Va al contenido

Huellas N.2, Marzo 1985

EN PRIMER PLANO

La paz que nunca llega

Diego Echevarria

Ya en 1950, algunos nacionalistas vascos en el exilio -más activos y radicales-, deseaban propiciar una especie de guerrilla. En 1953-54, un grupo de estudiantes nacionalistas -también radicales-de la Universidad de Deusto, fundaron un periódico clandestino llama­do Ekin (acción). En 1957 tiene lugar la es­cisión de Eusko Gastedi (Juventudes del Partido Nacionalista Vasco -PNV-), que dará origen a E.T.A. en 1959-1960, con un objetivo de lucha armada, aunque el primer manifiesto importante no apare­ce hasta 1962(1). Semidesbaratado por la policía en 1963, el grupo ETA (Euzkadioe­ta Askatasuna: Euzkadi y libertad), entra en contacto con comunistas vascos, y su primera intervención conocida fue en 1968: el asesinato del policía Melitón Man­zanas.

UNA PROTESTA CONFESIONAL
A mediados de VI.60 se registró en Es­paña la primera protesta confesional, pú­blica y masiva contra el régimen de Fran­co: una carta firmada por 339 sacerdotes vascos, dirigida a los Obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria. «Fundamos nues­tro análisis -decían-en la doctrina bien conocida de la Iglesia sobre los derechos naturales de los hombres y de los pueblos... Creemos sinceramente que ni los individuos ni las clases ni los pueblos que integran la comunidad política españo­la gozan de suficiente libertad ( ... ). Conti­nuamente vemos que han sido detenidas personas por sus actividades temporales, no coincidentes con el pensamiento políti­co, a dirección única, puesto por el Esta­do». Y concluyen así: «denunciamos ante los españoles y ante el mundo la política que hoy impera en España, de preterí­de olvido, cuando no de encarnizada per­secución de las características étnicas, lin­güísticas y sociales que nos dio Dios a los vascos... »
La carta fue publicada en Francia(2) y re­partida en España en ejemplares multico­piados.
El Gobierno, advirtiendo su difusión privada, estaba interesado en que la Jerar­quía desautorizase públicamente la carta. Y el 7. VII toda la prensa destacó la declaración colectiva del arzobispo de Pamplona (Mons. Delgado), y los obispos de Bil­bao (Mons. Gúrpide), de San Sebastián (Mons. Font) y Vitoria (Mons. Peralta), que escribían: «( ... ) por las falsedades evi­dentes y por su carácter político, no pode­mos aceptar tal escrito». A finales de mes, el Nuncio Antoniutti se dirigió por escrito a Mons. Gúrpide: «( ... ) la Santa Sede ha hecho saber que 'es de lamentar en extre­mo tal iniciativa, que, además de faltar al respeto debido a los Prelados, es motivo de escándalo para los buenos fieles, y tien­de a implicar a la Iglesia en cuestiones que nada tienen que ver con su misión'». Hay que señalar también que otros sacerdotes y seglares contestaron por escrito a los sacerdotes firmantes de la carta, criticando sus posturas. En la revista «El Pasionario», un P. Pasionista hizo una dura crítica de la carta de los 339.
Después tuvo lugar el famoso 'conflicto' de Mons. Añoveros, siendo Obispo de Bil­bao. Fue quizá el que más clamor suscitó entre 1965 y 1975. Se trató de una homilía, elaborada y enviada por el obispado, que fue leída el 24-2-74, en las iglesias de Viz­caya(3). A pesar de que su contenido se juz­gó por las autoridades políticas como un atentado a la unidad nacional, considera­mos que ni Mons Añoveros, ni -evi­dentemente-los obispos citados anterior­mente, dejaron de condenar los métodos violentos de ETA.

