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Huellas N.03, Marzo 2021

PRIMER PLANO

«Yo me haré mayor»

Fragmentos de la carta de una chica de 16 años que conoció hace poco la experiencia de los bachilleres. Escribe a su profesora después de un encuentro online con Giorgio Vittadini, presidente de la Fundación por la Subsidiariedad

Mi vida social nunca ha sido gran cosa, partiendo además de un profundo malestar al interactuar con mis coetáneos, del hecho de ser extremadamente tímida y de que vivo un poco inmersa entre falsas amistades, experiencias que me han dejado profundas cicatrices. Raramente me abro con alguien; cuando lo hago me pongo en juego con todo mi ser, pero suelo salir perdiendo. Cuanto más daño me hacen, con más ganas me vuelvo a levantar, pero siempre vuelven a herirme condenadamente. Es como vaciarse, verte privada de todo y luego arrojada a pedazos en la cuneta. Algo muy parecido al abandono.
Cuando Vittadini dijo: «El amigo de verdad es el que te empuja a ir más allá», me hizo pensar en mis experiencias pasadas, sopesando hasta qué punto es verdad esa frase. Todos han intentado apagar mi fuego, minar mi autoestima, pero el amigo de verdad es el que te acepta tal como eres y como no eres. Antes, aunque me daba cuenta de que me estaban utilizando, yo seguía al lado de esa gente solo por mantener un poco de contacto social. La soledad me daba miedo.
Pero la amistad verdadera te libera de cualquier vergüenza, puedes hablar sin miedo a ser abandonada, y era algo con lo que todavía soñaba. Más de una vez me he visto obligada a fingir una versión de mí misma que no me pertenecía, ahogando voces que gritaban en mi interior para que me mostrara con toda mi verdad. Solo después de la profunda reflexión que hice durante el confinamiento, decidí aceptarme tal como soy. Y ahora me veo rodeada de personas de las que sé que puedo fiarme. Reconozco la sinceridad en sus miradas, y no el vacío que caracterizaba los ojos de los que me hacían daño. Y una de esas personas nuevas soy yo misma.
Luego, en el encuentro, llegó el turno de mi pregunta. Y de toda la respuesta, lo que más me llamó la atención fue esta frase: «El deseo es más fuerte que el miedo». Como todo ser humano, estoy hecha de sueños y esperanzas, pero rara vez he tenido el coraje de expresarlos o luchar por ellos. El mundo exterior me parece un gigante, y yo una simple marioneta. Siempre me he dicho: ¿qué posibilidades de ganar puedo tener?
Todo se me presenta como una incógnita constante. Pero cuando Vittadini me animó a creer en el fuego indomable del deseo, de la llama que arde en mi alma, la pregunta que me surgió era: ¿cómo ha podido comprenderme en tan poco tiempo? No lo sé, pero lo cierto es que estoy muy agradecida. Porque gracias a sus palabras he entendido que lo que me separa de alcanzar la felicidad no es el mundo, imprevisible, sino los muros que yo sola erijo a mi alrededor. Solo soy un ser humano, limitado en su cuerpo y en su tiempo, pero lo que llevo dentro, mi individualidad, es un arma imbatible. No he dejado de ahogarla con lamentos inútiles sobre mi inferioridad en comparación al infinito, maldiciéndome y pisoteándome, pero esa era la única barrera que me impedía desplegar las alas.
Lo mío ha sido un error continuo en la búsqueda de una posibilidad para brillar. He buscado por todas partes y en todo momento, llegando al límite de lo soportable psicológicamente. No me daba cuenta de que esa posibilidad ya la llevaba dentro de mí, solo es cuestión de paciencia, paciencia para custodiarla y paciencia para dejarla crecer. Solo entonces, yo me haré mayor. Y cuando digo “yo” no me refiero a mi nombre sino a mi corazón. Mayor para mí misma y no para los demás.
Durante años me he empeñado en entenderme, no para amarme sino para sentirme valorada. Ahora, gracias a usted, profe, gracias a todas estas personas que estoy conociendo, me siento cada vez más cerca de la edad adulta. El mundo exterior ya no me parece tan terrorífico. De hecho, no veo la hora de afrontar los desafíos que me esperan en mi camino.
Serena

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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