Son muchas y variadas las iniciativas que van a ir desarrollándose a lo largo de los cuatro días del Happening. Hemos querido, sin embargo, que exista una iniciativa permanente que acompañe y dé unidad a todos los demás momentos: la exposición fotográfica. Se trata de dar a conocer el juicio que estamos aprendiendo sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Es verificar que el deseo de ser feliz, que cada uno tiene, no es una mentira frustrante sino que puede y de hecho empieza a cumplirse entre nosotros. Es posible una positividad en la vida sin censurar nada, ni siquiera la dramaticidad, por todos callada, del momento histórico que nos ha tocado vivir.
La exposición está dividida en cuatro partes:
I. «El nuevo orden: tras la utopía violenta, la mentira del optimismo»
El hombre contemporáneo situado como señor de la historia, como criterio y medida de los propios hombres y de las cosas, no ha logrado más que una historia presidida por utopías, por intentos ideológicos de sociedades perfectas que siempre han sido violentas.
Pero el momento actual es quizás menos ingenuo y más sutilmente mentiroso. La alternativa a la utopía es el optimismo cínico. El mundo marcha cada vez mejor. Basta con leer los periódicos para impregnarte de ese cinismo: incluso la guerra que hemos pasado parece haber perdido su dramaticidad. Se nos ha mostrado casi como una «operación» sin sangre, se diría incluso que sin muertos, sin dolor ni sufrimiento de por medio.
Pero, ¿existe otra alternativa?, ¿qué hacer mejor que olvidar cuando uno experimenta no sólo en el mundo sino en sí mismo el mal, la distancia entre todo lo que uno desea y lo que luego es la realidad o la insatisfacción de un cotidiano cada vez más rutinario?
II. «Un hecho real en la vida del hombre. La paradoja del encuentro»
Nosotros afirmamos, porque nos ha sucedido, que lo único que puede cambiar al hombre y, por tanto, la historia, no son sus proyectos -ni siquiera si son bien intencionados sino un hecho: encontrarse con un Tú distinto a uno mismo y a los demás hombres que son como tú, un Tú real que abrace y dé sentido al propio mal que uno experimenta, y que te acompañe en la vida enseñándote su destino, su significado. Sólo ha existido un Tú así en la historia: Cristo.
«Un hecho real en la vida del hombre» porque no se trata, ante todo, de tener una gran sensibilidad religiosa o de creer en unas ideas. Es algo que te sucede, sin ni siquiera esperarlo ni imaginarlo. Uno, de pronto, se encuentra con una persona, un profesor o unos amigos con los que empieza a descubrir que uno no está solo en la vida, que se puede pedir un sentido a las cosas y a uno mismo, que la vida puede ser algo apasionante. Es en una compañía así, donde Cristo sigue haciendo vibrar hoy el corazón humano, sigue tomando la iniciativa y cautivando la razón del hombre.
«Este encuentro revela el valor del bautismo, es el florecimiento de aquel "encuentro" con nuestra carne que Cristo realizó en el bautismo. Con el encuentro la toma de posesión de Cristo sobre mí se vuelve significativa, empieza algo nuevo e irreversible para la vida ». (Equipe del CLU. Don Giussani).
III. «...Verde es el árbol de la vida. El acontecimiento de una amistad».
Es el acontecer de una amistad donde uno empieza a experimentar cotidianamente la verdad de lo que ha encontrado. Uno, mirando los rostros de sus amigos, no puede menos que seguir sorprendiéndose y a la vez agradecer esa amistad cada vez más bella y más verdadera porque no deja que te pares, acompaña y te sitúa una y otra vez frente a la realidad con una perspectiva distinta, «una compañía sin la cual no se comprendería que Cristo es la única respuesta a la exigencia de felicidad que el corazón reclama». (Equipe del CLU. Don Gussari).
IV. Una única pasión: la persona.
Son unos amigos, que abrazan hasta el final tu vida por encima de tu propio mal o de los mil problemas que puedan surgir, los que te hacen comprender poco a poco la grandeza de tu persona y la mirada que Otro tiene sobre ti.
Uno se descubre hecho y llamado para un destino infinito que empieza ya a desvelarse, día a día, dando a las circunstancias y a las relaciones una densidad insospechada.
Sólo quien se descubre mirado y estimado así, comprende que la vida de cada hombre tiene un valor infinito experimenta ya, en sí mismo, que la vida es «una promesa que se cumple, no una mentira».
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón