Tomaremos como último barroco, ya que pensamos pasar a los clásicos en el próximo artículo, a Joseph Haydn (1732-1809) llamado por muchos el "padre de la sinfonía". No nos meteremos a analizar si esto es excesivo o no, pero indudablemente la figura de Haydn es de gran peso dentro de la historia de la música.
Su primer contacto con ella fue a los 8 años de edad, haciéndose niño cantor en la escuela de la Iglesia de San Esteban en Viena, donde comenzó a mostrar sus excepcionales dotes musicales.
Cuando mudó su voz, conoció algunos años de dificultades, hasta que conoció a Porpora, quien se encargó de enseñarle composición.
A los 29 años era ya vicemaestro de la capilla de la Corte del Príncipe Paul-Antoine Esterhazy, y en 1766, maestro de capilla de Nicolás I, en Eisenstadt. A la muerte de éste, partió a Londres, adquiriendo gran fama al dirigir sus propias sinfonías. Fue nombrado "Doctor Honoris causa" por la Universidad de Oxford en 1791. Al año siguiente volvió a Viena, e impartió clases a un joven musico, Ludwig van Beethoven. Tras otro viaje a Londres, terminó asentándose definitivamente en Austria, donde, sobre el año 1800, escribió las que serían sus dos obras maestras: "La creación" y "Las estaciones". Víctima de las guerras napoleónicas murió en Viena, y está enterrado en la capilla de Eisenstadt.
Haydn tuvo gran influencia en el mundo de la música, como antes hemos indicado.
Indirectamente, o no tanto según se mire, es también "el padre del cuarteto clásico". Suprimió el clave, instrumento considerado hasta entonces indispensable, y a la vez dio un valor igual a las cuatro voces de arco.
En la orquesta permitió a los instrumentos de viento tomar una parte más independiente, que hasta entonces se veían relegados a un papel secundario.
Y dio a la sinfonía su forma definitiva. Cuatro movimientos, en los que amplió el desarrollo temático, y aseguró el carácter coherente y compacto de esta forma musical.
Joseph Haydn fue un compositor extraordinariamente fecundo. Más de cien sinfonías, veinte cuartetos para piano, nueve para violín, seis para violonchelo, trios, divertimentos, música coral, y un largo etcétera componen la obra de este gran compositor.
Dos son las dificultades con las que topamos para recomendar alguna audición. Una el gran repertorio, y otra, la belleza. Cualquiera de sus sinfonías es una preciosidad. No nos cansaremos oyendo ninguna, debido a su viveza, perfección y belleza.
Una de las más famosas es sin duda la 101, "El reloj". Sus tiempos (Adagio, Presto, Andante, Menuet y Finale) constan de unos temas preciosos, que unidos a los contrastes que en el los existen, hacen de esta sinfonía una bellísima página musical.
¿Una versión? Sin duda una buena, es la que nos ofrece Antal Dorati y la Orquesta Sinfónica de Londres, si bien os diremos que Sir Thomas Beechman es un director especializado en Haydn y tiene discos muy buenos y económicos con la Real Orquesta Sinfónica de Londres.
Como disco recomendado para la discoteca básica, hemos pensado en uno genial, y que precisamente es de Haydn: sus conciertos en Re y en Do para violonchelo y orquesta, actuando como solista Mstislau Rostropovich (el mejor chelo del mundo) y la Academia de St Martín-in-the-Fields, dirigida por Iona Brown. No os creáis que nos da comisión esta orquesta sino que siempre que compréis un disco suyo estáis haciendo una gran inversión, ya que es, una de las orquestas que mejor trabaja,
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