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Huellas N.05, Mayo 1993

CARTA DE ESCRUTOPO

La pizca de estima...

Si decae, queda sólo las ideologías y el poder

Querido Orugario:
¡Arriba la moral! Aquí abajo todos hemos acogido con viva satis­facción tu última carta. Has obtenido un espléndido resultado, no debes quejarte. Pero, ¿qué querías hacer de ese hombre? ¿Un blasfemo?, ¿un asesino? Tú ves demasiada televi­sión, querido.
Cito textualmente lo que me escribías: «Lo único que he conse­guido es quitar de su corazón una pizca de estima hacia ciertos amigos. Por lo demás, lo encuentro igual -si no un poco mejor que antes- tanto en casa como en el trabajo».
Y añadías: «Y como cristiano me parece incluso más cuidadoso».
Pues bien, mi pequeño, quiero decirte algo: a mí (y Su Majestad está de acuerdo) me basta con que haya disminuido esa pizca de estima, como tú la llamas, hacia esos amigos, que por otro lado conozco muy bien. Si es así, ¡viva el esmero! Que le hagan papa; me importa un bledo.
No creas que te guardo rencor por tus errores de valoración. Nosotros los diablos no sabemos lo que es esa estima, tan sólo podemos deducirlo de sus miradas, de sus rostros, que tanta ira suscitan en nosotros. La fe, que llena de odiosa alegría esos ojos, nace de esa pizca de estima, y de nin­guna otra cosa.
Lo demás es ideología, burocracia, orden militar, carrera, éxito, teología, filosofía, dinero. ¡Ay, si pudiéramos arrancar de muchos corazones esa esti­ma! Nos haríamos dueños del cristia­nismo: porque el cristianismo no hay que eliminarlo como quería Nietzsche.
Incluso ahí con algún «pequeño» retoque se puede obtener la más extraordinaria fuente de dominio.
En cualquier caso, muy bien Oru­gario. Continúa en esta línea. Noso­tros siempre hemos sido partidarios de la política de los pequeños pasos.
Con estima,
tu tío Escrutopo.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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