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Huellas N., Diciembre 1982

CULTURA

Poeta en Nueva York

Federico García Lorca nace en un pueblo de Granada, Fuentevaqueros. "Mi infancia, dice Federico, es a­prender letras y música con mi ma­dre, ser un niño rico, un mandón... Toda mi infancia, es pueblo, pasto­res, campo, cielo, soledad..."
A comienzos de 1929, Lorca siente la necesidad de alejarse de España (cuenta con 31 años) del Lor­ca que animaba las tertulias, del gran hombre de sonrisa amplia y cora­zón abierto, éste empieza una etapa en la que huye de la gente, aparece poco comunicativo y triste, y no lee a sus amigos sus versos. El mismo dice de esta época de su vida: "Estoy pasando uno de los momentos más tristes y desagradables de mi vida". De este viaje-huida, de este hundimiento interior que le da una sensibilidad especial y una visión distinta de las cosas, surgirá su obra poética más madura: "Poeta en Nueva York"
"Poeta en Nueva York", es el resultado de una experiencia ciu­dadana y de la evolución de las ideas estéticas de Lorca. Es un li­bro de folklore que en vez de estar basado en las canciones andaluzas, como "El romancero gitano", lo está en los espirituales negros. Plantea el contrapunto de la ciudad blanca y la negra, de lo originario y lo civilizado en profunda tensión dramá­tica.
Lorca intenta descubrir lo auténticamente neoyorkino, autóc­tono y no heredado de Europa, y cree encontrarlo en lo negro. El supone para Nueva York lo que el
gitano para España. El negro es un ser antiguo, marginado, víctima de las injurias de los blancos y de su civilización.
Los poemas dedicados a los negros son los más significativos de "Poeta en Nueva York", como esa "Oda al rey de Harlem" donde, con un planteamiento casi político ra­cial, protesta de que los negros no quieran ser negros y defienden de manera racial la "negritud": sus va­lores propios y definidos, su margi­nación y su espiritualidad. Es una oda exaltada, dirigida al hombre en­cadenado, ya que lleva en sí los XXXX ta como constante la violencia, a veces individual, pero a veces colec­tiva y centrada en los guardias civi­les -"Romancero"- o en la civili­zación opresora de los negros -"Poe­ta en Nueva York"-.
El libro está dividido en 10 partes que se inician con "Poemas de soledad" que son el estado inte­rior de Lorca al enfrentarse a Nueva York, un Lorca marcado por la sole­dad. Enlaza esta primera parte con la sexta en el tema "Introducción a la muerte" una muerte hecha presen­cia hasta la obsesión.
"Los negros", "Calles" y "Sueños" -parte segunda y tercera­ vienen seguidos por "Poemas del lago Edem Milles" y "En la cabaña de Farmer" dedicadas a su estancia en el campo. Representan la vuelta a la mayor intimidad. Después le si­guen "Vuelta a la ciudad" y "Las dos odas". Cerrando el libro tenemos "Huida de Nueva York" y "El poeta llega a la Habana".
Lorca es un genio de la poesía. Intenta e imita todas las formas poéticas, pero su poesía no es nunca imitación, en todo pone algo original y exclusivamente suyo. Nunca se repite, cada libro supone algo distinto a lo anterior. "Poeta en Nueva York", a pesar de su origi­nalidad posee la influencia surrea­lista de Neruda.
Es un libro deliberadamente oscuro, que nos exige relectura.
Más que otra cosa, lo que pretende y consigue Lorca, es introducirnos en un mundo poético casi mágico, de tonos tristes, -su poesía es triste-y un poco angustioso.
La muerte es una de sus obsesiones y una de las ideas bási­cas que presiden su poesía.
La muerte y la luna son dos símbolos permanentes a lo largo de su obra, muerte y vida en contra­posici6n y hombre y muchedumbre en contraste profundo también, hombre sólo y perdido en la muchedumbre que protagoniza alguno de sus poemas.
Lautreamont definió el art­e como "un encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección". Los surre­alistas hicieron suya muy pronto es­ta definición y "Poeta en Nueva York" como libro surrealista, es es­to. Es un mundo sensorial prodigioso, "Poeta en Nueva York", li­bro que no fue comprendido por los críticos en el momento de ser conoci­do, posee la voz nueva, la voz última de Federico García Lorca, frente a la vida que tan pocos años conoció la voz del pesimismo y la protesta, porque esa vida, a pesar de todo tan amada no dejaba al hombre algo tan sencillo y tan complejo como esto: Ser hombre.



"GAZAPEJOS" EN NUEVA TIERRA
También en N.T. se escapan algunos "Gazapos". Los que hayan leído el número anterior habrán encontrado los siguientes:
En la pág. 18, a un helicóptero se le voló la "H", esperamos que no la haya encontrado, alguna otra palabreja y se la coloque donde no le corresponde.
En el artículo sobre música, al recomendaros las ofertas de la fundación Juan March, pág. 18, dijimos que éstas eran de discos, cuando lo que esta Fundación facilita son libros y conciertos.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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