Huellas N., Marzo 1982

COLABORACIONES

Carta desde el exilio. Sobre la juventud americana

Quique Igoa

"Si contemplan la Pampa y sus rincones, verán las sequedades del silencio..."
Esta frase, de la Cantata de Santa María de Iquique de Quilapayún, viene muy bien para aplicarla aquí, aunque cambiando algunos términos.
Si contempláis la sociedad americana, veréis sus inmensos vacíos, sus negros agujeros, que ni todo su dinero ni todo su progreso pueden llenar.
La sociedad más "avanzada" del mundo tiene unos contrastes tan fuertes, que sólo pueden ser explicados precisamente como consecuencia de un progreso mal asimila­do o mal conducido. Porque cuando la sociedad avanza sólo en sentido material, y no humano, se producen desajustes como los que se observan aquí. Si añadimos a esto que - aunque parezca mentira - el americano medio tiene menos libertad (y por tanto menor sentido crítico) que cualquier europeo, comprenderemos cómo el progreso y los medios de comunicación de masas han encontrado aquí un campo de acción sin ninguna barrera humana.
¿Cómo se explica, si no, el siguiente hecho? Cuando un joven tiene 18 años se va de su casa para vivir en un apartamento, ya sea en la misma ciudad donde vivía o en otra, porque si no es considerado como "pasado de moda". Esto es, en pala­bras de una psicóloga americana, una de las principales razones del elevado núme­ro de divorcios, porque al sentirse sólo, busca en el matrimonio una compañía, y sólo eso, y lo hace precipitadamente, sin pensarlo, lo que conduce a multitud de fracasos. Esto es una muestra de la gran falta de personalidad y juicio propio del americano medio, que influenciado por su ambiente prefiere la soledad e incomodidades de un apartamento antes que aparecer como anticuado.
¿No es también sintomático que este país registre el mayor número de alcohólicos y drogadictos? En una sociedad cuya única meta es ganar dinero, considerando co­mo superfluas cosas como la amistad, el trato humano, la cultura, el arte, e in­cluso las diversiones, no nos puede extrañar.
En este sentido es muy ilustrativo el hecho de que las dos carreras con mayor afluencia de estudiantes son Economía y Dirección de Empresas, con muchísima di­ferencia sobre las demás. Y en estas carreras la competencia es tan fuerte que los estudiantes llegan a usar medios degradantes para conseguir las mejores no­tas, desde el más descarado "peloteo" hasta el infantilismo de "chivarse" si ven a alguien copiando.
Realmente no encuentro mucha diferencia entre los animales de la selva y estos "animales intelectuales", que luchan en la selva americana siguiendo las primi­tivas reglas de la ley del más fuerte.