Huellas N., Marzo 1983

CRITICA

Diario intimo

Javier Restán

Unamuno, M. -
Alianza 283. Bolsillo

Constituye este libro una clave importante para la interpre­tación de todo el pensamiento de Una­muno y la comprensión de su drama interior.
Se trata de cinco cuader­nos, el último inacabado, que parece pertenecían a un amplio proyecto de 16, en que pretendía abordar todo tipo de cuestiones religiosas y en definitiva humanas.
Están escritos después de la profunda crisis que sufre Unamuno en 1897. Esta supuso para él, el planteamiento radical del problema de la muerte y la vida eterna. Se suele hablar de esta crisis como de una "conversión", pero en realidad este episodio no fue un encuentro con Dios sino un descubrimiento angustioso de la realidad indefectible de la muer­te. De tal forma le afecta esta crisis (que describe autobiográficamente en su obra "Cómo se hace una novela") que en el diario afirma: "Ya no podré vivir como he vivido".
Desde este momento toda la problemática de su pensamiento se re­sume en el "problema de ultratumba", si hay o no vida después de la muer­te. Y aquí se plantea todo el proble­ma de la fe; en realidad él desea ser un creyente, él "quiere creer", quiere tener fe. Y el Diario es rico en pasajes de una religiosidad autén­tica, sincera y humilde, nunca exenta de angustia.
En esta etapa de su vida reacciona radicalmente frente a su tendencia de juventud de racionalizar la fe, tomando una postura absolu­tamente contraria: la razón aplasta la fe, la fe es irracional.
De este tema de la muerte y la fe en la resurrección se despren­de un vitalismo apasionado. Se trata de vivir, y vivir sintiéndose y sobre todo vivir siempre, pero en la con­ciencia de sí. Es decir, vivir en la realidad de sí mismo y vivir una eternidad personal.
En realidad la angustia y las luchas de Unamuno están provoca­das por su centramiento en sí mismo: "Estoy muy enfermo y enfermo de yoís­mo". Su gran defecto es que no se abandona, que es voluntarista e indi­vidualista en una forma radical y encuentra gusto en vivir en tensión, en agonía, en lucha permanente.
En definitiva, un libro re­velador del corazón de Unamuno, un testimonio del gusto por vivir que nos despierta a los problemas esencia­les del hombre. Su lectura es amena y fluida, aun con las reiteraciones propias y las limitaciones de un dia­rio que nunca se escribió pensando en ser publicado.