El primer ministro de la India Pandit Nehru en 1959, con ocasión de la destitución del gobierno comunista de Kerala dijo: «Los católicos de Kerála son un poder que ha de ser tenido en cuenta».
¿Quiénes son estos personajes que sin llegar a ser un 3 por 100 de la población india imprimen su huella en la historia de su país?.
¿Son cristianos de reciente implantación o tienen una historia?.
¿Cuál es su situación para permitirles tal incidencia?.
El contacto con alguno de sus miembros -Prof. Dr. John Madey y Dr. Geevarghese Chediath- nos ayuda a traspasar nuestro occidentalismo y llegar a una lglesia de tradición milenaria que busca renovar su identidad profundizando en sus raíces y descargándose de todas las trabas impuestas por la Iglesia Latina.
¿QUIENES SON?
Santo Tomás, Apóstol de Jesucristo, pudo predicar en la zona norte y sur de la India. De hecho, ya en el siglo II d. C. hay en la zona sur occidental un núcleo de cristianos que se dicen descendientes del celo apostólico de Santo Tomás.
Actualmente hay tres Iglesias en el sur de la India: la iglesia siro-malabar, de rito caldeo, cuya lengua litúrgica es el siriaco (según el dialecto proveniente de Edesa); la iglesia siro-malankar, de rito antioqueno, cuya lengua liturgia es el siriaco; por último, la Iglesia oriental de rito latino. Las tres conviven en el territorito malabar.
APELANDO A LA HISTORIA
Hasta el siglo XVI, los cristianos de Santo Tomás, indios de cultura, cristianos en religión y orientales en el culto, formaban una sola Iglesia en torno al Metropolitano de toda la India.
Es lo que llaman la «edad de oro», que abarca desde el siglo V (cuando los católicos sirios descendientes de los babilonios llevaron desde Mesopotamia y Caldea, a través de toda Asia, el rito caldeo y se instalaron en el territorio malabar, donde ya había cristianos con la tradición de Santo Tomás) hasta el siglo XVI, época latina.
Durante este largo período los cristianos orientales predicaron el nombre de Cristo por las zonas costeras de la India (Coondapoor, Mangalore, Goa, Quilón, Trivandrum) y por el interior, llegando incluso hasta los países vecinos, como China, Malvides y otros.
Es ya conocido el testimonio de San Francisco Javier, cuatro meses después de llegar a Goa: «Goa es una ciudad agradable de ver, está enteramente habitada por cristianos». Y al pedir una indulgencia plenaria para las fiestas del Apóstol, dice al papa: «En primer lugar, Su Santidad, por el gran respeto que tiene este pueblo al glorioso Apóstol Santo Tomás, el Patrón de la India, debería ser concedida una indulgencia plenaria a todos aquellos que confiesen y reciban la Comunión dentro de la octava de su fiesta».
Algo anterior es el testimonio del mercader italiano Nicolo de Conti (h. 1430): «Aquí -Mylapore- yace honorablemente enterrado el cuerpo de Santo Tomás, en una hermosa e inmensa iglesia, siendo venerado por heréticos llamados nestorianos, que habitan esta ciudad en número de un millar».
Marco Polo, en 1293, decía: «Abash es una gran provincia y debes saber que constituye el centro de la India. Hay en ellas seis grandes reyes, con seis grandes reinos. De estos seis hay tres que son cristianos y tres que son sarracenos, pero el más grande de los seis es un cristiano y todos los demás están sujetos a él».
PERSIA-CHINA-INDIA
Desde la metrópoli persa eran enviados los obispos -de rito caldeo- a la Iglesia de la India, donde ejercían su autoridad y servicio a través de los archidiáconos -elegidos de entre los indios- pues tenían un inmenso territorio y diferente cultura.
Las buenas relaciones entre estos grandes del Oriente permitían una fluidez en el intercambio cultural, propiciándose simultáneamente el fácil acceso a los misioneros cristianos. Fue el emperador WuTsung quien, en el 845, pretendió uniformar su imperio expulsando las diversas religiones existentes: cristianos, budistas, zoroastras ... , y refiriéndose a los cristianos dice: Mi orden es que los «monjes» extranjeros que han venido aquí a hacer conocer la Ley que es común en su reino -la India-, pues hay unos tres mil de ellos, provenientes de Tachin y Mohupo, retornen también, de modo que en las costumbres de nuestro imperio no haya mezclas».
