1. EL GENERAL Y EL RABINO
El general ruso Graf Ignatiov fue una vez a Chelm de visita. Entre los notables de la ciudad que le agasajaron en el ayuntamiento se encontraba el rabino Reb Sussel. El general le hizo una pregunta:
- Dígame, señor rabino, ¿han nacido quizá entre ustedes en Chelm grandes hombres?
- No, mi general - respondió modestamente Reb Sussel -. Desde que tengo uso de razón, aquí sólo han nacido niños pequeños.
2. LAS ROSAS PARA LA NOVIA
Un joven de Chelm fue a visitar a su novia que vivía en Lublin. Llegado a Lublin, se enteró de que la muchacha estaba enferma con gripe. Un amigo le aconsejó:
- Se le pasará si le llevas unas flores.
El joven fue a una floristería y dijo:
- véndame un par de rosas para mi novia enferma.
El de la floristería le dijo:
- Estamos fuera de estación. Las rosas están muy caras. Puedo venderle un par de ellas por treinta kopecs.
- ¿Treinta kopecs?, se extrañó el joven. ¡Todavía no está tan enferma!
3. ALGUNOS REFRANES JUDIOS
- Una persona sensata tiene tanto en qué pensar que no tiene tiempo para hablar; un necio tiene tanto que hablar que no tiene tiempo para pensar.
- Es más fácil responder a mil preguntas de mil sensatos que a una sola pregunta de un necio.
- A un carnero se le teme por delante; a un caballo, por detrás; a un necio, por ambos lados.
- No es necesario sembrar necios, crecen solos.
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