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Huellas N., Marzo 1983

CRITICA

Casa de muñecas

A. Monzón

Henrik Ibsen Teatro Bellas Artes -Madrid

Seguro que todos habéis oí­do hablar alguna vez de este escri­tor, posiblemente por las grandes po­lémicas que levantaron las represen­taciones de algunas de sus obras a finales del siglo pasado. Ahora tené­is ocasión de comprobarlo con una de ellas: CASA DE MUÑECAS. Esta obra dio origen a numerosas críticas den­tro de la sociedad escandinava tras su estreno en 1879.
La obra es una confronta­ción histórico-social de dos tenden­cias: Helmer asume una concepción del hombre centrada en el bienestar, el poder (su puesto de director en el banco), la hipocresía y el honor basa­do en la apariencia. Nora está atrapa­da por esa sociedad -la sociedad de su marido y de lo que éste represen­ta-; pero al final de la obra decep­cionada de él, irá en busca de la verdad y de la libertad.
Nora es una mujer infantil que ha renunciado a sí misma para acoplarse, por amor, a la voluntad de los dos hombres que siempre han decidido por ella: su padre y su marido. "He sido muñeca grande en tu casa como yo fui muñeca pequeña en casa de papá", dirá a Helmer al final del tercer acto. Durante años no han contado con ella para tomar una decisión, para afrontar las dificultades, sólo sirve como "muñeca" o "alondra cantora" que puede lucirse en una fiesta. Le han negado su capacidad para pensar, optar y decidir incluso sobre las cosas más nimias. Nora ha renunciado a todo esto y ha comprome­tido incluso su propia libertad, tan­to humana como jurídica, por amor; pero cuando éste no es recíprocamente correspondido, Nora abrirá los ojos.
La obra se irá desarrollan­do en dos planos: Helmer y Nora, frente a Cristina y Krogstad. Mien­tras los primeros viven dentro de la sociedad anteriormente descrita, los segundos poseen una visión muy distin­ta de la mujer y del matrimonio. Pero la obra está muy lejos de ser un simple "manifiesto feminis­ta". CASA DE MUÑECAS rechaza la con­cepción moral y social burguesa para abrir, la puerta a un planteamiento nuevo: "Necesito estar sola para estu­diarme a mí misma y cuanto me rodea" dirá al final Nora. El primero de los deberes empezará por crear seres humanos capaces de juzgar, criticar y pensar, no juguetes al servicio de los otros.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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