Llevaba ya mucho tiempo la universidad española callada. Mientras el mundo político y social sufría importantes cambios, este sector de la sociedad vivía para su adentros. El conformismo o, mejor, la apatía era síntoma general. El «pasotismo» interno tenía una justa expresión exterior: la indiferencia absoluta.
Y motivos hubo para no callar: la presentación de LAU, la posterior aprobación de la LRU (contra la que ahora protestan), la Ley de Ordenación del Profesorado, etc... La manipulación del mundo político era continua. Y sin embargo este curso la Universidad acapara portadas de periódicos y espacios en radio y televisión: protestas en Santiago por el precio de los Colegios Mayores y en Bilbao por el transporte, el paro del pasado 4 de diciembre, la semana de lucha del 11 al 15 de mayo, las revueltas de los estudiantes sevillanos por sus estatutos...
Algo parecido ocurrió el curso pasado en Francia ante la Ley Savary y aunque algunos viejos románticos traten de resucitar el MAYO del 68, las motivaciones y los objetivos son muy distintos.
Se está poniendo en juego el modelo de Universidad que queremos con graves ingerencias políticas y manipuladoras. Y ahora parten de los propios alumnos. De todas formas algo está ocurriendo. Y no podemos permanecer al margen.
COMIENZO DEL «CURSO»
Aunque podríamos retroceder mucho más (por ejemplo a la reunión de Zaragoza) para comprender la situación actual del movimiento estudiantil, comenzamos el curso con un hecho significativo: del 12 al 15 de noviembre se celebraron las PRIMERAS JORNADAS DE REPRESENTANTES DE ALUMNOS CLAUSTRALES. Convocadas las 28 universidades públicas respondieron 19 a esta primera toma de contacto. Se abordaron aquí temas relacionados con los departamentos, la gestión y gobierno de la universidad; el profesorado, personal de administración y de servicios; el régimen económico y financiero; los servicios asistenciales (bibliotecas, cultura, deporte, Colegios mayores, becas, etc... ); la docencia (planes de estudio, dedicación, procedimientos de evaluación... ); la investigación y hasta la misma definición de universidad.
Todo iba siendo aprobado y recogido como «puntos de referencia de la opinión de la mayoría de los allí presentes». Pero en la jornada de clausura se tocaron temas no estrictamente estatuarios (sistema de concesión de becas, subida de tasas, penalización a los matriculados por segunda vez... ) mezclando intereses generales con los estrictamente particulares.
UN PARA TRAS MUCHO MOVIMIENTO
Hasta estas jornadas estatales la desunión y descoordinación de los «estudiosos» había facilitado que la Secretaría de Estado para las Universidades e Investigación campara a sus anchas y diese toques electoralistas a su gestión afirmando que «años buenos se presentan para la universidad»(1) y remitiendo los problemas al INAPE (2) el cual procedía a devolverlos a la Secretaría, etc.
Para evitar este y otros «juegos políticos» y para que «las palabras de aliento» que nuestros representantes obtenían en la Administración se convirtiesen en realidad, se convocó el paro en defensa de tres reivindicaciones muy concretas:
1- Congelación del actual importe de las tasas académicas.
2- Adecuación del sistema de becas a las necesidades reales de todos los universitarios.
3- Incremento sustancial de la inversión pública en la universidad.
Tras tantos años de silencio y sumisión -¡ni los más viejos recuerdan aquellos «palos» y «carreras»!- la jornada estaba hábilmente preparada para que incluso las universidades no presentes mostrasen su adhesión sin mucha indagación.
Según lo previsto la gran mayoría de las universidades secundan el paro, que resulta un éxito a nivel nacional.
El ministerio se aviene -tras muchas declaraciones en contra-a recibir a una «Comisión Negociadora» previamente elegida en las jornadas de Madrid(3). Igualmente en Madrid se acordó celebrar en enero una nueva reunión para analizar el paro, respaldar y controlar las negociaciones y acometer el problema de la coordinación estudiantil. Esta reunión debía celebrarse en Barcelona.
EL CIRCO DE BARCELONA
Este fin de semana, el 26 y 27 de enero, va a ser otro «hito» marcado fundamentalmente por el «ambiente» y muy significativo a la hora de enjuiciar y acometer nuestra presencia en la universidad. Por eso entraremos en detalles que si bien no han sido ocultados(4), sí son cruciales por significativos y desconocidos.
En este reunión cada universidad podía enviar el número de representantes que quisiera, si bien la «organización» sólo sufragaba los gastos de seis. Así la U.P.M. llevó 8, la Autónoma 13 delegados y la Complutense de Madrid un ejército de 36 miembros. En total se reunieron unos 200 representantes de 28 de las 29 universidades españolas(5).
La reunión fue organizada (?) por las universidades Barcelonesas (Central, Autónoma y Politécnica) que formaban la mesa provisional. Pero antes de aceptar la mesa definitiva y la aceptación o modificación del reglamento provisional, la Universidad de Santiago planteó la falta de representatividad de los allí reunidos y la imposibilidad, por ello, de realizar votaciones. La objeción era lógica pues nadie pidió acreditación para entrar en la sala y toda la mañana del sábado transcurrió en la pugna entre quienes querían votaciones y quienes no. Dada la extraña situación y como ni siquiera se podía votar si se querían votaciones o no, la mesa consigue un consenso en torno a un sistema llamado a revolucionar la democracia parlamentaria: «la ronda indicativa». Cada universidad expondría su postura y la mesa decidiría cual de las dos posturas hubiera obtenido más apoyo. Los que resultaron tenerlo fueron los partidarios de evitar las votaciones.
Durante el resto del día cada universidad expuso su problemática particular casuísticamente; al terminar las universidades presentes se dejó el turno a una serie de colectivos que pasaban por allí como el «colectivo de mujeres violadas», «los comités anti-OTAN», grupos ecologistas, etc...
En la mañana del domingo triunfó una propuesta de cambio de mesa y de orden del día, con lo que se recondujo la reunión y se pudo dedicar la tarde a examinar la actuación de la Comisión Negociadora. Esta informó extensamente de su actividad a partir del paro del día 4 que si bien no había logrado satisfacer plenamente todos los puntos sí logró una serie de mejoras sustanciales en lo que a facilidad de concesión de becas se refiere y a cuantía de éstas, a parte de otros puntos en litigio.
En contra de esta Comisión se argumentó -por parte de quienes no habían acudido a la reunión de Madrid, de la que surgió- que no había sido elegida por todos, por lo que no era representativa. Igualmente se la achacaba haber bajado los «techos» reivindicativos; por ejemplo, un representante de la Universidad Literaria de Valencia argüía: « ...ellos han negociado pagar menos, y esto no es lógico; hay que reivindicar la gratuidad de la universidad, que es el modelo que queremos», otros proclamaban: « ...no nos interesa la Comisión Negociadora, queremos planteamientos más radicales por medio de la movilización»(6).
Finalmente la gestión de la Comisión fue rechazada por un voto de diferencia, el de la «Asamblea de no-admitidos», que había sido considerada como una universidad más y cuya posición ya había sido decisiva en anteriores votaciones.
UNA SEMANA DE LUCHA UNIVERSITARIA POR SUS INTERESES PARTIDISTAS
Al reanudar posteriormente la reunión trece universidades se habían retirado. En una sala contigua a la de la Asamblea las universidades «moderadas»(7) se reunían separadamente y decidían convocar una nueva reunión nacional en Sevilla. Mientras tanto, el sector «asambleario» aprobaba una semana de movilización en marzo. La plataforma de esta huelga «ampliable según las necesidades particulares de cada centro universitario» ellos la resumían así:
- No a la LRU.
- No al aumento de tasas y derogación del decreto de las mismas.
- Universidad gratuita entendida como servicio público.
- No a los «numerus clausus» y a la selectividad. Admisión en el centro de elección de todos los No-admitidos.
- Aumento de los presupuestos destinados a la universidad; reducción de los presupuestos militares.
- Mejora de la política de becas.
Este resumen, presentado a la opinión, pública, era engañoso y manipulador. El documento era un poco más explícito y podríamos leer reivindicaciones a conseguir por los universitarios como las siguientes:
«Erradicación total de la discriminación que reproduce un modelo machista y patriarcal de la sociedad en la que vivimos, que se da en la universidad, tanto a nivel de contenidos docentes como de actitudes concretas».
«Erradicación sistemática de la actual concepción de la articulación universitaria y de los contenidos docentes impregnados de españolismo y centralismo, luchando siempre por la defensa de los derechos de las naciones y culturas oprimidas».
«Democratización y transparencia absolutas de los organismos de gobierno de la universidad, lo cual pasa por la paridad entre alumnos y profesores y la desaparición de los entes ejecutivos unipersonales».
«Participación de la universidad en todos aquellos campos que sigan objetivos de reivindicación popular. Una concreción fundamental de esta participación en estos momentos es la lucha por el desarmanmentismo total, la desmilitarización de la sociedad, la salida de la OTAN, el desmantelamiento de las bases yanquis y la inversión de los presupuestos militares en necesidades sociales».
Tras todas estas declaraciones del concepto de hombre y de sociedad que propugnan, el documento proclamaba con aire revolucionario:
«Todas estas reivindicaciones, por su carácter de fundamentales e irrenunciables, y por su efecto de topar frontalmente con la oposición y el boicot de los poderes públicos y fácticos han de ser conseguidos no por la idea de una negociación más o menos arbitraria, sino por la lucha organizada y coordinada de un movimiento estudiantil amplio, combativo, no burocratizado, no jerarquizado y con deseos de ganar esta batalla».
Este texto definitivo, versión suavizada del original propuesto por la Universidad de La Laguna, merece ser comentado desde posturas profundamente universitarias y con criterios, no de partido ni de ideologías políticas, sino de respeto y de servicio. Y aunque es urgente su análisis, para ver por dónde se mueven ahora ciertos sectores universitarios y ésta en general, no lo vamos ha hacer aquí, sino que vamos a aportar más datos para su comprensión y posterior análisis.
UN FRUTO PREMEDITADO
Aunque el único partido político representado oficialmente era el PCE (m-1), en la tendencia moderada había miembros del PSOE, CDS y Fuerza Nueva. En la tendencia asamblearia se englobaban los estudiantes del PCE, LCR, Herri Batasuna Nacionalistas d'Esquerra y otros grupos extraparlamentarios. (9)
«Hubo personas -declaraba un representante al periódico ABC- que antes de todas las votaciones, y de forma sistemática, llamaba por teléfono».
Pero aparte de todas estas injerencias políticas, muy importantes y difíciles de evaluar, sí hay algunos datos que conviene resaltar: es claro que fue redactado en una comunidad autónoma preocupada por el centralismo político y que las participaciones «nacionalistas» (gallegos, vascos, catalanes, mallorquines, valencianos, ... ) fueron muy contundentes. Igualmente la participación de los comités anti-OTAN y ecologistas (muy ideologizados y politizados) fue decisiva a la hora de incluir ciertas cláusulas (10). Las minorías allí representadas, más organizadas y con unos objetivos muy concretos, consiguieron imponer pautas frente al resto de representantes universitarios con muy buena disposición, pero inexpertos y asediados... por lo que fácilmente manipulables. Todo tipo de presiones, tan burdas como efectivas, fueron utilizadas por estos colectivos durante las jornadas: disparos al aire con pistolas de fogeo y profiriendo gritos de «así se arreglan las cosas» (11), intimidación y acoso continuo a los oradores que no querían ser escuchados con flashes y cámaras de frente y de perfil y a distancias cortas, etc.
Aprovechando la oportunidad que la reunión les ofreció los objetivos iniciales se perdieron y la jornada estudiantil se convirtió en plataforma reivindicativa de grupos y actos marginales que utilizan estas situaciones para buscar apoyo a sus teorías. Y nos lo presentaron a todas las universidades como fruto y objetivo «fundamental e irrenunciable» hoy de todo el movimiento universitario estatal. Y a conseguir por la fuerza: propusieron una semana de lucha, del 11 al 15 de marzo con una jornada de huelga nacional a celebrar el 14 de marzo en todas las universidades. ¡Y algunos creyendo que protestábamos por las tasas y las becas! .
La respuesta al paro fue desigual, pero la desinformación era absoluta. En Madrid, por ejemplo, salvaron la manifestación gracias a unos colectivos de estudiantes de BUP y COU que con el horizonte de un día sin clase y «movida» se unieron a la misma.
¿A DONDE IR?
A partir de las jornadas de Barcelona habían quedado convocadas dos reuniones: una en Sevilla («moderados») y otra en Valencia («radicales»).
Pero el mes siguiente era el mes de los estatutos: el 28 de febrero concluía el plazo de presentación de los mismos y la máyoría de las universidades desplegaron una actividad febril durante esas semanas.
Esta vez los conflictos soterrados que jalonaron todo el proceso estatutario hispalense saltan a la opinión pública. Estamos aparentemente bien informados de la organización de manifestaciones y boicots que el CADUS (Consejo de Alumnos del Distrito Universitario de Sevilla), con el apoyo real y efectivo de todos los estudiantes y opinión pública, organiza para forzar la dimisión del rector, Sr. Infante, que no es aceptada por la Junta de Andalucía.
