Al comenzar la edición de esta pequeña revista trimestral, que quiere ser más que órgano de expresión de un grupo, instrumento de comunicación de una experiencia y fuente de alimentación de la misma, debernos quizás una explicación a nuestros lectores y amigos.
Comunión y Liberación en España. ¿Cuál es su razón de ser? ¿No es un fenómeno particular italiano? ¿No sería un mimetismo innecesario pretender importarlo? A éstas y otras -legítimas- preguntas parecidas pretendemos responder ahora. Con el caminar de la revista intentaremos ir dando también respuesta a otras cuestiones que ya se nos han ido suscitando en estos años.
Porque -primera aclaración necesaria-, este ámbito de vida cristiana que constituimos nosotros no nace ahora, con la publicación de esta revista, en la iglesia española. Ni siquiera pretende ser la revista el instrumento para promocionarlo o hacer propaganda de él. La pequeña realidad eclesial que ya somos y su posible crecimiento, o no, deriva del encuentro personal que algunos hicimos hace años con un pedazo de iglesia viva y deseosa de manifestar la gloria de Dios en el mundo, y de la capacidad, también personal, de hacer presente a Cristo que los que participamos hoy de ella podamos tener. Y la percepción por parte de compañeros de trabajo o estudio, familiares o amigos, de la realidad que vela el signo en que queremos diariamente convertirnos es solo gracia de Dios. Así que el éxito o el fracaso del intento está en sus manos. Nuestro único deseo es la autenticidad de la vida que queremos para nosotros mismos y, solo en la medida en que comprobamos poco a poco en nuestra propia piel la verdad que nos ofrece la Iglesia que a través de CL hemos aprendido a amar, se lo contarnos a otros y les invitamos a participar en la misma experiencia.
Y, diciendo lo anterior, ya hemos comenzado a dar respuesta al primer interrogante planteado: nuestra razón de ser...
La presencia de CL en España no se justifica -ni podría hacerse- en base a ninguna clase de argumentación sobre la evolución de la conciencia cristiana en nuestro país o de la conciencia social general, o de la relación entre una y otra. Tampoco deriva de planes internacionales de expansión y difusión que surjan como consecuencia de representar esta o aquella "auténtica" reforma o "conservación" de la Iglesia. No. Podríamos continuar imaginando y desbaratando posibles -o reales-, sospechas. Pero parece bastante inútil. Contaremos, en cambio, nuestra frágil verdad.
Comunión y Liberación viene naciendo en España desde hace algunos años por pura casualidad: porque se dio el caso de encontrarse, conocerse y quererse entre unos -muy pocos- amigos españoles y primero uno, luego dos y, luego, muchos amigos italianos de CL. Y, quizás, porque esos -poquísimos- amigos españoles habían recorrido bastantes valles y montañas guiados siempre por la misma intuición: la necesidad de una respuesta integral a sus propios interrogantes humanos y la memoria suficientemente no borrada de que dicha respuesta residía en Cristo. El descubrimiento inmenso, gozoso, que hicimos aquellos pocos a través del encuentro con CL fue el Christus prolongatus, es decir, la Iglesia. Entonces comenzamos a recorrer -correr de nuevo, correr hacia adelante- un camino de verificación existencial de la nueva propuesta: ensimismarse con Cristo es echar raíces en su Iglesia, ser sarmiento- no separado de la vid es crecer en humanidad sin límites; y la plantatio ecclesiae en nuestro entorno comenzó a aparecer como la tarea más significativa de la vida.
Así pues nació en nosotros el deseo de vivir y construir un pedazo más de la Iglesia, lo más omniabarcante posible, lo más denso existencialmente posible. Esta es nuestra pasión, la única, la que explica todas nuestras iniciativas. No hemos nacido pues, con ninguna intención reformadora o restauradora, con ninguna utopía eclesial en la cabeza. Nuestra única estrategia es ser fieles al encuentro que confirió sentido a nuestras vidas, crecer en la fe y la caridad y dar frutos de esperanza para la concreta humanidad que nos rodea y de la que participamos.
Alguien podría decir que esto es salirse por la tangente en relación con las preguntas planteadas. Pero no otra cosa es lo que vimos en Comunión y Liberación más allá de las particulares connotaciones italianas, y no otra cosa es a lo que invitamos aquí y ahora cuando ponemos en marcha esta nueva herramienta de comunicación de la experiencia.
Lectores y amigos podrán juzgar abiertamente las fuentes de las que bebemos y la tierra de la que nos nutrimos, y podrán usar estos textos con toda libertad para reconocerse con nosotros o para critircarnos en la cercanía o la distancia. Todas las actitudes sean bienvenidas en la medida en que acrecientan y fortalecen el necesario diálogo intraeclesial al que desde ahora nos mostramos dispuestos.
En definitiva nuestra originalidad es bien poca. Somos solo gente enamorada de una historia con mil rostros que comenzó hace mucho y que continúa haciéndose en muchos como nosotros y mediante muchos tan débiles como nosotros: la apasionante historia del cuerpo de Cristo, hijo único del Dios vivo. Esa es la experiencia que queremos compartir con los muertos que nos precedieron y con tantos vivos que tienen todo que enseñarnos. ¡ Benditos sean todos los rincones de la Iglesia!
REVISTA CATOLICA INTERNACIONAL COMMUNIO
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