Un año más celebramos la jornada de la "CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE". Este año el lema de la campaña es "TU RESPUESTA CREA VIDA"
Os ofrecemos a continuación un testimonio de un sacerdote español en Guatemala, que nos cuenta cómo realmente nuestra colaboración, nuestra ayuda aquí, puede crear vida allí.
Se habla con frecuencia de la actividad misionera de la Iglesia española en los países de Latinoamérica. También se alaba, y con justicia, el trabajo y realizaciones que misioneros llegados de Europa realizan en estos lugares.
Estos misioneros (sacerdotes, religiosos, seglares), numerosos en la década de los años 60 y parte de los 70, han sido parte fundamental en la vida de la Iglesia latinoamericana.
Esta vida nueva en estos países es fruto de muchos factores, todos importantes; pero aquí debo dar testimonio de la ayuda económica que organizaciones católicas aportan a esta Iglesia de América latina. La vitalidad de esta Iglesia es fruto innegable de la capacidad de donación de tantos misioneros, pero también del respaldo que ha supuesto para sus trabajos e iniciativas, las organizaciones de apoyo.
A lo largo de muchos años me he comunicado con diferentes organizaciones y he recibido ayuda para proyectos de evangelización y desarrollo. La primera organización europea en apoyar mi trabajo misionero en Guatemala fue la Campaña contra el Hambre en el mundo (la presidente entonces era Mª Dolores Gisbert de Gallego). Mi actividad se ha desarrollado en área campesina.
El primer proyecto apoyado tuvo relación con la atención de la salud de los niños y formación de la madre para el cuidado de sus hijos. Otras organizaciones participaron también en la construcción de un centro hospitalario que trata de dar respuesta a los problemas más urgentes en el campo de la salud y a la formación de las familias en orden a la prevención de enfermedades. Formación de promotores de salud, etc...
En un segundo proyecto la Campaña contra el Hambre apoyó económicamente la construcción de un centro de formación parroquial. La zona de 60 comunicades que componen la parroquia, necesitaba este centro en el cual se forman catequistas, se da alfabetización de adultos, formación de jóvenes cristianos, promoción de mejoras en el campo de la vivienda, de la agricultura , formación cooperativista, etc.
Estos dos proyectos han sido fundamentales en la evangelización de toda la zona por dar respuesta al grave problema de la salud de la población del campo y por formar personas que son guías espirituales de sus comunidades y animadores del desarrollo de una vida más humana. También la Campaña contra el Hambre apoyó proyectos de lugares concretos para dar solución al problema de tenencia de tierra de familias sin recursos económicos, sin tierra y sin posibilidad de obtenerla. Así financió económicamente la compra de tierra para algunas familias.
En un proyecto en el que intervienen otras organizaciones, la Campaña contra el Hambre tomó a su cargo la financiación de la introducción del agua potable y sistema de drenajes de una población de 700 habitantes con proyección de 1200 habitantes en un futuro próximo. Otro proyecto similar a éste se espera de la Campaña en financiación para este año.
Todos estos proyectos son posibles en un contexto de comunidades cristianas de la Iglesia latinoamericana. Las inquietudes y deseos de superación que nacen del anuncio evangélico se plasman en muchos casos de proyectos concretos que necesitan de financiación exterior. Si bien es cierto que una parte importante en el desarrollo de cada proyecto son los mismos beneficiarios, no lo es menos que sin el apoyo económico de organizaciones corno Campaña contra el Hambre no sería posible ejecutarlos. El esfuerzo de cada comunidad donde se realiza un proyecto es importante, y va desde sus aportaciones económicas, hasta su trabajo personal, reflexión y estudio, animación comunitaria, etc. Pero la ayuda económica que he recibido de la Campaña ha sido fundamental para la puesta en marcha de los proyectos. En cada proyecto he vivido, de algún modo, la dimensión de la Iglesia-comunión de Cristo con los hombres.
Mientras haya cristianos que vivan la caridad en sus hermanos anónimos de otras partes de la Iglesia necesitada, se hará necesaria la presencia de organizaciones como Campaña contra el Hambre. Y mientras haya Iglesias en necesidad, los cristianos no podemos permanecer insensibles, La canalización de estos esfuerzos de caridad, por medio de la Campaña, llega a personas concretas y da solución a necesidades concretas, promoviendo el desarrollo y la posibilidad de una vida más humana y más cristiana.
¡Gracias!, a los que hacen posible, con su aportación económica, la realización de proyectos concretos. Y, gracias, a las personas que con tanta generosidad hacen posible el funcionamiento de la organización de la Campaña contra el Hambre. Gracias a esas magníficas mujeres de España.
* 15 años en la diócesis de Quazaltenango
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