ETA: «ASAMBLEAS» Y RUMBO. ESCALADA VIOLENTA DE UNA RAMA
La historia de E.T.A. se puede escribir - sucintamente-, partiendo de hitos que, salvo los asesinatos, secuestros y atentados - a los que nos referimos enseguida-, es­tán constituidos por las escisiones que ha tenido la organización.
En 1966 se produjo la escisión del grupo llamado «los cabras» que -al parecer, si­guiendo la experiencia argelina-se lanza­ron a la guerrilla en los alrededores de Oñate (Guipúzcoa), hasta su desarticula­ción por las Fuerzas del Orden, aproxima­damente un año y algunos meses más tarde. Del 57 al 66 no hubo escisiones quizá por la propia persecución y detención de dirigentes (el Consejo de Burgos, 1969, produciría violentas acciones callejeras, y disturbios en el País Vasco: recuerdo haber vivido las de San Sebastián).
A la escisión de los «cabras» (III-66) le sigue la de ETA-berri en la V Asamblea (XII), que dará lugar más tarde al Movi­miento Comunista de España (1970). En la VI Asamblea, celebrada en agosto del 70 y denominada por algunos «fantasma», se produce otra escisión: dos años más tarde se convierten en la Liga Comunista Revolucionaria, de carácter trotskista.
ETA, fundamentada todavía en los acuerdos de la V Asamblea, celebró la VI en agosto del 73, preludio de la división más profunda que ha existido en el seno de la organización: los denominados político­militares (o sencillamente poli-milis, p-m) se esciden en X. 74 de los militares o 'milis', m. Parece ser que el atentado con­tra la cafetería Rolando, que causó multi­tud de víctimas civiles, fue la espoleta. ETA (p-m) afirmaría «internamente» que «el negativo balance de la acción armada había sido el origen de su división con ETA (m». Los «poli-milis» realizan la VII Asamblea en IX. 76, pues tienen pro­blemas con los comandos especiales o «be­reziak» que, al final, con Apala al frente, pasarán al sector de los 'milis'.
Como decíamos, en 1975 muere el gene­ral Franco. Pero ETA ya había comenzado su escalada de atentados y asesinatos que, fundamentalmente a partir de 1976, se pueden atribuir casi en su totalidad a ETA (m). En el 77, año en que se celebran las primeras elecciones democráticas, los muertos ascienden a 21. En el 78, el 6.XII se promulgaría la Constitución actualmen­te vigente, el incremento es importante: son 106 las personas que fallecen a conse­cuencia de atentados; en el año 79, son 77; y del VII.80 al 31-XII-83, la cifra subirá en 150. El semanario Time, 12-111-84, ha da­do un número aproximado de 425 muertes, desde 1968(4).

IX-82: ETA (p-m) VII ASAMBLEA DEPONE LAS ARMAS
«Queremos seguir luchando, pero sin ar­mas»; «la lucha armada y ETA ya han cumplido su papel», manifestaron dirigen­tes de esta rama 'poli-mili'. Resumidamente, podemos afirmar que en otoño de 1980, en el que se constituyen las bases de la Po­licía autónoma vasca, los 'poli-milis' aten­taron mortalmente contra el concejal ala­vés J. l. Ustarán. Mario Onaindía, secreta­rio general de ETA, y luego de Euzkadiko Ezkerra -que había sido condenado a muerte en el juicio de Burgos- comenzó a plantear que a la lucha armada le había lle­gado la hora de hacer balance. Efectiva­mente, la asamblea de ETA en II.81 consi­deró que «conseguido el Estatuto de Auto­nomía (1979) y la Ley de Concierto Econó­mico (1981)(5) ( ... )es a las fuerzas políticas vascas a quienes corresponde defender el desarrollo del autogobierno... »(5). Se atri­buyeron a ETA (p-m) el atentado contra el diputado de UCD Gabriel Cisneros; los se­cuestros de Arrasate -liberado, tras la me­diación de José María Portell, periodista-, y de A. Berazadi, nacionalista del PNV, que fue asesinado tras una decisión com­pleja, que abrió un enfrentamiento mayor entre el PNV y ETA (Cfr. Deia, 19-X-82); secuestros de Suñer y del Dr. Iglesias, etc.

LOS POLITICOS (77-84): EL CLIMA SOCIAL
En 1977, quizá influido por Clavero Arévalo, el Presidente Suárez parece con­vencerse de la necesidad del proceso auto­nómico como fórmula para dar salida -escribe Sarasqueta-, a los problemas políticos, de partido, y -sobre todo- a las reivindicaciones de los nacionalistas vascos y catalanes. Los especialistas afir­man que el título VIII de la Constitución de 1978 parece redactado para dar trabajo al Tribunal Constitucional.
En todo caso, y a pesar de las declara­ciones de Leizaola, Presidente del gobier­no vasco en el exilio, tras la aprobación de la pre-autonomía -«Ha de acabar toda lucha sangrienta»-, ETA continuó su lu­cha armada, también después de la conse­cución del Estatuto de Autonomía (1979).
Los logros «políticos», en los que el PNV tiene parte decisiva, comienzan a conformar un clima social distinto respecto a ETA. Con más motivo, si tienen lugar nuevos atentados: el asesinato de Juan de Dios Doval, dirigente centrista, consigue que en 1980, en San Sebastián, el PNV, UCD, PSE-PSOE y PCE, entre otros, convoquen una manifestación «por la paz» que reúne, según los observadores, de 20 a 30.000 personas. Unos 500 contra-manifestantes gritaron a favor de ETA y protagonizaron incidentes. Parecía eviden­te que un amplio sector del pueblo vasco comenzaba a tener miedo de la escalada de ETA. Por su parte, el PSE-PSOE comien­za a aprovechar este malestar, y «hay mo­mentos en los que da la impresión de que, en el País Vasco, sin una tradición consis­tente en este sentido, intenta ser más na­cionalista que el propio PNV»(6). El 23-II-81 -el gobierno debilitando-, llega el intento de golpe de Estado. El Rey inter­viene, y el 31-VII-81 se firman en La Mon­cloa los pactos autonómicos entre Calvo Sotelo y F. González, entonces líder de la oposición; unos pactos firmados de cara a la Corona y a los militares, de una parte, y por otra, como una llamada a las fuerzas autonómicas, para reducir sus presiones.
Así nació -ha escrito Sarasqueta- la polémica LOAPA (Ley Orgánica de Ar­monización del Proceso Autonómico) que, en realidad, era una fórmula para frenar y establecer una cotas más limitadas en el proceso autonómico. En esos meses, los ti­tulares de los Obispados de San Sebastián, Vitoria, Bilbao y el auxiliar de éste, difundieron a la opinión pública una pastoral: «Respetar la justicia y construir la paz», en la que decían claramente: «El proyecto de la LOAPA ha producido ya, en buena parte de la sociedad vasca, un alto grado de malestar. Si el proyecto prospera, el malestar degenerará en irritación y frustración. ( ... ). La misma voluntad estatal de reconocer, efectivamente, la personalidad del pueblo vasco, será puesta en entredi­cho». El fallo del Tribunal Constitucional, en el verano de 1983, favorable a los na­cionalistas que recurrieron esa Ley, no su­puso un cambio de actitud por parte del gobierno, ahora presidido por Felipe Gon­zález.

LAS ELECCIONES DE 1984, Y EL GAL
Continuaron, a pesar de esta sentencia, los atentados de ETA (m). Coincidiendo con un posicionamiento crítico y duro del presidente del gobierno contra ETA mili­tar, en invierno de 1983 aparece el GAL, grupo profesionalizado de represalia con­tra ETA, que comienza a actuar contra sus dirigente y otras personas afines a la orga­nización, en el sur de Francia.
Las elecciones autonómicas vascas a co­mienzos de 1984 encresparon los ánimos, aunque clarificaron la situación política. Tres días antes de los comicios, es asesina­do el senador Enrique Casas, de 40 años, que vivía en San Sebastián. No tardó el GAL en atentar mortalmente por quinta vez en tres meses (Eugenio Gutiérrez). Ti­me titulaba así el ambiente en que se cele­braron estas elecciones: «under the gun» (bajo el revólver, o fusil, literalmente). En las elecciones, el PNV consiguió 32 esca­ños, de una asamblea de 75; los socialistas (PSE-PSOE), 19; Herri Batasuna -brazo político de ETA (m), según los observado­res, al que se le calculan 157.000 votantes (cfr. Time, 12-III-84), obtuvo 11 escaños; Coalición popular, 7; y Euzkadiko Ezke­rra, 6. Teniendo en cuenta que Herri Ba­tasuna -por defender la alternativa KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) apo­yando también los métodos de ETA (m)­ no asiste a las reuniones ni a las votaciones parlamentarias, la mayoría conseguida por el PNV (32) no le sirve si se unen socialis­tas (19), Coalición popular (7) y Euzkadi­ko Ezkerra (6). De ahí sus problemas legis­lativos para sacar leyes en solitario. En to­do caso, la victoria nacionalista sobre los socialistas en las elecciones -como pasó en Cataluña- fue clara, y la ejecutiva so­cialista comenzó a pensar en un pacto de legislatura con el PNV, firmado en el pasa­do enero.
El Rey, mientras tanto, afirmará en Salamanca -en abril-, que 'la identidad de nuestra Patria no es negociable, nuestra identidad nacional no es discutible'. Su preocupación era y es evidente. Máxime si tenemos en cuenta los miles de votantes que respaldan a Herri Batasuna y a ETA (m), y que desean -por todos los medios- ver realizada la alternativa KAS.

LA ALTERNATIVA KAS. MUERE BROUARD, Y LEY ANTITERRORIST A
Los puntos fundamentales de la alterna­tiva KAS son los siguientes:
- reunificación de un Estado 'socialista' vasco;
- legalización de todos los partidos independentistas;
- amnistía de los presos políticos vascos;
- reconocimiento de la soberanía nacional de Euzkadi (norte y sur) y derecho a la autodeterminación;
- expulsión de Euzkadi de las Fuerzas del escaños de la asamblea vasca.
- Orden Público;
- el euskera, lengua pro­pia y prioritaria;
- las Fuerzas Armadas, acuarteladas en Euzkadi, estarán bajo con­trol exclusivo del Gobierno vasco.
Por un lado, por tanto, está la alternati­va KAS; y por otro, la ley antiterrorista, que negociaban en el Senado -tras su pa­so por la Cámara Baja- el PSOE y nacio­nalistas (6*). El plazo de discusión termina­ba el 9.XII.84. La Ley Orgánica contra la actuación de Bandas Armadas y Elementos Terroristas (es su nombre técnico) fue pro­puesta por los socialistas con carácter de urgencia a primeros de octubre de 1983, tras el secuestro y asesinato por ETA (m) del capitán de farmacia A. Martín Barrios. El proyecto, que agrava las penas para los terroristas, y las atenúa para aquellos que opten para la vía de reinserción social, no fue aprobado en el Parlamento hasta IX de este año. Sin embargo, el asesinato de Santiago Brouard, médico, alto dirigente de Herri Batasuna, y el intento no consu­mado en la persona del general Rosón, han conseguido la inmediata aprobación en el Senado, en noviembre, de esta Ley, con la oposición de los representantes vascos -que no defendieron sus enmiendas-, de Esquerra Republicana de Cataluña, y de comunistas.

¿NEGOCIABA EL GOBIERNO?
Sotillos, portavoz del Gobierno, pocos días antes de sucederse estos atentados, no excluyó que hubiera habido contactos en­tre personas de la administración y gentes próximas a ETA, pero «sin conocimiento del Gobierno» (YA, 15-XI-84). Otro dia­rio(7), por su parte, señaló el día 14 que el Gobierno había entrado en contacto «de forma indirecta» con el máximo dirigente de ETA (m), Txomin.
El resultado de esos contactos -según la información confidencial que manejaba el ejecutivo-, es que Txomin estaba dispuesto a negociar el abandono de las ar­mas, frente a otro sector de la orgarnización encabezado por Txikierdi, jefe de los comandos liberados, que pretenden conti­nuar -parece ser- con las acciones violen­tas, siempre según el mismo diario.
En las conversaciones, Txomin se habría mostrado dispuesto a rebajar la alternativa KAS.
Asimismo, el senador del PNV Joseba Azkárraga, sobre la presunta entrevista de un miembro de su partido con Txomin, en otro posible intento del Gobierno vasco de negociar la paz con ETA, ha manifesta­do recientemente que «cualquier intento por conseguir la paz en el País Vasco, debe considerarse bienvenido». Azkárraga afir­mó que «el 70% de la alternativa KAS, ba­se de la negociación que pretende ETA, podría tener cabida en el marco del Estatu­to de Autonomía, y dos de sus propuestas fundamentales -como la salida de las Fuerzas de Seguridad del Estado del País Vasco, y la integración de Navarra en esta Autonomía-, se negociarán ésta última, por supuesto, bajo consulta popular».
Hasta el momento, sólo han sido indul­tados nueve de los integrantes de la lista de 43 que se diseñó en enero de 1984 por el Ministerio del Interior. Azkárraga explicó que dispone de otra lista de 25, que desean su reinserción, pero que no ha presentado al Gobierno por el malestar que les produ­jo el retraso de los indultos.

¿CUANDO LLEGARÁ LA PAZ?
El asesinato de Brouard (7) -dirigido por GAL o por sectores de ETA opuestos a cualquier negociación (habría que saber la verdad sobre este 'oscuro' asunto)(8), no ha dejado de recordar a algunos comentaris­tas políticos el de J. M. Porten, periodista muerto el 28-VI-78 por ETA, también en 'oscuras' circunstancias. Porten afirmó meses antes de su asesinato que la noticia que le gustaría dar es ésta: «Hay paz en Euzkadi»(9). Una paz que no acaba de lle­gar.

(1) Cfr. Payne, S., El nacionalismo vasco, Barcelona, 1974
(2) Cfr. Tèmoignane Chretien, 24-VI-60. Paese Sera, diario filocomunista de Roma, la publicó integra en el 4-VIII.
(3) Mons. Larrea, actual Obispo de Bilbao, se ha referido con amplitud - en declaraciones al diario YA, 11-XI-84 - a esta condena de la violencia por parte de la Jerarquia eclesiástica en el País vasco. Más adelante se citarán pormenorizamente.
84) Otras fuentes han ampliado este número hasta 475; cfr. Hoja Lunes Madrid, 7-VII-80; Diario 16, 10-VI-80.
(5) Diario 16, Hermana de la transición, 2a parte, cap. 49.
(5*) Actualidad económica. Las cuentas del País Vasco, 16-IV-81
(6) Muñoz-Alonso, A., prólogo a España por un Estado Federal (1983).
(6*) El hecho de exigir delación a los miembros de ETA que deseen acogerse a la reinserción (art.6), ha sido muy criticado por el PNV.
(7) El País, 14-XI-84.
(7*) Ver datos personales en Euzkadi, n.127, 2-III-84.
(8) Contreras, L., ABC, 22-XI-84.
(9) Hoja del Lunes de Bilbao, 29-VI-78.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página