Frecuentemente se nos ataca de integralismo, otros nos tildan de progresismo, mientras que otros no saben dónde encuadrarnos. Con cierta frecuencia, y con ánimo ofensivo, nos igualan al Opus Dei y a los Focolares. Ciertamente nos sentimos diferentes de ellos, razón por la que pertenecemos a un movimiento eclesial distinto, pero tampoco hacemos asco de ellos, porque nuestro espíritu eclesial nos hace alegrarnos y sentirnos copartícipes de sus valores y de sus defectos, como esperamos y deseamos que ellos hagan con nosotros.
Mas no es polemizando como se construye, sino edificando y esta debe ser nuestra principal preocupación. Y con este ánimo van las siguientes reflexiones:
1) La Pascua, que hemos celebrado en Palencia, nos recuerda el carácter esencial del cristianismo. No hay ninguna otro hipótesis (ningún otro nombre, como se dice en los Hechos de los Apóstoles, 4,12) filosófica, política o religiosa más prometedora que esta. Cristo se ha hecho "ACONTECIMIENTO SALVADOR" para el hombre y, por lo tanto, para cada uno de nosotros. Él es la respuesta a todos nuestros interrogantes e inquietudes. Él es la fuerza transformadora de todas nuestras miserias. Él es la superación de nuestro límite. Él es el único que puede llenar el ansia de "llenitud" de toto hombre.
2) Este ACONTECIMIENTO de Cristo Resucitado, se hace presencia en la comunidad de seguidores, es decir, en la Iglesia. Como el viento se hace presente por el moverse de las hojas o por el polvo que levanta, así el Resucitado, invisible a nuestros ojos, se hace visible a través de nuestra amistad en su nombre. Y esto es lo que tantos de nosotros hemos experimentado en la Pascua, en el encuentro, con nuestros compañeros italianos y en tantos otros momentos. Había un "no sé qué...", un ''algo más", una novedad, que como tantas cosas grandes resulta inexpresable, pero no por eso menos cierta, y que confirma la verdad de cuanto decimos.
3) Esta hipótesis, que nosotros hemos verificado que nuestra propia experiencia, es tan decisiva y central, que se convierte en el DESTINO y la TAREA de la vida. Así fue para los primeros cristianos y para los cristianos serios de todos los tiempos, que han dedicado su vida o hacer presente al Resucitado, construyendo esas relaciones nuevas manifestadoras de la unidad, que nosotros llamamos "comunión": "que sean uno para que el mundo crea"; "en estos conocerán todos que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los otros, como yo os he amado".
4) El Acontecimiento de Cristo produce una unidad de conciencia, de la que brota una unidad de vida (comunión) y la unidad de acción. Por eso condiciona nuestro modo de hacer cultura, política y todo lo demás: la amistad, el estudio, la diversión, etc.
5) Somos conscientes de que todo esto hay que vivirlo en el mundo, en la vida, en el ambiente: "no te pido que los seques del mundo, sino que los libres del mal". Ciertamente esta es una característica fundamental de C.L., construir la comunidad en el ambiente donde se juega nuestra vida: la escuela, la universidad, el trabajo.
6) Cuando el cristianismo se vive como los comparsas en el teatro se convierte en algo irrelevante. Cuando el cristianismo se reduce a una ética; por estupenda que esta sea, a mi doctrina por liberadora que esta sea, a pura liturgia o a una estética, marginando el aspecto central y único, el acontecimiento de Jesucristo, el Dios encarnado en uno de nosotros y que pervive en nuestro comunión eclesial, se falsifica el cristianismo, la sal se vuelve insípida, la luz se consume en medio de las tinieblas.
7) Hay que dejar de vivir el cristianismo como comparsas y vivirlo como conversos, que convierten toda su vida en servicio a los hombres, anunciando el acontecimiento salvífico de Cristo que cada día se vuelve a hacer presente en la comunidad de seguidores de Jesucristo, en su Iglesia. Dispuestos a salvar a la humanidad muriendo por ella, en lugar de matando...; dispuestos a proponerse, en lugar de imponerse.
La alternativa no es, pues, integrismo-progresismo (anverso y reverso de una misma moneda, como explicamos en un artículo de este número), sino ser simple y auténticamente cristianos.
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