Habla el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos: «Pienso que la tarea prioritaria de la Fraternidad es el dinamismo misionero de una nueva evangelización»
Durante su visita a los Ejercicios espirituales de la Fraternidad el año pasado, Usted dijo: «El vuestro es un itinerario de verdadera comunión y participación... que se convierte en misión evangelizadora y presencia transformadora de la sociedad». ¿Podría profundizar en el significado de este «recorrido», que determina la tarea de la Fraternidad?
Quería subrayar tres ideas que me son muy queridas porque constituyen la síntesis de la Christifideles Laici y al mismo tiempo manifiestan el misterio de una Iglesia comunión, misionera. Es el itinerario de santidad de los fieles laicos en el interior de una Iglesia comunión, inserta misioneramente en el mundo como «sacramento universal de salvación».
La idea del camino de santidad se me ofrecía, en aquella ocasión, por la impresión que me causó la maravillosa realidad de quince mil miembros de la Fraternidad, profundamente recogidos en oración durante los Ejercicios espirituales.
La idea de comunión y participación me parece esencial a la naturaleza misma de la Fraternidad, llamada a vivir el misterio de la comunión trinitaria en la Iglesia, tanto particular como universal.
Finalmente, la idea de misión evangelizadora, además de resaltar la esencial naturaleza misionera de la Iglesia, quiere subrayar la específica identidad de la Fraternidad llamada a vivir a Cristo en el mundo, a hacerlo presente y a trabajar para transformar profundamente el mundo según los valores y las exigencias del Evangelio.
Usted tiene la responsabilidad particular de la animación de los fíeles laicos; ¿qué contribución espera de una realidad como la Fraternidad?
Que ayude a los fieles laicos a estar verdaderamente presentes y operativos en el mundo como «forma Christi». Que sea ante todo una «escuela de santidad», donde los discípulos de Jesús aprendan a escuchar y a vivir la palabra de Dios y a realizarla en la vida cotidiana; viva transparencia y testimonio de Cristo. Que ayude a «formar» a los laicos en la unidad interior entre fe y vida, contemplación y acción, Evangelio y presencia en el ámbito de las realidades temporales. Que aliente la presencia y actividad misionera de los fieles laicos en los nuevos areópagos donde Cristo continúa siendo «Dios ignoto».
Con respecto a la creciente situación de descristianización hacia la que va el mundo actual, ¿cuál es la tarea prioritaria de la Fraternidad?
Por todo lo que he dicho anteriormente, me parece que la tarea prioritaria de la Fraternidad es el dinamismo misionero de una nueva evangelización, especialmente en el ámbito de la cultura, de la escuela y del trabajo, en el campo social, económico y político, en el contexto de la Universidad y de las relaciones internacionales.
Deseo de todo corazón que estas perspectivas de misión y este compromiso eclesial de la Fraternidad sean cada vez más un signo de fecundidad y de esperanza en este momento providencial de la Iglesia para el mundo.
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