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Huellas N., Febrero 1983

IGLESIA

1983: año santo de la redención

En el número anterior comentamos el anuncio del "AÑO SANTO DE LA REDEN­CIÓN" por el Papa Juan Pablo II. El Papa va comentando en audiencias, reuniones, mensajes..., esta celebración y su sentido.
A partir del próximo 25 de marzo (festividad de la Anunciación) la Iglesia entera recordará y revivirá el misterio de la Redención en su 1950 aniversario. "El año jubilar de la Redención -dice Juan Pablo II - quiere ser una proclamación en la fe, en la efica­cia del misterio pascual de Cristo, y constituye un himno de alabanza al Se­ñor crucificado y resucitado...es una invitación a la esperanza porque es un anuncio de salvación y de misericordia".
Pero, ¿qué es un Año Santo? Es una ocasión que la Iglesia nos da a todos sus fieles para conse­guir una indulgencia plenaria especial, es decir, la remisión de la pena tempo­ral merecida por los pecados mediante el cumplimiento de ciertas condiciones.
El primer jubileo lo estable­ció Bonifacio VIII en 1300; un siglo más tarde Pablo II estableció que se cele­brase cada 25 años, de tal forma que cada generación tuviese oportunidad de ganarlo. Los papas han convocado jubileos extraordinarios en diversas circunstan­cias; Pio XI en 1933 decretó el Año Santo de la Redención en el 1900 aniversario de la muerte de Cristo. También Pa­blo VI en 1968 anunció un Año Santo al cumplirse el centenario de la proclama­ción dogmática de la Inmaculada Concep­ción.
El Año Santo ha tenido siem­pre un carácter de conversión colectiva; una vez más, el Papa nos llama a esa renovación interior especialmente en la práctica de la confesión.
Pienso que es un motivo lo suficientemente importante como para que todos, tanto a nivel de diócesis, parroquial o individual, nos preparemos y vayamos pensando qué actividades celebrar con ocasión de este 1950-aniversario de nuestra Redención.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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