La recogida de fondos para los proyectos del AVSI y del CESAL ha dado lugar a encuentros significativos. En estos días sucedió...
Desde 1972 el AVSI (Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional; Italia ) ayuda a los marginados y pobres de todo el planeta: en las favelas de Brasil, en los suburbios de las metrópolis africanas, entre los vagabundos y extracomunitarios de Milán.
Lo mismo hace el CESAL(Centro de Estudios y Solidaridad con América Latina; España) desde 1986.
Este año por tercera vez estas asociaciones han recogido una generosa contribución en dinero con ocasión de la Navidad. En Italia ha habido mil puestos distintos de racogida.
Duomo de Crema, Italia. El sacerdote que está reconoce, entre los fieles que se dirigen a comulgar, a un joven de la comunidad de CL. Se acerca a él y le pregunta sin rodeos: «¿También este año organizáis una colecta en favor de los más pobres?» Animado por la respuesta afirmativa, unos minutos después anuncia a los presentes: «Fuera de estos muros existe un hecho que no puede dejarnos indiferentes». Y como gesto de Navidad les propone a todos la adhesión a la «cadena de solidaridad».
En la misma ciudad un estudiante de 16 años, que hasta hace unas semanas no tenía ni la más remota idea de lo que era el Avsi, toma la iniciativa de presentar el problema, él solo, al Consejo Escolar de su instituto y obtiene con ello una adhesión formal a la campaña de solidaridad. En otro instituto, un grupo de jóvenes recoge más de 400.000 pesetas en pocos días, siendo imitados por otros amigos de los pueblos cercanos. Después deciden imprimir miles de billetes, como los de 5.000 liras (equivalente al nuestro de 500 pesetas, ya desaparecido). En ellos dibujan la cara de un niño, y debajo escriben: «Con tu amistad construyes su casa».
Una de las iniciativas más chocantes fue, para muchos la realizada, por Daniele, el propietario de una de las mas famosas discotecas de Rimini. Aceptó poner en el centro de la pista de baile la « hucha de solidaridad» y además escribió una carta a otros «colegas» invitándoles a no ser menos. ¿La discoteca como lugar de reflexión sobre el drama del Tercer Mundo?
Unas horas en compañía, alguna conversación, ... todo se convierte en el inicio de una novedad única e inesperada para la vida cotidiana. De esto, algo sabe Arturo, un hombre de 56 años, que hace algunos meses fue ayudado por la Compañía de las Obras en Milán a preparar un curso. «Estos jóvenes -dice- me han impresionado por su realismo y a menudo me he sorprendido pensando en ellos». Y un día econtrandose con uno de esto jóvenes en un restaurante, no pierde tiempo y le comunica su decisión de donar su maquinaria, que ya pensaba renovar. Ahora está toda en Nairobi, Kenia.
En el corazón de Madrid. Ha sido la sorpresa de encontrarnos todos juntos. El fin de semana 19-20 de diciembre en medio del bullicio del dinero, de las compras, de las fiestas de Navidad, fuimos a «El Corte Inglés» de Castellana. Montamos la exposición que atestigua la presencia de nuestros amigos en tantas situaciones de necesidad en el mundo. Expusimos los proyectos del AVSI y los que el CESAL tiene en América Latina. Mientras unos cuantos salíamos al encuentro de la gente para darles nuestro manifiesto de Navidad, otros cantaban villancicos y algunos padres con sus niños de la mano iban contando las distintas iniciativas a los que se paraban a escucharnos.
En un sólo fin de semana hemos conseguido 350.000 pesetas, que irán al comedor de Arequipa (Perú) al centro de ayuda a los trabajadores de Asunción (Perú) y, además, la alegría de sentirnos útiles y la experiencia de que lo mismo que anima las obras misioneras anima nuestra vida aquí en Madrid.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón