Huellas N.04, Abril 1993

CULTURA

El acontecimiento, la vida

Onorato Grassi

Una recopilación de intervenciones de don Luigi Giussani. Guía de la lectura

En la pancarta que dominaba el palco de un teatro semioscuro, esta­ban escritas estas palabras: «Porque somos el inicio de una creación nue­va». Esta frase bíblica era entendida así por los universitarios que esta­ban presentes en Riccione, por aquel lejano octubre de 1976.
Hoy aquellas palabras suenan de modo distinto como si contuvieran conscientemente una profecía, o, más laicamente, como si sugiriesen un nuevo camino que recorrer.
Confirma esta impresión la lectu­ra del último libro de don Luigi Giussani, Un avvenimento di vita, cioè una Storia, publicado por Il Sabato, que recoge discursos, medi­taciones, entrevistas realizadas en estos últimos quince años. Desgra­ciadamente sólo una parte- la publi­cada en las revistas-, permitió ya en su día ver una riqueza ilimitada de ideas, juicios, reflexiones, y hasta sugerencias prácticas. El estilo es coloquial, oportunamente conserva­do en la transcripción; un estilo a menudo difícil de plasmar sobre papel, pero que, en este caso, trans­mite bastante bien la naturaleza del discurso. Un discurso que, incluso en las entrevistas, se ha hecho «a alguien o para» alguien.
El volumen se compone de cua­tro partes: 1) Las entrevistas; 2) Los équipes de los universitarios; 3) Conversaciones y entrevistas sobre la «Idea de movimiento» y 4) Las meditaciones. La conclusión está tomada de un extracto de Appunti di metodo cristiano de 1964 -publica­do con la debida aprobación ecle­siástica-, sobre L'incontro come grazia. Por lo tanto, la estructura es compleja y a veces muestra una diversidad de tonos; sin embargo el texto revela, en todas sus partes, una fuerte unidad, en cuanto se imprima a la lectura del texto una cierta aceleración, una cierta veloci­dad, colocándolo fuera de la metáfo­ra en el contexto que ha hecho decir aquellas palabras y que ha contri­buido a crearlas: es el contexto de una «realidad nueva y presente» como se dice en el primer équipe recopilado en el libro.
Dos aspectos sorprenden de manera particular en estas páginas que sólo su lectura puede «expli­car»: la apasionada y racional clari­ficación del contenido de la fe y la pertinencia de los juicios sobre el momento cultural y social.
El primer aspecto gira todo en torno a aquella que es llamada «la intuición fundamental», en las refe­rencias "históricas hechas por don Giussani (véase, por ejemplo, Come nasce un movimento, pp. 395-412 y Milano 1954 , pp, 335-346), y que el cardenal Ratzinger, en su intro­ducción al libro, cita con las palabras de una conversación: « ¿qué es el cristianismo?... Es un hecho, un acontecimiento».
Ahora bien, sobre esta intuición, parece desarrollarse toda la refle­xión de Giussani, ya desde que intentó reconducir el movimiento a su origen a mediados de los años 70, es decir, intentó hacer revivir el origen, en una situación en la que el «dejarse llevar por el ambiente» y «el privilegio que se da al proyecto cultural y político» eran, desde hacía más de diez años, los caracteres que prevalecían en la experien­cia de C.L. (cfr. pp. 130-133 ).
La dialéctica utopía-presencia (équipe 1976), la pregunta «¿qué hacemos en la sociedad?», la «certe­za de pocas cosas grandes» (équipe 1981 ), hasta «la gracia que aconte­ce» en las últimas conversaciones (1985-1992), son algunas de las directrices de un recorrido que se mueve desde algo «positivo», y no a causa de una «carencia», la cual siempre lleva a «reaccionar» (équi­pe 1976 y 1981). Pero sobre todo mira a aquella que, con expresión sencilla y conmovedora (al menos en la lectura actual) ha sido definida como «la unidad de aquellos para los que lo que ha sucedido es todo» (p. 133).
El otro aspecto, el del juicio, es relevante en las entrevistas (por ejemplo aquella sobre II Potere del laico, cioè del cristiano ), pero no sólo en éstas, Don Giussani demuestra que no tiene necesidad de «mediadores culturales» para hablar de la sociedad, de las tendencias, de los problemas.
Es más; su discurso parece partir precisamente de una conciencia viva del momento presente y concluir en el punto en el que intuiciones, dificultades, necesidades, puedan encontrar su respuesta inicial.
Controlando las fechas se descu­bre con sorpresa que temas como la crisis de la militancia ideológica, el fin de la «cristiandad», el individua­lismo socializado, la ocupación «organizativa», dentro y fuera de la Iglesia -por citar sólo algunos- han sido cultivados y discutidos con mucha antelación respecto a la difu­sión que después han tenido en la opinión pública.
Y no sin sorpresa se descubre que aquel cristianismo, que para muchos es inspiración de acción e ideas, o base para la confrontación con el mundo, para Giussani es la respues­ta, la más concreta que se puede dar hoy, a la necesidad, al dolor y a la esperanza de los hombres.