En 1970 el gran teólogo checoslovaco Josef Zverina escribió una Carta a los cristianos de Occidente que entregó a .dos amigos italianos para que la llevaran más allá del telón de acero. Litterae ha recuperado el texto original de la Carta, escrita en una hoja finísima con una desvencijada máquina de escribir. En la imagen, la primera hoja del escrito
Hermanos, tenéis la presunción de que vais ser útiles al reino de Dios si asumís en la mayor medida posible el saeculum, su vida, sus palabras, sus slogans, su modo de pensar. Pero reflexionad, os Jo ruego, qué significa aceptar esta palabra. ¿No significa, tal vez, que os habéis perdido lentamente en ella? Por desgracia parece ser eso lo que hacéis. Resulta ya dificil que os hallemos y os distingamos en este extraño mundo vuestro. Probablemente os reconocemos todavía porque en este proceso tenéis para largo ya que os asimiláis al mundo, lentamente o con rapidez, pero siempre con retraso. Os estamos agradecidos por muchas renciarnos de vosotros. Tenemos muchos motivos para admiraros, por eso podemos y debemos dirigiros esta advertencia.
« Y no os conforméis con este mundo, sino transformaos renovando vuestra mente, de modo que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto » (Rm 12,2).
¡No os conforméis! ¡Mé syschematízesthe! ¡Qué bien se muestra en esta palabra la raíz verbal y perenne: esquema! Para decirlo brevemente: todo esquema, todo modelo exterior es vacuo. Debemos querer más, el apóstol nos exhorta así: «cambiad el propio modo de pensar en una forma nueva». ¡Metamorfoústhe te anakainósei tau naos! ¡Qué expresiva y plástica es la lengua griega de Pablo! Frente a esquema o morfé -forma permanente- está metamorfé -cambio de la criatura-. No se cambia según un modelo, sea cual sea, que de todas formas está siempre pasado de moda, sino por una novedad plena con toda su riqueza (anakainosis). No cambia el vocabulario, sino el significado (nous).
Por lo tanto, nada de contestación, desacralización o seculaiización, porque esto siempre será poco frente a la anakainosis cristiana. Reflexionad sobre estas palabras y os abandonará vuestra ingenua admiración por la revolución, el maoísmo, la violencia ( de lo que, de todas formas, no sois capaces).
Vuestro entusiasmo crítico y profético ha dado ya buenos frutos y nosotros, en esto, no os podemos condenar indiscriminadamente. Tan sólo nos damos cuenta, y os lo decimos con sinceridad, que tenemos en mayor estima el sereno y discriminador interrogante de Pablo: «Examinaos vosotros mismos si estáis en la fe. Probaos a vosotros mismos. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros ? (2 Co 13,5).
No podemos imitar al mundo precisamente porque debemos juzgarlo, no con orgullo y superioridad, sino con amor, del mismo modo que el Padre ha amado al mundo (Jn 3,16) y por ello ha pronunciado sobre él su UIClO.
No fronéin -pensar- y en conclusión hyperfronéin -especular-, sino sofronéin -pensar con sabiduría (cf. Rm 12,3). Ser sabios de tal forma que podamos discernir cuáles son los signos de la voluntad y del tiempo de Dios. No lo que es consigna del momento, sino lo que es bueno, honesto, perfecto.
Os escribimos como gente que no sabe a vosotros sabios, como débiles a vosotros fuertes, ¡como míseros a vosotros todavía más miseros! Y esto es una necedad porque, ciertamente, entre vosotros hay hombres y mujeres excelentes.
(Traducido por Nacho Carbajosa)
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