Estas movilizaciones violentas hace que el sector moderado decida reunirse en Jarandilla de la Vera (Extremadura), pese a lo cual la reunión de Sevilla nunca se desconvocó y mantenía su convocatoria para todas las universidades estatales.
UN INTENTO DE ORGANIZACIÓN: «EL GRUPO DE JARANDILLA»
Con todos estos prolegómenos se reunen del 7 al 10 de marzo en Jarandilla, 25 representantes de las universidades de Alcalá de Henares, Alicante, Baleares, Málaga, Asturias, Santander, Politécnica de Madrid, UNED, Extremadura y un sector de la Complutense de Madrid que acudió como observador. (12)
El CADUS, aunque mantenía su reunión en Sevilla, inicialmente iba a acudir y quizás forzado por la intensa negociación que mantenía para aunar criterios entre el sector moderado y radical, finalmente no acudió. En total los reunidos en Jarandilla representaban aproximadamente un 30 por 100 de los estudiantes españoles.
En este encuentro se analizó lo que de sensato tenía la propuesta de Barcelona, sin llegar a tomar ninguna postura unitaria (13).
No hubo acuerdo tampoco en el enjuiciamiento de la LRU que, mientras para algunos no llena las necesidades de la universidad de hoy, para otros es el camino abierto que permite la participación y la autonomía.
El punto fuerte que motivaba a los reunidos era la creación de una coordinadora estatal, que quedó reducido a la propuesta de un modelo para ser presentado en la próxima reunión de Sevilla. Este modelo, sólo se esbozó con el fin de facilitar la negociación con el otro sector radical. (14)
Hubo también una propuesta de la UNED para crear una comisión permanente que actuara entre las Asambleas Permanentes del movimiento estudiantil. Era una propuesta muy concreta y detallada, a la par que necesaria, pero no queda muy claro el apoyo que recibió pese a constar en el comunicado final.
Se elaboró también una plataforma reivindicativa mínima, con los 4 puntos fuertes de las aspiraciones universitarias de este curso, independientemente de connotaciones políticas (ya sabes: tasas, becas, inversión pública, selectividad ... ).
Toda esta discusión fue presidida por la búsqueda de unidad entre los estudiantes en detrimento de aspiraciones personales.
Naturalmente que los reunidos en Jarandilla son conscientes de «la grave preocupación de los estudiantes por diversa problemática social; especialmente, y por su transcendencia, los temas referentes a la paz y el paro, sobre los que se considera necesaria una respuesta de la universidad».(15)
Igualmente decidieron repudiar el sobrenombre de «moderados», por cuestiones obvias de identidad, y ahora se les conoce como el «grupo de Jarandilla».
TODO QUEDA PENDIENTE ...
Como sabemos el CADUS mantuvo a toda costa su reunión de Sevilla ¡y logró reunir a los dos sectores! 26 universidades acudieron a esa última cita. Sólo faltaron los vascos, canarios y los nacionalistas radicales gallegos demostrando, incluso declarando públicamente (16) su postura de rechazo de vinculaciones estables con el resto de universidades españolas.
Estas ausencias, y la voluntad de entendimiento de ambas partes crearon una atmósfera de optimismo en torno a la posibilidad de acuerdo. Por ello no hubo problemas de aceptación de la mesa provisional, constituida por todas las universidades andaluzas, y se pasó a una valoración conjunta de la huelga del día 14 y de las reuniones de Jarandilla.
De todas las formas los puntos fuertes siguen siendo la elaboración de una reivindicativa común y la creación de una comisión coordinadora.
Los textos definitivos aprobados están en la línea habitual de mejora de becas, aumentos de los presupuestos universitarios (a costa de los de armamento), universidad gratuita, etc.
De todas formas aún estamos lejos de una unidad de los universitarios españoles en temas como la gratuidad de la enseñanza o tasas en función de la renta como quedó patente en Sevilla o en un interesante debate organizado por el programa de radio «La casa de Troya» (17).
De todas formas, y es significativo para una comprensión del poco empuje y arraigo del movimiento estudiantil actual, todas estas plataformas no tienen carácter vinculante para ninguna universidad.
No se pudo constituir el órgano representativo, entre asambleas, que era el segundo objetivo del encuentro en Sevilla (18).
Junto al proyecto presentado por la UNED en Jarandilla había otro, menos exigente y comprometido, que propugnaba la reunión de ese órgano unificador solamente cuando las circunstancias lo hicieran aconsejable. Pero la división de las universidades en sectores (12 votos contra 12, con 2 abstenciones) hace que el tema quede pendiente para una próxima reunión que, organizada por la Universidad Literaria de Valencia, tendrá lugar ya en el próximo curso, en Noviembre.
ANTE LAS MEDIDAS DE «SELECCIÓN» DEL GOBIERNO
Una última reunión con carácter nacional se celebró los pasados 4 y 5 de mayo en Madrid convocada urgentemente por la Universidad Politécnica de Madrid: se trataba de estudiar un borrador del Decreto de Ingreso en Centros Universitarios que había sido elaborado por la Secretaría de Estado para la Universidad(19) una semana antes, y que son la verdadera concreción de la LRU, ya que todos los temas candentes son esbozados aquí y remitidos a futuras leyes.
El decreto fue rechazado porque «supone la consagración definitiva de las medidas selectivas que vulneran el derecho al estudio garantizado en la Constitución». Son medidas « ...que nos llevan -en boca de su comunicado- hacía una universidad cerrada y elitista, convirtiendo en patrimonio de unos pocos lo que es de todos».
Los delegados tachan las disposiciones del gobierno de simplistas y alegan que «tratan de eludir el problema fundamental de nuestra universidad, es decir, la falta de inversión pública en ella».
De todas formas el hecho significativo es la posibilidad de enjuiciar la actitud del gobierno sobre la universidad a partir de ella misma y la capacidad de crítica que ésta va desarrollando. Los delegados van tomando conciencia de ello ... y nosotros debemos acompañarles.
Pero los grandes temas para Noviembre.
UN NUEVO ESTADO DE LA CUESTIÓN
Es claro, tras todo el recorrido anterior, que la universidad española comienza a desentumecerse. Y el momento no podía ser más propicio: contamos con la nueva LRU (válida o insuficiente, pero hay que saber desarrollar), estamos ante la formación de claustros participativos, en la redacción de estatutos definitivos para todos los centros y en la reivindicación de unas aspiraciones justas y lógicas de los universitarios.
Y muchos son conscientes del problema, pero una gran mayoría permanece ausente de ellos y en la más total e inadmisible desinformación.
Y los que llevan la pauta, los más preocupados, los que dedican a la universidad su tiempo e ilusión, quizás por falta de conciencia histórica, quizás por inexperiencia representativa, están haciendo la «guerra por su cuenta», cargados de ideologías particularistas, no globalizadoras e impregnadas de individualismo y materialismo. No podía ser de otra forma: la universidad es el foro donde mejor se refleja el concepto de hombre y de sociedad que la cultura dominante impone. De ahí el panorama desolador: exigencias sin deberes, radicalismos sin fundamentos, confusionismo, etc... pero, sobre todo, falta de unidad. Falta de unidad a pesar de unos problemas comunes, concretos y negociables. Falta de unidad porque falta un modelo de universidad, una manera unitaria de concebir ésta en la vida del hombre y de la sociedad.
Ante todo esto parecería lógico la creación de una COORDINADORA ESTATAL que aglutinase esfuerzos, reivindicaciones y luchas y, sobre todo, que fuera un interlocutor válido de la Universidad con el resto de la sociedad (20). Para ello hay que superar otro escollo difícil actualmente: la representatividad de los alumnos. ¿Cómo elegir a nuestros representantes para que estos tengan el apoyo de todos, y para que tengan el apoyo de todos, y movimiento estudiantil?.
Ahí están igualmente otros problemas y situaciones como son el utilizar las huelgas (¿podemos emplear el término «huelga» en nuestro caso?) para ganar un día de no ir a clase; el interés de ciertos partidos políticos por imponer su ideología a través de grupos reducidos de estudiantes; la apatía general (tanto política como de todo tipo) que se «respira» en la Universidad, etc... Con todo, algo está cambiando.
Y NOSOTROS TAMBIÉN
No todo está hecho, ni siquiera comenzado. Pero es bien cierto que la universidad necesita universitarios conscientes de su misión y preocupados por ella. Hemos de valorar la universidad como lugar de vida.
Para el próximo curso habrá habido elecciones en los centros (bien a delegados, claustros, etc ... ) y a la reunión de noviembre habrá que llevar muchos puntos, aquí sólo esbozados, bien pensados y decididos. Es claro que la vocación de algunos de nosotros es acompañar y acoger, pero también hemos de asumir y fomentar la de aquellos de nosotros que estemos llamados a una representatividad y luchar por unos intereses comunes en favor de la universidad.
Nadie va a iluminar con criterios éticos la vida en la universidad si nosotros mismos eludimos el esfuerzo... porque, además de un problema de solidaridad, se trata de construir nuestra sociedad, que está necesitando urgentemente una forma de vivir basada en la gratuidad.
No es lícito ser meros «espectadores» (y ni siquiera eso por la desinformación reinante), sino que hemos de participar. Lo que hemos visto nos empuja a poner nuestro esfuerzo en lo que se está construyendo, porque lo que da sentido a nuestra vida nos urge a presentar esta plenitud a todos. Empezando por los que están más cerca. ¿Y quién hay más próximo que mi compañero de clase?.
(1) Cfr. Carmina Vigili, El SOCIALISTA, n 304.
(2) INAPE: Instituto Nacional de Asistencia y Promoción del Estudiante. C/Torrelaguna, 58 (Parque de las Avenidas).
(3) Esta Comisión estaba compuesta por la Politécnica de Cataluña, Extremadura, Granada, Politécnica de Madrid, Zaragoza y UNED.
(4) La prensa estas semanas empleó grandes titulares para estas jornadas ¡pero hay que saber leer la prensa para entenderlo!.
(5) Cfr. LA VANGUARDIA (Aunque las cifras exactas varían un poco el dato es importante: 28 de 29).
(6) Cfr. ABC, 29 de Enero.
(7) Este nombre de «moderadas» puede tender a la confusión: no se trata de una postura política, ni de conformismo, ni que abandonan la lucha de los universitarios sino que fundamentalmente optan, frente al otro sector, por posturas de diálogo con la administración y por la creación de una coordinadora nacional de Estudiantes. Posteriormente ellos mismos rechazarán tal denominación.
(8) La Convocatoria fue enviada a todas las universidades en catalán.
(9) Cfr. El periódico de Catalunya (28-Enero).
(10) Así, y todo mezclado, nuestros representantes universitarios aprobaron ¡esta vez por unanimidad! una resolución para la purificación del río Esgueva, que baja muy contaminado.
(11) Cfr. ABC 30, Enero-85.
(12) Mientras que el diario HOY (11 de Marzo) también cita como participante a la Universidad de Salamanca, para el EL PAIS (11 de Marzo) sólo acudió un sector en calidad de observador, aunque el comunicado final si aparece firmado por esta universidad.
(13) «Las Universidades aquí reunidas adoptarán los criterios que se decidan en sus Centros» (cfr. del COMUNICADO FINAL), lo que demuestra lo complicado de la negociación sobre puntos concretos, incluso dentro de grupos de tendencias afines y que lo que une a estas universidades son objetivos más genéricos, como ya veremos.
(14) Es significativo que EL PAÍS (11 de Marzo) nunca los denomine «radicales», sino que alude, conscientemente, a ellos como «las otras universidades», «los no presentes», etc ...
(15) Cfr. del Comunicado final de Jarandilla.
(16) Estas 2 universidades (País Vasco y La Laguna) y el bloque Nacional Popular Gallego -que no la universidad de Santiago- no acudieron a Sevilla por considerar que sus procesos de movilización respectivos están demasiado avanzados con respecto al resto de las universidades españolas. Su falta de solidaridad e intereses particularistas quedan bien patentes en declaraciones a EL PAIS (24 y 26 de Marzo).
(17) Emitido por el 3" programa de RNE el 25 de Marzo y en el que participaban representantes de Sevilla, León, UNED, Valencia y Autónoma de Barcelona.
(18) El tema era importante, lo que demuestra el hecho de haberse presentado 5 propuestas, que finalmente fueron reducidas a las dos expuestas.
(19) Ya después de la dimisión de la titular Carmina Vigili aduciendo cuestiones personales, pero en un momento como vemos sospechosamente comprometido.
(20) En alguna ocasión el MEC ha manifestado que quiere negociar y que no sabe con quién, ni en base a qué. Más de una vez se han respaldado, por ejemplo durante el programa de TVE: EN PARALELO, LOS JÓVENES (emitido los días 18 y 25 de Mayo), en esta lucha entre los propios estudiantes para seguir adelante con su «proyecto político» al margen de los universitarios.
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