Si oímos hablar de un autor que ha escrito 1500 obras teatrales y que desde los 18 a los 73 años ha escrito a un ritmo de 200 versos de comedia diarios, sólo nos queda afirmar que se trata de un monstruo. Pues sí, es un monstruo, o como le llamaron en su época "El Fénix de los ingenios", Lope de Vega.
Realmente es uno de nuestros genios dramáticos.
Esta obra suya, "La Dorotea" es una pieza doblemente valiosa ya que además de la riqueza poética del lenguaje, es una pieza autobiográfica. Autobiografía pero, como en las películas, se cambian los nombres: en la obra, Fernando es realmente Lope, y Dorotea, es Elena de Osorio de la que es tuvo locamente enamorado Lope de Vega. Como os podéis imaginar, de amoríos trata el "asunto", Fernando y Dorotea están enamorados pero, ante la aparición de un rico indiano, la madre de Elena decide que ese es mejor partido y el final es muy interesante para verlo...
Una de las notas importantes de esta obra es el hecho de que, frente a lo que puede parecer, ningún personaje gira alrededor de nadie; cada uno es centro de sí mismo y, ya veréis cómo cada uno tiene dos mundos muy claros (lo que cada uno dice y por otro lado, lo que sueña).
En cuanto a la adaptación que se realiza en el teatro María Guerrero, no os puedo dar mi opinión porque aún no he ido a verla; pero sí os recomiendo que vayamos a verla o no, sólo por tratarse de una obra dramática de uno de los mayores genios del mundo y que es español (¡toma ya chauvinismo!... ), sino que es muy entretenida y airosa.
Y además, como ha dicho algún crítico del "monstruo" Lope de Vega: "La Dorotea es una de las más magistrales producciones de Lope ya que en ninguna otra corren tan parejas su vida y su arte... y si es una auténtica creación literaria, no es por la verdad de la historia sino por su extraordinaria verdad poética".
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