LLEGAN DIFICULTADES
¿Cuáles fueron las causas por las que desaparecieron numerosos de los núcleos orientales antes dichos?. Una de ellas fue la persecución en sus diferentes formas: matanzas de cristianos, conversiones forzosas a otras religiones, creación de condiciones que hiciesen imposible la vida cristiana... También se dieron calamidades naturales. Como razón decisiva habría que señalar la invasión de los turcos. Estos, por un lado, controlaban el paso de los obispos enviados desde el patriarcado de Babilonia, dejando así a gran número de comunidades sin sacramentos, instrucción y pastores; por otro lado, hicieron desaparecer a aquellos que describe el siguiente texto: «En esta India hay un desperdigado pueblo, uno aquí y otro allí, que se llaman cristianos, pero que no lo son, no tienen el Bautismo y no saben tampoco acerca de su fe».
ERA UNA BUENA EPOCA
La situación socio-político-cultural de los cristianos abarcaba una amplia gama, pudiéndonos resultar sorprendente su cercanía de la casta alta hindú. Su ocupación principal era la de granjeros-agricultores (dedicándose al cultivo, venta y exportación) y en menor cuantía la de mercaderes y soldados.
En el período formativo de la Iglesia malabar, los cristianos seguían las costumbres de sus hermanos hindúes, su organización y disciplina socio-religiosa, siempre y cuando no supusiese oposición a su fe y conducta. Es entonces cuando aparecen las «Yogan» (asambleas parroquiales).
Durante la «edad de oro» tomaron de los caldeos la lengua, los ritos, la jerarquía y los escritos litúrgicos,... mas en su dinámica de funcionamiento mantuvieron su idiosincrasia.
Quedaban así las asambleas parroquiales como eslabón entre la jerarquía y el pueblo, participando en las decisiones de la Iglesia local, como hadan las asambleas de las castas hindúes. La autoridad del obispo, así como la de sus representantes -los archidiáconos-, era fuertemente respetada. Los sacerdotes ocupaban un puesto de honor, siendo a partir del Sínodo de Diamper cuando empezaron a ejercer de forma explícita su autoridad.
Las responsabilidades que asumían estas asambleas eran varias: -construcción, reparación, modificación y embellecimiento de las parroquias; -proveían del sustento a los sacerdotes; -establecían fondos para las necesidades locales y regionales; - distribución de beneficios entre los pobres; -presentación de cartas al obispo en favor de los que debían ser ordenados presbíteros; -elección de representantes para las asambleas regionales y nacionales;
- asistencia a viudas y huérfanos;
- preparación material de las fiestas;
- asistencia a las actividades judiciales. El modo de ejercer la evangelización era a través del testimonio. Un gran número se convirtió por medio del matrimonio.
La celebración de las fiestas -que preparaban con esmero- era precedida de una serie de ayunos, haciendo partícipes a los necesitados de lo que ellos se privaban. Durante todo el año los miércoles y viernes guardaban abstinencia, a la cual se le añadieron nuevos ayunos. Así, cuando los portugueses llegaron, pudieron admirarlos, pero no imitarlos. La Eucaristía constituía el centro de su devoción y rezaban cotidianamente en familia al amanecer y al anochecer.
SINODO DE DIAMPER
Con el Sínodo de Diamper (1599) podemos marcar el punto de transición entre la «edad de oro» y la posterior latinización (siglos XVI-XIX). Fue en 1548 cuando llegaron los portugueses con el fin de tomar la jurisdicción, influencia y beneficios de la costa malabar, hasta entonces perteneciente a la metrópoli de Mesopotamia.
El hábil Alexis de Menezes logra que el sustituto de Mar Abraham -muerto en 1597 y metropolitano de Augamala- sea el jesuita español Francisco Ros, quien por ser perfecto conocedor del siriaco y de su dialecto local (el «mayalaban») pudo librarse del filtro de los archidiáconos.
Fue él quien convocó el Sínodo, apelando a la misma forma de funcionar de las asambleas regionales y nacionales. Se llama a los representantes de cada comunidad «conscientes y experimentadas personas de entre ellos, que vengan en su nombre con suficiente poder para aceptar, firmar y advertir en su nombre, así como para comprometerse a cumplir cualquier cosa que fuese determinada en el Sínodo».
DOMINACIÓN LATINA
Los portugueses establecieron su patronato, impusieron obispos latinos y una administración occidental. Las consecuencias de este hecho y los abusos cometidos los expresaba así un estudioso oriental el año pasado: «Sucedió durante los largos años bajo los latinos que los cristianos de Santo Tomás perdieron el sentido de su identidad e individualidad, llegaron a ser una Iglesia que no era ni oriental ni occidental, una Iglesia sin desarrollo orgánico, sino más bien con constantes adiciones y en proceso de latinización».
Los cristianos de Santo Tomás levantaron protestas, llegando a firmar un juramento de no obedecer las leyes latinas de los jesuitas. Esta pública protesta (3-I- 1653) dividió a la Iglesia oriental en dos.
