Breve entrevista realizada por Renato Farina a Juan Pablo II en el vuelo hacia Brasil durante su reciente viaje a ese país. Publicada en Il Sabato 19 de octubre de 1991.
Hacía más de un año -desde el 10 de septiembre de 1991, en aquel viaje que le llevó hasta Tanzania- que Juan Pabio II no respondía a las preguntas hechas por los periodistas de manera libre. Durante el vuelo que le llevaba a Brasil el Papa ha retomado esta costumbre. El diálogo con los periodistas ha partido de la pregunta hecha por Renato Farina, enviado de Il Sabato: el problema de la paz en el Medio Oriente y las relaciones entre el Vaticano e Israel. Como han hecho saber fuentes cercanas a la Secretaría de Estado Vaticana, «hasta este momento» ninguna invitación ha llegado a la Santa Sede para participar en la Conferencia de Paz para el Medio Oriente. Juan Pablo II ha hecho alusión también a la cuestión de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel. «Está el Secretario de Estado», ha dicho el Papa, «y él conoce la situación mucho mejor que yo. A un presidente americano le dije que nosotros estamos siempre disponibles, pero que nuestros interlocutores deberían venir a nuestro encuentro. Porque sigue en pie el problema de los Países Islámicos y de la presencia de los cristianos católicos y no católicos en estos países».
1. Santidad, el pasado mes de marzo, durante el transcurso de la reunión con los patriarcas del Medio Oriente, monseñor Tauran (ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano n.d.r.) manifestó el deseo de que la Santa Sede fuese invitada a la próxima Conferencia de Paz. Esta invitación ¿se ha recibido?
Es bueno que empecemos pronunciando la palabra paz, porque para esto sirve la Conferencia: ¡para la paz! Desde hace mucho tiempo y de una manera muy fuerte esta Conferencia estaba dentro de los proyectos y deseos de la Santa Sede. De hecho son muchos los problemas en el Medio Oriente que no pueden ser resueltos más que de manera global. Y ciertamente, aquí, como en la otra parte del mundo, nos preocupa el problema de los más débiles. Entre los más débiles se encuentran los libaneses y también los palestinos. Después de esta guerra se tenía que haber llegado a una paz que solucionara estos problemas, que son problemas de un altísimo nivel religioso y confesional. Porque sabemos bien que Palestina, la Tierra Santa, es una tierra prometida por Dios al pueblo elegido de la Antigua Alianza, pero a través de este pueblo está también prometida en sentido espiritual a todos aquellos que forman parte de la heredad de Abrahán. ¡A todos y cada uno de ellos! No solamente al pueblo judío. Todos somos herederos espirituales del patrimonio de Abrahán, también los cristianos y los musulmanes.
2. ¿Cree, Santo Padre, que de la Conferencia de Paz en preparación puede salir una solución para el status de Jerusalén?
¡Especialmente Jerusalén! Es el punto al mismo tiempo más grande y delicado. Tenemos conciencia de lo que quiere decir Jerusalén corno lugar histórico para nosotros: ¡Es donde se llevó a cabo la redención del mundo! Y también como lugar escatològico. Porque toda la escatologia del Nuevo Testamento, que proviene también del Viejo Testamento, de los salmos y de los profetas, toda esta escatologia está concentrada en Jerusalén.
3. Insistamos, Santidad. ¿Qué obstáculos ve para la Conferencia de Paz?
No sé qué esperar. Debo decir que estoy lleno de admiración por los esfuerzos que se han hecho para llegar hasta esta Conferencia de Paz. Se ve que existe un esfuerzo, esto no se puede negar. ¡Pero hasta este momento no se ve todavía la Conferencia! Esperemos. Nosotros no perdemos la esperanza.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón