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Huellas N., Marzo 1983

CRITICA

El niño prodigio

Jose Ramón

Dentro del mundo de la música clásica, se han dado infinidad de niños prodigio, pero el niño prodigio por excelencia es Johanes Crhysosto­mus Wolfgangus Theophilus Mozart, pa­ra los amigos, Juanito (luego se le conocería simplemente por Mozart).
Wolfgang Amadeus Mozart na­ció en Salzburgo (Austria) el 27 de enero de 1756. Desde muy pequeño manifestó una sensibilidad auditiva poco común. Esto hizo que su padre, Leopold Mozart, comenzara a impartir­le clases de clave a los cuatro años, y que a los seis compusiera ya sus primeras obras. Mucho se ha hablado (y parece ser que de manera cierta) que estas primeras obras fueron com­puestas por su padre. Pero esto da igual, ya que hay testimonios de algu­nos músicos, que quedaron maravilla­dos al oír, en 1761, al joven Mozart improvisar al clave.
Explotando esta precocidad, su padre organizó una gira que les condujo a Viena en 1762. Una segunda gira por Londres, París y Holanda hace que Mozart sea conocido en las más altas esferas musicales de la época. Vuelve a Viena en donde a partir de 1769 se hace maestro de concierto del arzobispado. En 1770 (cuando naciera Beethoven) realiza un viaje por Italia que se convierte en una verdadera gira triunfal.
En 1775 termina sus óperas "La falsa jardinera" y "El rey Pas­tro".
Debido a sus malas relacio­nes con el arzobispo presenta su dimisión en 1777 y parte hacia París, donde murió su madre que le acompaña­ba. Poco después hubo de volver a aceptar su plaza de maestro de con­cierto. Pero sus relaciones con el arzobispo son insostenibles y en mar­zo de 1781 le presenta su dimisión definitiva. En este momento comienza el periodo de verdadera madurez musi­cal de Mozart (1781-91).
En 1782 se casa con Cons­tance Weber, y tres años más tarde compone su famosa "Bodas de Figaro" que fracasaron en Viena, pero obtie­nen un gran éxito en Praga. Para esta misma ciudad escribe en 1787 Don Juan. En 1791 y en colaboración con el director de teatro Schikaneder crea la primera ópera alemana "La flauta mágina" que obtuvo un enorme éxito. Poco después cayó gravemente enfermo y murió sin poder terminar su Requiem (que es terminado por su alumno Süssmayer). Mozart, que muria en Viena el 5 de diciembre de 1971, fue enterrado en el cementerio de los pobres y nadie conoce el lugar de su tumba.
A pesar de fallecer a los 35 años la producción de Mozart es muy considerable. El catálogo de sus obras abarca 15 misas, 50 sinfonías, 6 conciertos para violín, 21 para piano, conciertos para flauta, trom­pa, arpa, etc. 26 cuartetos, 47 sona­tas para violín y piano, y un larguí­simo etcétera.
En cuanto al carácter de sus obras Mozart, por ejemplo, compo­ne "Don Juan", que contiene alguna de las páginas más tristes de su producción, a la vez que la desenfada­da "Pequeña serenata nocturna".
Así sería útil meditar las palabras de Bath cuando afirma que, ni directa ni indirectamente Mozart fue influido por su entorno, ni por la historia, la literatura, la filoso­fía o la política de su tiempo. No tenía doctrina alguna que predicar; no existe ninguna metafísica mozartia­na. Sencillamente buscó y encontró la manera de hacer música. Y esa es precisamente su grandeza. Esa es toda la clave. No podemos hablar de Mo­zart, de su obra, sin que deje de rondarnos la evidencia de su perfec­ción.
Por unos instantes podemos pensar o dar una explicación basada en la vida de Mozart. Una infancia explotada, una vida sentimental poco afortunada, su miseria económica, etc. En resumen, que se evadió y refugió en su música y por ello alcan­zó unas cotas altísimas de perfección. Pero esto no es así. Como el propio Mozart decía "la música debe estar por encima de pasiones, desgracias o fortunas".
¿Cuál es, pues, la explicación? Sencillamente que fue un verdadero genio y un autentico prodigio de perfección. Cualquier partitura que tengamos oportunidad de oír será una página maravillosa dentro del mundo de la música.
Elegir una obra de W.A. Mo­zart para recomendaros es, por lo anteriormente dicho, algo dificilí­simo. Pero para tomar un primer con­tacto con él, tal vez sea lo mejor hacerlo a través de tres de sus obras más conocidas. "La flauta mágica" es una de sus más bellas óperas, y exis­te una versión fabulosa en el merca­do. La orquesta Filarmónica de Viena junto a los Coros de la Opera de Viena dirigidos por Karl Bohm.
Las otras dos obras que os recomendamos son tal vez, las más conocidas de Mozart. Su sinfonía nº 40 en sol menor y su "Pequeña música nocturna".
Hay muchas versiones así que no os daremos ninguna sino peque­ñas pautas para elegir. Karl Bohm ha sido con mucho el mejor director mo­zartiano. Por otro lado Karajan, a nuestro parecer, baja mucho al diri­gir Mozart. Y la orquesta más identi­ficada con este músico, es sin duda la Filarmónica de Viena.
Para nuestra discoteca par­ticular os recomendamos esta vez que os dirijáis a los Sótanos de la Gran Vía. Allí encontraréis dos ofertas muy interesantes. La más barata nos ofrece discos muy buenos a 225 pts. Estos discos son de música antigua (S. XII al XVI) . Además, tienen un amplio folleto interior en el que hacen un estudio tanto histórico como estilístico de las obras. La otra oferta (425 pts.) ofrece discos de una gran calidad, con intérpretes de primera línea.
Al igual que en Navidad, ahora en Cuaresma y Semana Santa, os remitimos al artículo que Rafa Andreo escribió hace un año en nuestra revis­ta sobre "La Pasión según San Mateo" de J. S. Bach (1685-1750) Pero para aquellos que sea éste su primer año con Nueva Tierra vamos a hacer un resumen de esta monumental obra.
La recitación de los rela­tos evangélicos de la Pasión de Cris­to formaba parte de los ritos de Semana Santa ya en la Edad Media. El texto era cantado por tres eclesiásticos un bajo como Jesús, un barítono como el evangelista y un tercero que interpretaba los demás personajes. Eran las "pasiones respon­so". La primera pasión alemana data de mediados del s. XVI. Su punto culminante lo alcanza Bach. La pasión según San Mateo consta de coros, reci­tativos y arias. El texto abarca los capítulos 26 y 27 del evangelio y varios textos de Picauder, libretis­ta y amigo del compositor.
Los coros suelen represen­tar a la muchedumbre, y los corales, los sentimientos de la comunidad cris­tiana. Los solistas a personajes con­cretos. Un bajo en el papel de Jesús, un tenor en el de evangelista, y así sucesivamente. Hay que resaltar que los recitativos del bajo (Cristo) son acompañados por un cuarteto de cuer­das, mientras que los demás solistas se ven sustentados por un bajo continuo.
Como nota final diremos que Bach dio una gran importancia a esta Pasión como indica su orquestación numerosísima poco habitual en él. Se requiere un coro mixto, uno de niños, órgano, dos orquestas de tipo barroco y, al menos, siete cantantes solistas.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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