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Huellas N., Junio 1983

NUESTRA PRESENCIA

Marcha mariana: una marcha gratuita

Gloria Canencia

El día 29 de mayo a las 9.30 sali­mos con los autocares camino de El
Escorial. Íbamos con media hora de retraso sobre el horario previsto, pe­ro no importaba, pues ese es el tiempo necesario para saludar a la gente, re­encontrarse con caras conocidas, pre­sentarse a los que vienen por primera vez e ir creando ese "climilla" que nos acompañaría el resto del día.
El objetivo de la Marcha Ma­riana era simple y sencillo y a la vez todo lo trascendente que cada uno qui­siera: Todos juntos, en comunidad, de­dicar un día del mes de mayo a María, la Madre de Dios, ofreciéndole nuestro esfuerzo, alegría y oración, haciéndo­le partícipe de todos nuestros actos.
Como otros años, Íbamos a llegar andando a una ermita. Pero este año quisimos dar a este hecho un matiz especial y escogimos la ermita de Ntra, Sra. de Gracia de El Escorial, un si­tio lleno de "domingueros" (en el me­jor sentido de la palabra) con su tor­tilla, su casera, su balón y su tran­sistor.
No se trataba solamente de rezar y pasarlo bien nosotros con nosotros, sino de presentar gratuitamente ­esa oración y esa alegría a todos aquellos con los que casualmente coincidiéramos; sin obligarles a nada, sin exigirles, sin comprometerles, y sin esperar nada a cambio, sólo la satisfacción de mostrar como se puede vivir un día en presencia de Dios y dejar nues­tro testimonio a quien quisiera recogerlo.
Así pues, como decía al principio, salimos a las 9,30 h. de la Parroquia de Los Dolores. Unos kms. más allá de El Escorial dejamos los autocares y empezamos a subir monte arriba. ­En seguida pararnos a rezar Laudes y se nos ofreció los puntos de reflexión para la siguiente etapa de la marcha: descubrir lo que de esencial tiene la Virgen, gracias a lo cual su figura sigue teniendo vigencia después de 20 siglos, y que no se trata solamente de una acumulación de virtudes, sino de - como - más tarde veríamos - ser la portadora de una nueva humanidad.
Y con estas ideas nos pusi­mos en marcha por grupos charlando y reflexionando... siempre que nos deja­ban los abejorros, las dudas ante las bifurcaciones, los matorrales... y de­más amenizantes del camino.
En un punto previamente de­terminado hicimos otra parada. Allí repusimos fuerzas (el bocata, la brisilla... ) y rezamos el Rosario.
Desde aquí ya todo seguido hasta la ermita; cuesta abajo y sin dificultad (salvo irnos abriendo camino entre zarzas, ramas en los ojos, espi­nos, etc... ).
Y una vez en la ermita comer, puesta en común de lo trabajado en los grupos, la Misa y una fiestecilla im­provisada.
Casi sin caravana regresamos a Madrid hacia las 9 de la noche.
Así transcurrió nuestro día mariano. Los resultados, más o menos trascendentales, ya los veremos, o in­cluso no los veamos, pero ahí estarán.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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