"El planeta siguiente estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito en una gran melancolía.
-¿Qué haces ahí? - preguntó al bebedor, a quien encontró instalado en silencio, ante una colección de botellas vacías y una colección de botellas llenas.
- Bebo - respondió el bebedor con aire lúgubre.
- ¿Por qué bebes? - preguntole el principito.
- Para olvidar - respondió el bebedor.
- ¿Para olvidar qué? - inquirió el principito, que ya le compadecía.
- Para olvidar que tengo vergüenza - confesó el bebedor bajando la cabeza.
- ¿Vergüenza de qué? - indagó el principito, que deseaba socorrerle.
- ¡Vergüenza de beber! - terminó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio. Y el principito se alejó perplejo.
Las personas mayores son decididamente muy pero muy extrañas, se decía a sí mismo durante el viaje".
No nos dejan ser niños. Y si no haz una prueba: lee este libro y luego intenta contárselo a un "adulto". Dile que el secreto del principito es que "sólo ve bien con el corazón y que lo esencial es invisible a los ojos". Te mirará con cara de asombro y lástima al mismo tiempo y pensará: no tiene la culpa, es tan idealista. Luego intenta leerle el párrafo "sólo los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo por una muñeca de trapo y la muñeca se transforma en algo muy importante y
si se les quita la muñeca lloran..." Te dirá probablemente que ya eres mayorcito para decir tonterías de muñecas y seguirá haciendo cosas importantes. Entonces comprenderás perfectamente al principito y al mundo tal y como aparece ante él. Ya no te extrañarás de que se sorprenda cuando visita el planeta del bebedor, los "adultos" no se sorprenden cuando se encuentran con "bebedores". Ni tampoco saben como el pequeño protagonista, lo importante que es tener un amigo.
Su filosofía es tremendamente sencilla y a la vez profunda, bastante más que la de muchas personas "serias". Por eso, sus reacciones, sus sentimientos, sus sorpresas y sus palabras nos obligan a reflexionar. ¿No es todo mucho más simple? y es que después de leer este libro es probable que te digas a ti mismo como el principito: decididamente, las personas mayores son muy extrañas.
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