Con el intento de solucionar el problema, desde «Propagande Pidei», se estableció un Vicariato Apostólico; pues Roma tenía una mentalidad más adaptacionista y menos interesada que el patronato. Con este paso se complicó aún más el problema de las jurisdicciones, pero un gran número de disidentes retornó a las unión con Roma bajo la protección del Vicariato. El resto se unió a un obispo siríaco de la Iglesia jacobita.
La petición constante de los cristianos orientales, acogidos al Vicariato, era la de tener obispos de origen oriental. A esta petición se unían los cristianos de la Iglesia jacobita. Por injerencias de los obispos del patronato esto no se llevó a cabo.
PERIODO MODERNO
Sobre la herencia de tres siglos y permaneciendo con la dependencia fáctica de la formación de los presbíteros en manos de los latinos, se efectúa un cambio en la jurisdicción y se restablece una jerarquía de rito malabar y origen latino. Es el año 1896, inicio del período moderno.
En 1923 acontece un hito en su historia: uno de sus recientes obispos, Ernakulam, será nombrado metropolitano de su Iglesia, ocasión en la que Pío XI reconoce el esfuerzo fructuoso de los malabares: «Desde el tiempo que los fieles de rito siromalabar obtienen jerarquía de su propia rito y nacionalidad, han hecho buenos progresos en todos los aspectos. No sólo en el crecimiento vocacional, sino también en institutos religiosos, colegios, conventos.
En todo esto tenemos la ratificación de cuán cuidadosa y prudentemente la jerarquía se preocupa del rebaño encomendado a su pastoreo».
En 1930 se formaba la Iglesia siromalankar de rito siro-antioqueno, unida a Roma gracias a los esfuerzos de los obispos Mar lvanios y Mar Teophilos.
Ambas Iglesias, junto con los católicos de rito latino, trabajan afanosamente por reconstruir su larga tradición y responder al reto de la actualidad.
LAICOS
Los campos donde los laicos desarrollan su actividad son: -mantener su milenario espíritu familiar cristiano dando a sus hijos la adecuada educación religiosa y secular (frente al analfabetismo indio un 90 por 100 de los cristianos sabe leer y escribir y hay más de 18.000 graduados y postgraduados); -formación catequética cristiana, que reciben e imparten; -testimonio ( «ellos manifiestan en sus propias vidas y servicio a los vecinos los frutos del sincero espíritu cristiano en el que han echado raíces desde su juventud»); -participación asidua y sincera en los actos comunes de oración; -participación en distintas asociaciones; -constante promoción de vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, teniendo por privilegio que acontezcan en sus hijos; -restablecimiento de las antiguas «yogan»; -la defensa de los derechos de la comunidad frente a las imposiciones del gobierno establecido (su influjo a través de manifestaciones masivas, memorándums, recursos a -las Cortes, incluso a las Cortes Supremas, ha sido notorio); -contribución al desarrollo socioeconómico siendo ellos los pioneros en el aprovechamiento racional y sistemático de los recursos naturales; -preocupación por los pobres y las castas bajas hindúes; -un admirable papel ecuménico.
Una de las más importantes preocupaciones actuales es la de establecer, por medio de un Sínodo -de las tres Iglesias-, una reglamentación común que robustezca y garantice el correcto crecimiento de una Iglesia que en cien años ha realizado los siguientes avances:
Diócesis o Vicariatos: 3 (1896); 18 (1980)
Pueblo católico: 290.000 (1896); 2.289.731 (1980)
Iglesias: 351 (1896); 1721 (1980)
Sacerdotes diocesanos: 396 (1896); 1915 (1980)
Seminaristas mayores: 146 (1896); 707 (1980)
Monasterios masculinos: 8 (1896); 180 (1980)
Monasterios femeninos: 8 (1896); 1077 (1980)
Sacerdotes en misión: 0 (1896); 1077 (1980)
Hermanos en misión: 0 (1896); 423 (1980)
Hermanas en misión: 0 (1896); 6796 (1980)
Colegios universitarios: 0 (1896); 47 (1980)
Profesores católicos: 0 (1896); 17.311 (1980)
Estudiantes católicos: 0 (1896); 445.394 (1980)
Hospitales y dispensarios: 0 (1896); 256 (1980)
Editoriales: 1 (1896); 37 (1980)
Ante esta realidad, ellos afirma: «No hay, sin embargo, lugar para la complacencia. El liberalismo y las facciones políticas están repartiéndose la gente entre unos u otros. El campo socio-económico presenta un desafío para levantar el nivel de vida usando medios correctos y guiándoles a un adecuado sentido de justicia y caridad. La comunidad cristiana, aunque sea minoritaria, ha de estar bien preparada para responder a este desafío».
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