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Huellas N.1, Enero 1985

RESEÑA

Monsieur Ouine. George Bernanos

Rafael Gerez Kraemer

PLON, le livre de poche;
BORDAS, collection «Classiques contemporains»;
GALLIMARD, collection «La Pléiade»


En 1946, después de volver a Francia al finalizar la guerra, G. Bernanos publica su penúltima obra, Monsieur Quine, iniciada en 1931 y cuyo título iba a ser en un principio La Paroisse Mor­te.
La obra tiene lugar, como en la mayoría de sus novelas, en un pueblecito del Artois y se centra en el personaje de Monsieur Ouine, viejo profesor de lenguas, que bajo su apariencia de santidad no es sino el sa­cerdote de Satán, lleno de odio y frialdad de los que va poco a poco llenando al pue­blo, condenándolo irremisiblemente.
Es una obra en la que aparecen las cons­tantes de Bernanos: unos niños húmilla­dos, un sacerdote que tiene por momentos una lucidez extraordinaria, pero que es continuamente ridiculizado, un drama en­tre pueblo y castillo, un ambiente misterio­so, oscuro (en torno a un crimen que pare­ce no tener ni razón ni causa ni resolución), unos personajes de locura, y, sobre todo, el problema del mal que lo destruye todo.
Sin embargo, esta novela no posee la es­tructura lógica y tradicional del resto de sus obras. En ella se superponen visiones, descripciones objetivas, puntos de vista de cada personaje, diálogos de sordos,... con numerosas rupturas y lagunas entre cada episodio. De hecho, él mismo la denomina­ría de onírica, «porque no hay nada más real, ni más objetivo que los sueños».
La obra es por lo tanto muy realista, porque M. Ouine pertenece «a ese grupo de personajes, prisioneros de la mentira y de la desesperación, que Bernanos no ha sacado más que de sí mismo» como más tarde diría Albert Béguin; Bernanos no ha­ce por lo tanto más que caricaturizar el mal que no sólo él sino todo ser humano posee y que, poco a poco, si le dejamos, nos va absorbiendo como M. Ouine lo ha­ce con el pueblo, sin que nada se le pueda oponer.
M. Quine es, por lo tanto, un personaje diabólico, cuyo amor se ha extinguido de tal manera que ya no es capaz ni de amarse a sí mismo -verdadera definición del in­fierno bernanosiano-, que simboliza ade­más la indiferencia, como lo indica su pro­pio nombre (Oui: sí, ne: no) contra la que Bernanos lucharía denodadamente en sus ensayos.
Es, por lo tanto, y de alguna forma un li­bro síntesis que refleja el resto de la crea­ción novelística de Bernanos. Vale la pena leerlo y lo aconsejo fuertemente para todo aquel que tenga la posibilidad (porque me extrañaría mucho que hubiese sido traduci­do) puesto que Bernanos es sin duda algu­na uno de los mejores novelísticas y ensa­yistas católicos de la literatura del siglo XX.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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