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Huellas N.03, Marzo 1993

SOCIEDAD

Dos contra corriente

Pierpaolo Montorsi

Encuentro de Renato Farina con Carla Mosca. Opinan sobre tangentopolí, pero no sólo

Miércoles 3 de marzo, Renato Farina ha entrevistado a la periodista Carla Mosca, analista política del GRl (el informativo del primer canal de la televisión italiana) y editorialis­ta de ll Giorno, sobre el tema "Qué política y qué justicia en Tangento­poli" (ndt. término introducido por la prensa para indicar el mundo de la corrupción política italiana).
La iniciativa ha sido organizada por el Centro Cultural «La collina della poesía» de Módena.
Los dos ponentes, proviniendo incluso de experiencias radicalmente distintas, católico Farina, radicalmen­te laica Carla Mosca, han expresado juicios apasionados y no lejanos.
La magnitud del fenómeno de la corrupción, tal y como está aflorando a través de las investigaciones, impo­ne un acometimiento orgánico de la cuestión. Dice Carla Mosca: «Está claro que la materia existe. Tangen­topoli no es un caso alucinante y escandaloso, como en su tiempo fue­ron el caso Tortora o el caso Sofri; Tangentopoli es una investigación seria y concreta».
Sobre el por qué se ha podido lle­gar a tanto, los ponentes no han teni­do duda: la causa es la ausencia de política. Carla Mosca: «Lo que ha producido un nivel tan extenso de corrupción, es la pérdida por parte de los partidos de nociones sobre sí y sobre lo que deberían ser y hacer».
Farina ha hablado de «traición origi­niaria, que se ha verificado en Italia». Ambos han señalado graves riesgos para el país. Farina ha hablado de «una grandísima ocasión que en Italia se está desperdiciando... , una ocasión para mirar seriamente a aquello a lo que se había reducido la política en Italia. En vez de juntarnos para tratar de detectar el mal y corregirlo, sabiendo que el hombre puede hacer el mal, sabiendo que el hombre es lo que es, se ha dividido el mundo en buenos y malos siempre a priori, don­de los buenos son una raza particular y los malos otra distinta».
Carla Mosca ha ido aún más lejos: No estoy dispuesta a aceptar razo­nablemente en democracia que alguien esté por encima del juicio. Sin embargo, lo que rodea esta gran proceso es precisamente esa sensa­ción, que los órganos de información alimentan de forma exasperada, es decir, que todos se equivocan, todos roban, etc., mientras en este extraño país existiría una única categoría infalible que son los Magistrados».
Carla Mosca en estos últimos meses se ha mostrado contraria a la actuación de los jueces cuando han usado, en su opinión, de forma inade­cuada instrumentos como el arresto y el encarcelamiento preventivo. Cuan­do Farina le ha preguntado si no le parecía excesivo el apelar al respeto formal de las reglas en un proceso histórico de tal envergadura, Carla Mosca ha replicado: «A menudo he visto que la administración de la jus­ticia va unida a la certeza de hacer algo más que la Justicia, es decir de hacer el bien común, de salvar el país; pero esta idea conduce a aquella actitud por la cual si en el transcurso del proceso se violan una serie de reglas, no es muy grave, porque el fin justifica los medios... Creo que la única cosa que la única cosa que nos defiende a todos, y es garantía para todo el mundo, es siempre y en cual­quier caso el respeto de las normas. Creo que de algo que no está bien hecho no puede surgir nada bueno, nada que sea duradero y profundo».
Pero entonces, ¿cómo es posible reconstruir en Italia una esperanza de verdad, una política verdadera y una experiencia realista de moralidad?
Parecida la respuesta de los dos ponentes: «Sigue siendo posible -ha afirmado Carla Mosca- congregarse entorno a ideas e ideales, que pueden ser comunes y de fondo, cuanto la demanda práctica».«Solamente hom­bres que intentan superar el interés obtuso de lo inmediato, del beneficio particular y que cultivan algo que se puede llamar ideal -ha añadido Fari­na- pueden juntarse para volver a reconstruir desde ya. En efecto, la moralidad es una tensión hacia el ideal, un ideal bueno para todos.
En esta tensión ideal la persona se da cuenta que sola no puede perma­necer durante mucho tiempo en el recto camino y que necesita una corrección de la mirada, corrección que tiene también consecuencias legislativas y sociales».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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