema político. En el País Vasco hay cierta diversidad, bastante diversidad. La cuestión es quién tiene el poder y cómo lo ejerce. Lo que es grave es, por poner un ejemplo que haya varios ministros catalanes y no huye ninguno vasco. Eso acentúa mucho más el problema del centralismo de Madrid. El problema Vasco es muy sutil y muy visceral a la vez. Un problema que se ha hecho especialmente grave del '68 hasta aquí. Y, si me apuráis más, del '75 hasta aquí. Sobre todo del 75 para aquí, lo cual es el colmo porque hay un aprovechamiento por parte del poder político, cultural y psicológico de las deficientes y las incomprensiones que existen con el problema vasco. Es increíble que Madrid no se dé cuenta de eso, no se haya dado cuenta de eso. Caen una y otra vez en la trampa que se les prepara. En eso son muy hábiles los terroristas. Yo creo que no hay desinformación, sino que durante mucho tiempo ha habido un tratamiento nefasto del problema vasco, y de ahí surgen todas las críticas a la pastoral: es un problema policial, es un problema político...
P. ¿Qué opinas del GAL? ¿Crees que el surgimiento del GAL puede ser el fin de ETA?
R. El GAL no solo no resuelve el problema, sino que lo envícia hasta situaciones y extremos imposibles. El GAL da ganas de pensar que es el aro secreto de los propios terroristas. Porque es lo que hace que tenga lógica, que pueda seguir el terrorismo.
P. Pero, por otro lado, a nivel organizativo, a nivel estructural, está suponiendo un grave percance para los cabecillas.
R. Sí, pero eso importa poca, porque lo verdaderamente importante de ETA es que se renueva. Porque se ha pensado que matando a diez o doce se resuelve la cuestión. ¡Al revés!; matamos a diez o doce y tenemos cada vez más. Y repito que, actos como éste favorecen a ETA, porque convierten al terrorista en un mártir, en un místico de la causa del nacionalismo. Y eso es algo que coge a las personas por dentro, se algo que tiñe el alma.
P. ¿Cómo se vive el problema en la población y en las familias?
R. Yo llevo diez años fuera del País Vasco, pero creo que el problema es un problema de agudeza política, de diálogo, de ponerse de acuerdo, de comprender el problema vasco. De medirse, de ver la fuerza de cada uno, pero no de hacer mártires. Porque haces el mártir por la causa, por la patria. Estás haciendo el GUDARI: estos ya no son terroristas, son GUDARIS para una parte de los vascos.
Y esta gente tiene muchos parientes, porque las familias vascas son grandes, algunas de las cuales se sienten entonces motivadas a luchar por la causa. Así un grupo de gente sensibilizada en torno a las torturas, a los presos políticos, a los asesinatos legales, a la "represión". Gente que se mueve mucho y crea un caldo de cultivo.
Porque el apoyo, el sostén, existen, y mientras existen habrá ETA. Y actos como este, crean apoyo.
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